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Palabra clave: ‘Bendiciones de parejas del mismo sexo’

“Fiducia Supplicans” es un desafío que ofrece grandes esperanzas y oportunidades

Jueves, 4 de abril de 2024
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IMG_3184Tres líderes católicos perciben una gran esperanza y oportunidad para las personas LGBTQ+, así como para la iglesia en general, en la declaración del Vaticano de diciembre de 2023 que permitió bendiciones a parejas del mismo sexo.

En una conversación el domingo pasado organizada por New Ways Ministry, titulada “Being Blessed: The Challenge of Fiducia Supplicans,” (“Ser bendecido: el desafío de Fiducia Supplicans”), dos teólogos y un líder pastoral hablaron sobre la compleja recepción de Fiducia Supplicans, la innovadora declaración del Vaticano sobre las bendiciones.

Xavier Montecel, profesor asistente de la Universidad St. Mary, San Antonio, Texas; SimonMary Aihiokhai, Profesor Asociado de Teología de la Universidad de Portland, Oregon; y Yunuen Trujillo, Coordinador de Formación Religiosa (español) para el Ministerio Católico con Personas Lesbianas y Gays de la Arquidiócesis de Los Ángeles, resaltaron las posibilidades que este documento plantea para los católicos LGBTQ+, así como los desafíos que plantea para una iglesia que aún está en camino.

Montecel presentó tres cambios que caracterizan esta declaración. Primero, ve que la posibilidad de bendiciones representa un cambio en la bienvenida que los católicos LGBTQ+ reciben de la iglesia. Él afirmó:

“. . . [P]or primera vez se reconoce la validez de su presencia […] en nuestras comunidades. Después de la publicación de la declaración, es posible permanecer en nuestras comunidades de fe. No sólo que [las parejas del mismo sexo] están aquí, sino que ustedes deberían estar aquí, que tienen un lugar aquí. A un nivel más funcional, antes de la declaración, ningún sacerdote de la Iglesia católica podía bendecir explícitamente a una pareja del mismo sexo. Y después de la declaración, ahora cualquier sacerdote puede hacerlo con la sanción de las máximas autoridades de la iglesia”.

En segundo lugar, Montecel destacó el giro pastoral del documento como “el método del Papa Francisco en acción”. Dijo que el documento gira hacia el acompañamiento y la misericordia, al tiempo que se niega a “permitir que el ideal se convierta en enemigo del bien”. En tercer lugar, el académico subrayó el desarrollo de una teología de las bendiciones abierta a todos, particularmente en la afirmación de la declaración de que “la posibilidad de que las bendiciones sean apropiadas con o sin ciertos prerrequisitos morales”. Estos cambios, si bien son importantes, todavía dejan margen para el crecimiento. Montecel expresó su preocupación sobre “hasta qué punto este [documento] crea una especie de segunda clase teológica en la que se instalan las personas LGBTQ y otras personas en situaciones irregulares”.

SimonMary Aihiokhai situó Fiducia Supplicans dentro de un contexto teológico más amplio, argumentando que esta declaración se basa en la conciencia de la iglesia como una comunidad que no se detiene y cuyo movimiento es dirigido por el Espíritu Santo. Contrastó la teología que se centra en la estabilidad de la iglesia con la apertura al cambio guiada por el Espíritu de Fiducia Supplicans. Observó que “se ha producido un cambio sísmico, alejándose de una noción muy constante de estabilidad hacia una adopción más pneumatológica [dirigida por el Espíritu] de lectura de los signos de los tiempos”.

Esta nueva perspectiva invierte la dinámica esperada de quién aprende de quién en la iglesia, particularmente en lo que respecta a las realidades LGBTQ+. En lugar de preguntar qué deberían aprender de la iglesia los católicos LGBTQ+ en relaciones del mismo género, Aihiokhai preguntó: “¿Cómo habla el Espíritu a la iglesia a través de estas relaciones?

Yunuen Trujillo enfatizó cuánto bien sería para esas parejas y para la iglesia en general ser testigos de los católicos LGBTQ+ pidiendo y recibiendo bendiciones. Ella hizo la conmovedora pregunta: “¿Por qué es tan difícil para algunas personas dentro de la iglesia regocijarse con la idea de bendiciones para parejas del mismo sexo y otras parejas? ¿Porqué es tan dificil?” Trujillo sugirió una respuesta: “La iglesia institucional y nuestras comunidades parroquiales han estado demasiado alejadas de la experiencia vivida por los católicos LGBTQ”, defecto que esta declaración comienza a rectificar.

Trujillo también destacó cómo las parejas recibirán la gracia potencial y los beneficios espirituales de estas bendiciones:

“Ahora hay bondad en nosotros. Hay cosas buenas en nuestras relaciones, pero eso no significa que sean perfectas, ¿verdad? . . . [Todavía somos humanos, todavía tenemos muchas cosas que mejorar. Y necesitamos la ayuda de Dios y de nuestra comunidad para que nuestras relaciones prosperen. Y aquí es donde podemos venir humildemente y pedirle a Dios que nos ayude. . . . Fiducia Supplicans [afirma], pedimos humildemente una bendición para que ‘todo lo que es verdadero, bueno y humanamente válido en [nuestras] vidas’, lo que ya existe en nuestras vidas y relaciones, ‘sea enriquecido, sanado y elevado’. por la presencia del Espíritu Santo”. En el período de preguntas y respuestas, los participantes del seminario web preguntaron sobre algunas de las ambigüedades y tensiones en el documento y en su recepción”.

Al abordar algunas de las realidades pastorales de la recepción de la declaración, Trujillo señaló que la desigualdad de su recepción por parte de diferentes líderes pastorales significa que debido a que “hay todo este desorden, hay mucha gente que está resultando herida”. Ella advirtió:

“Muchos de nuestros espacios parroquiales son emocionalmente tóxicos, por lo que si alguien se acerca a un sacerdote que no ha iniciado este viaje de discernimiento sobre este tema, puede ser muy dañino. . . . Si tu sacerdote no está en este camino de discernimiento, no te arriesgues a salir lastimado, porque tenemos que amarnos a nosotros mismos antes de amar al prójimo y a Dios o al mismo tiempo”.

Al discutir la recepción global de Fiducia Supplicans, Aihiokhai, un nigeriano que enseña en los Estados Unidos, relató la animada aunque a veces difícil conversación que ocurre en África entre obispos, religiosos, trabajadores pastorales y teólogos sobre cómo entender la declaración. Relató cómo los miembros de la Red Católica Panafricana de Teología y Pastoral (Pactpan) han estado teniendo “una conversación muy confusa” desde la publicación del documento en diciembre, pero argumentó que “esta conversación es mejor que no tenerla en absoluto”. Algo está pasando y es bueno. Es desordenado y lo bello siempre es desordenado”.

A pesar de estos desafíos, todos los panelistas expresaron su esperanza de que esta declaración haya abierto puertas para una mayor acogida y acompañamiento pastoral de los católicos LGBTQ+ en la iglesia. Como explicó Trujillo:

Aquí hay gracia y quizás haya algo nuevo que el Espíritu Santo está tratando de decirnos y a lo que no hemos prestado atención. Por eso mi esperanza es que este no sea un documento final, sino un documento dentro de una serie de documentos que aparecerán a lo largo de ese viaje que, con suerte, terminará en celebración. Esa es mi esperanza. No creo que este sea un viaje que podamos controlar. No es un viaje que el Papa pueda controlar. Este es el viaje del Espíritu Santo y no se puede detener al Espíritu Santo”.

Una grabación del seminario web de 1 hora ya está disponible en el sitio web del Ministerio New Ways. Para verlo, haga clic aquí.

—Brian Flanagan (él/él), Ministerio New Ways, 1 de marzo de 2024

Fuente New Ways Ministry

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San José, Esposo de María y Patrón de las Uniones Queer

Martes, 19 de marzo de 2024
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IMG_3652La reflexión de hoy para la Solemnidad de San José es de la colaboradora invitada Jennifer Van Boxel (ella/ella), una católica de toda la vida que ha estado activa en la lectura, los saludos, la catequesis y la ayuda a los necesitados. Divide su tiempo entre trabajar como analista de datos y trabajar como editora independiente de materiales de juegos. Le gusta escribir, observar aves y jugar juegos de mesa con su esposa Danielle.

Era abril de 2022 y estaba sentada en mi banco habitual de la iglesia, tratando de no llorar. Los rituales habituales de la misa, en los que he participado toda mi vida, se desarrollaban a mi alrededor, pero ese día estaba preocupado, por lo que sólo estaba vagamente consciente de ellos. Estaba concentrado en otros asuntos: ¿pertenecía aquí? ¿Podría quedarme aquí? A pesar de todos los himnos que dicen “todos son bienvenidos”, ¿era realmente bienvenida ahora que yo, una mujer, tenía esposa? Mi matrimonio, que parecía ser una unión heterosexual completamente típica cuando fue consagrado en una iglesia católica diez años antes, había dado un vuelco cuando mi amada se declaró ante mí como una mujer transgénero. ¿A quién podría recurrir como modelo sobre cómo proceder?

Te sorprenderá saber que el modelo que identifiqué ese día cuando lloraba en la iglesia es San José, Esposo de María. En el calendario de la iglesia, hoy es la solemnidad de este santo bajo ese título particular.

Cuando mi amado anunció la noticia, yo ya era un católico queer, pero sigiloso. Unos meses antes, le había contado a mi cónyuge que había encontrado una palabra para mi experiencia de intimidad física, algo con lo que había estado lidiando durante la década que llevábamos juntos. Esa palabra es “asexualidad“.

No vi que esta conversación saliera a la luz; Era más una cuestión de que ambos finalmente encontraran una palabra para algo que sabíamos que era parte de mí. Sin embargo, tener esa etiqueta (y junto con ella el conocimiento adquirido recientemente de que otras personas en el mundo experimentan el amor romántico sin atracción sexual) hizo que fuera mucho más fácil hablar e interactuar con mi cónyuge en esos niveles. Ver esa carga aligerada para mí, ver lo relajado y cómodo que estaba con el nuevo nivel de apertura entre nosotros ayudó a mi cónyuge a darse cuenta de lo que era posible no solo para mí, sino para ambos.

Cuando mi cónyuge me dijo que era transgénero, algunas de las cosas que más me pesaban eran el miedo por su seguridad y el miedo por el futuro de nuestra relación. Estas son cosas que San José conocía bien. Cuando Mary le contó sobre su embarazo, él no quería exponerla a los peligros de la ley, pero tampoco estaba seguro de cómo podrían estar juntos. Él ya tenía un contrato matrimonial formal con ella, y aquí estaba ella, diciéndole que las cosas no iban a ser como la sociedad esperaba que fueran. Estaba embarazada de un niño, no de él. Y si aceptamos la doctrina de la virginidad perpetua, su matrimonio iba a ser célibe.

Joseph estaba en conflicto: ¿debería hacer lo que la sociedad esperaba y terminar la relación? La oración, sin embargo, le mostró otro camino: un matrimonio amoroso que no se ajustaba a la norma. Pasé un año después de la universidad con el Cuerpo de Voluntarios Jesuitas, y una de las cosas que aprendí durante ese tiempo fue la práctica de la lectio divina, una lectura meditativa de un pasaje de las Escrituras. Ese día de abril de 2022, llegué a casa de Misa con los pensamientos de San José que había descubierto allí y recurrí a esta práctica. Las líneas de las Escrituras sobre José son pocas, pero saqué mi Biblia para pasar un rato con Mateo 1:18-24:

Ahora bien, así se produjo el nacimiento de Jesucristo.
Cuando su madre María estaba desposada con José,
pero antes de que vivieran juntos,
fue hallada encinta por obra del Espíritu Santo.
José su marido, como era un hombre justo,
pero sin querer exponerla a la vergüenza,
decidió divorciarse de ella en silencio.
Tal era su intención cuando, he aquí,
El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
“José, hijo de David,
no temas recibir en tu casa a María tu esposa.
Porque es por el Espíritu Santo
que este niño ha sido concebido en ella.
Ella dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó,
Hizo como el ángel del Señor le había mandado.
y llevó a su esposa a su casa.

Me puse en la situación de José. Me pregunté qué sentía él, “un hombre justo”. ¿Sintió una sensación de pérdida? ¿O una vez que el ángel le mostró el camino a seguir, sintió alivio? Quizás él, como muchos santos elogiados por su “sacrificio” del celibato, podría haber sido felizmente asexual. Por supuesto, nunca podremos conocer los sentimientos interiores de San José, pero creo que él reconocería los puntos en común entre mi matrimonio y el suyo.

Con Fiducia Supplicans, el documento del Vaticano que permite bendiciones a parejas del mismo sexo, tan prominente en las noticias estos días, me encuentro pensando en San José nuevamente. He llegado a considerarlo como el santo patrón de las uniones “irregulares” como la mía y tantas otras que experimentan personas queer. Soy una mujer católica, casada por la iglesia, aunque mi cónyuge no es católico. Seguimos en un matrimonio feliz, uno que fue bendecido por la iglesia cuando ni ella ni nosotros sabíamos que esta relación era extraña. Nos consolamos y apoyamos unos a otros, y nutrimos a la próxima generación (nuestros hermanos y los hijos de nuestros amigos) a pesar de que nuestra combinación de sexualidad y género significa que no tendremos nada propio.

Han pasado dos años desde que mi esposa me reveló que era transgénero y poco a poco me estoy volviendo más valiente para ser abiertamente queer en mi comunidad parroquial local. Empecé a usar mi pin de arcoíris cuando soy lector o saludador, con la esperanza de sentirme menos solo en mi homosexualidad católica. Y una vez que haya llegado a conocer un poco a mis compañeros feligreses a través de ministerios compartidos, casualmente me referiré a mi cónyuge como “mi esposa” cuando hable con ellos. Hasta ahora, nadie ha respondido mal, pero si alguna vez alguien lo hace y se pregunta cómo podría permanecer en un matrimonio así y seguir siendo un “buen católico”, señalaré a San José como mi modelo.

Mi crisis de fe en 2022 no fue si debía quedarme con mi esposa, sino si podía quedarme en una institución que considera nuestra relación como “irregular”. Con la ayuda de San José, me he dado cuenta de que mi catolicismo es una parte tan intrínseca de mí como mi asexualidad. El catolicismo y la asexualidad han estado conmigo toda mi vida y necesito ambos para prosperar. Y también necesito a mi esposa.

—Jennifer Van Boxel (ella/ella), 19 de marzo de 2024

Fuente New Ways Ministry

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El cardenal Ambongo acusa a los homosexuales de intentar una “colonización cultural” de África

Martes, 19 de marzo de 2024
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IMG_3641El cardenal, miembro del C9, lidera la oposición a ‘Fiducia Supplicans‘ en el continente

El arzobispo de Kinshasa considera que “tenemos la impresión de que Occidente está perdiendo sus propias raíces”, haciendo referencia al documento vaticano, que es objeto de críticas por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia católica

La declaración de Ambongo, en nombre de toda la Iglesia africana, pronto sería contestada, entre otros episcopados, por los del Norte de África y Sudáfrica, y respondida con el silencio por buena parte de las conferencias episcopales del continente, que han evitado entrar en lo que parece una guerra de legitimidades (o cultural, como parece apuntar el purpurado) entre parte de la jerarquía eclesiástica africana y la Santa Sede

La posibilidad de que la Iglesia bendiga a parejas del mismo sexo es, para el cardenal Ambongo, “una colonización cultural de Occidente. El cardenal congoleño, presidente de las Conferencias Episcopales de África y miembro del C9, es uno de los grandes opositores a ‘Fiducia Supplicans‘ en el continente, y no deja de hacerlo patente siempre que tiene ocasión.

Así, en una entrevista concedida a la cadena de televisión católica francófona KTO recogida por Katholisch, el arzobispo de Kinshasa considera que “tenemos la impresión de que Occidente está perdiendo sus propias raíces”, haciendo referencia al documento vaticano, que es objeto de críticas por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia católica.

Y es que, para Ambongo, la declaración vaticana es un auténtico problema para los cristianos en África, pese a que, en puridad, la mayor parte de las diócesis y los obispos del continente no se han pronunciado sobre la polémica. En África, según los datos del Anuario Vaticano (2022) hay 57 países, más de medio millar de circunscripciones eclesiásticas y 781 obispos.

Sin embargo, en enero el propio Ambongo se hizo portavoz de todos los episcopados africanos, enviando una encuesta a todas las diócesis cuyos resultados apuntaban, según él mismo indió , que los obispos africanos rechazaban, por amplia mayoría, la bendición de parejas homosexuales

Nosotros, los obispos africanos, no consideramos apropiado bendecir uniones homosexuales o parejas del mismo sexo. Porque en nuestro contexto, esto causaría confusión y estaría en contradicción directa con las normas culturales de las sociedades africanas“, señalaba Ambongo, en una declaración que pronto sería contestada, entre otros episcopados, por los del Norte de África y Sudáfrica, y respondida con el silencio por buena parte de las conferencias episcopales del continente, que han evitado entrar en lo que parece una guerra de legitimidades (o cultural, como parece apuntar el purpurado) entre parte de la jerarquía eclesiástica africana y la Santa Sede.

Con todo, como se recordará, tras la declaración de Ambongo, y en diálogo con el prefecto de Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Tucho Fernández, hubo una declaración consensuada en la que Ambongo aseguraba no querer entrar en conflicto con Roma, y admitía que “corresponde a cada obispo decicdir si quiere permitir este tipo de bendiciones en su diócesis, aunque añadía que “las conferencias episcopales africanas en su conjunto prefieren no ofrecer bendiciones a parejas del mismo sexo“. Algo que, por las reacciones posteriores de diversos episcopados, no parece ser del todo cierto.

Fuente Religión Digital

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La “Fiducia Supplicans” está comenzando, no terminando, el diálogo entre la Iglesia, dicen los teólogos

Lunes, 18 de marzo de 2024
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Gran parte de la cobertura informativa inicial sobre Fiducia Supplicans, la declaración del Vaticano que permite bendiciones para las llamadas parejas “irregulares”, se centró en cómo estaban respondiendo los obispos: quiénes la acogieron con agrado, qué conferencias episcopales se resistieron, etc. Ahora, dos meses después, los teólogos ofrecen análisis más detallados de la declaración y sus implicaciones. La publicación de hoy presenta ideas de teólogos recopiladas durante las semanas anteriores.

IMG_3331SimonMary Aihiokhai, teólogo de la Universidad de Portland, Oregón, escribió en el National Catholic Reporter que la declaración se extiende más allá de la cuestión de las relaciones LGBTQ+. A través de Fiducia Supplicans, el Papa Francisco continúa sus esfuerzos por dar la bienvenida a “aquellos que han sido otrizados porque no encajan perfectamente con las expectativas canónicas y teológicas habituales”. La declaración, según Aihiokhai, es una invitación a todas las personas a someterse más plenamente al Espíritu Santo y ofrecer una amplia acogida:

“[L]a bendición no se trata de evidencia de perfección. Más bien, es una declaración de fe de que la gracia perdurable de Dios todavía está presente, incluso en aquellas situaciones que tal vez no comprendamos completamente. La fe evoca en nosotros la convicción de que a través de nuestra comunión en Cristo, todos daremos los frutos del Espíritu en el mundo y unos hacia otros. Por lo tanto, se puede argumentar que la bendición es en sí misma una forma de sumisión al Espíritu Santo, quien puede crear un giro hacia el discernimiento para la armonía de nuestras vidas y el amor por la vida abundante de Dios. . .

“[D]ebemos dar la bienvenida a esta apertura de la iglesia a las parejas del mismo sexo como una que nos ofrece la oportunidad de encarnar un espíritu de discernimiento, al tiempo que apoyamos a aquellos en tales relaciones para que vivan plenamente sus vidas como hijos de Dios para que puedan experimentar auténticamente una vida abundante. Ya sean relaciones heterosexuales o entre personas del mismo sexo, ninguna relación puede ser saludable sin el apoyo de la comunidad. En este caso, el papel de la iglesia es fundamental para mediar los caminos de vida de las parejas del mismo sexo. Al apoyarlos, la iglesia ritualiza su creencia de unidad en Cristo”.

(Aihiokhai fue panelista en el seminario web del Ministerio New Ways, “Ser bendecido: el desafío de Fiducia Supplicans”, ayer. Una grabación estará disponible pronto. Para obtener más información sobre una grabación, haga clic aquí).

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Lisa Sowle Cahill, teóloga del Boston College, describió la declaración de bendiciones como “una solución pastoral que permite a los católicos y a los líderes católicos en diferentes contextos afirmar el documento de forma selectiva”. Sin embargo, ella intervino sobre las divisiones eclesiales que se han desarrollado, escribiendo para Outreach:

Nosotros, los ‘occidentales’, debemos respetar otras culturas y estar dispuestos a recibir críticas y advertencias sobre nuestras convicciones y prácticas profundamente arraigadas en torno a los roles de género y las normas sexuales, como en otros asuntos. Debemos respetar a quienes creen sinceramente que las enseñanzas de la iglesia los obligan a oponerse a muchos avances para las personas LGBTQ que nosotros, en Occidente, damos por sentado. Debemos colaborar con ellos de manera constructiva y amistosa siempre que sea posible”.

Aún así, Cahill afirma que las diferencias sobre las bendiciones no deberían perjudicar el testimonio católico de los derechos humanos LGBTQ+, y alienta a la próxima asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad en octubre de 2024 a asumir esa tarea.

IMG_1855Ish Ruiz, un teólogo gay latino de la Universidad Emory, dijo que su respuesta a la declaración fue “una alegría increíble”. Sin embargo, se mostró ambivalente acerca de las formas en que las bendiciones “se formulan como una forma de ayudar a las personas LGBTQ+ con sus estilos de vida pecaminosos”, pero se centró en lo positivo. La NCR  informó:

“Incluso con esa decepción, Ruiz alentó a las parejas del mismo sexo a acercarse a sus sacerdotes para recibir una bendición.

“La fe católica, más que un conjunto de documentos, está realmente contenida en las experiencias vividas por los fieles”, dijo Ruiz.

“‘Tengo la esperanza de que los fieles en la práctica probablemente continúen haciendo lo que han estado haciendo todo el tiempo, que es ignorar estas enseñanzas que afirman’ que ‘nuestro amor es de alguna manera menor‘, dijo”.

IMG_2300Brian Flanagan, teólogo gay y miembro principal del New Ways Ministry, describió a Fiducia Supplicans como “un gran, pequeño paso adelante”. Flanagan enfatizó “profundas implicaciones pastorales para los católicos de todo el mundo”, incluso con los límites de la declaración. Le dijo a NCR:

“‘No estamos en un punto en la Iglesia católica en el que podamos tener algún tipo de enfoque y consenso sobre cómo responder oficialmente al matrimonio entre personas del mismo sexo todo el tiempo. Pero creo que esto realmente proporciona mucha libertad para que las personas más cercanas a la gente en el terreno utilicen su mejor criterio pastoral para asegurarse de que las personas sepan que son amadas y bienvenidas en la iglesia‘”.

IMG_3337Mary Hunt, cofundadora de la Alianza de Mujeres para la Teología, la Ética y los Rituales (WATER), afirma que la declaración “destruyó” cualquier concepción de que la iglesia se estaba volviendo más inclusiva a través del proceso sinodal. En su ensayo, se muestra bastante negativa acerca de Fiducia Supplicans al leerla como un ejercicio del poder papal. Ella escribe, en parte:

Fiducia Supplicans es una prueba de Rorschach para una iglesia profundamente conflictiva. Algunos están encantados de que personas del mismo sexo finalmente puedan recibir una bendición de un sacerdote ordenado. Otros, incluidos muchos obispos africanos (con excepción de los del norte de África) han rechazado la directiva de plano por considerarla herética. Por muy complicado que sea todo esto, las bendiciones son poca cosa en comparación con los desafíos a la autoridad papal por parte de los conservadores y el enigma de los decretos papales para los progresistas. . .Así que la nueva declaración sobre las bendiciones no es un paso adelante en el catolicismo, donde el ánimo anti-LGBTQI+ es una leyenda”.

IMG_3338 P. Joseph Loïc Mben, SJ, especialista en ética del Instituto Teológico de la Compañía de Jesús de Camerún, reconoce que la declaración es de hecho un avance en la tradición católica, como ha sucedido anteriormente en la historia de la Iglesia. Aunque el documento mantiene una valoración negativa de las relaciones entre personas del mismo sexo, el sacerdote escribe en La Croix  que la Fiducia Supplicans no es un fin, sino la apertura a un proceso continuo:

El desarrollo no es nuevo en la Iglesia, pero debe realizarse de manera coherente con la Tradición. El teólogo estadounidense John T. Noonan propone el siguiente criterio como guía para el desarrollo doctrinal y moral: ‘Que vuestro amor abunde cada vez más, y cada vez más en intuición y plena comprensión, para discernir lo que es mejor’ (Fil 1, 9 -10 a). Así, para el apóstol Pablo, el crecimiento del amor va acompañado de un crecimiento del intelecto y del discernimiento. . .

“Me parece necesario precisar que este texto es una declaración que constituye una primera posición adoptada por la Iglesia oficial ante una nueva situación. Por tanto, no es una opinión definitiva al respecto. Podemos tratarlo como un juicio prudencial que simplemente implica tomar nota de él incluso si no necesariamente estamos de acuerdo con los detalles expresados”.

IMG_3340Massimo Faggioli, teólogo e historiador de la iglesia de la Universidad de Villanova, publicó análisis en Commonweal y La Croix International que se centraron en la relación de la declaración con la sinodalidad. En La Croix, Faggioli sostiene que el “carácter sinodal” de la declaración de bendiciones es “muy discutible”, en parte debido a cómo se desarrolló y cómo se ha recibido (o no). Faggioli precisa que la oposición de los prelados africanos plantea nuevas cuestiones. En un momento, escribe en un punto directamente relevante para la inclusión LGBTQ+:

“[L]as a estas alturas se debe explicar por qué a África se le puede dar una exención en este tema mientras que a Alemania u otro país no se le puede dar una en otras cuestiones. El hecho es que el camino de la Iglesia Católica en este siglo no es sólo de conversión sinodal, sino de una conversión sinodal dentro de un proceso convulso de globalización del catolicismo. Esto ha sido muy visible durante el pontificado de Francisco y especialmente desde la publicación de Fiducia supplicans. En el mapa mundial del catolicismo actual no sólo hay culturas extremadamente diversas en materia de sexualidad, LGBTQ y género. También hay eclesiologías vividas de manera muy desigual. La sinodalidad exige una dinámica diferente para asegurar la participación de los distintos componentes eclesiales en la producción y recepción de la enseñanza de la Iglesia. . .Pero algunos de los obispos, como el cardenal Ambongo, aparentemente todavía conservan una voz, un voto y un poder de veto que otros obispos y otros miembros de la Iglesia no tienen”.

En Commonweal, un punto que señala Faggioli es cómo Fiducia Supplicans puede impactar la asamblea del Sínodo de octubre:

En cuanto a Fiducia supplicans y el Sínodo: la cuestión fundamental es si, y cómo, Fiducia supplicans y su recepción afectan la posibilidad de consenso sobre temas delicados en la segunda asamblea de octubre. Quizás Fiducia supplicans sea la manera que tiene Francisco de decirnos que sólo el Papa, no el Sínodo, está a cargo, o que sólo el Papa puede tomar medidas cuando no hay consenso sobre los temas más delicados”.

Finalmente, algunos otros teólogos y pensadores que han opinado sobre Fiducia Supplicans incluyen: el Fr. Agbonkhianmeghe Orobator, SJ; Michael Sean Winters; Austin Ivereigh; y Shmuly Yanklowitz.

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 26 de febrero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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Los obispos católicos de Rusia consideran inaceptable la bendición de cualquier pareja en situación irregular

Jueves, 14 de marzo de 2024
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Los obispos católicos de Rusia han manifestado su rechazo absoluto a cualquier bendición de una pareja que viva en una situación irregular. En un comunicado publicado tras la reunión plenaria de su Conferencia Episcopal (CCER), los prelados salen al paso de los malentendidos provocados por la declaración Fiducia Supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.  Los obispos católicos de Rusia no difieren respecto a los ortodoxos sobre la bendición de parejas que, según ellos,  vivan en pecado y rechazan el contenido de Fiducia Supplicans.

La LIX reunión de la Asamblea Plenaria del KKER tuvo lugar los días 28 y 29 de febrero de 2024 en la casa de San Juan Pablo II en Listvyanka, cerca de Irkutsk. Asistieron: el Arzobispo Paul Pezzi, Arquidiócesis de Nuestra Señora de Moscú, presidente; Mons. Kirill Klimovich, Diócesis de San José en Irkutsk, vicepresidente; el obispo Joseph Werth, Diócesis de la Transfiguración en Novosibirsk; el obispo Clemens Pickel, diócesis de San Clemente en Saratov; Mons. Nikolai Dubinin, obispo auxiliar de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú; sacerdote Stefan Lipke SJ, secretario. Al encuentro también asistieron el Nuncio Apostólico, Mons. Giovanni d’Aniello, junto con el asesor de la Nunciatura, Mons. Mislav Hodzic.

El encuentro estuvo precedido por una tradicional jornada de concentración, esta vez a cargo del St. Vladimir Sek SVD. A continuación tuvo lugar una jornada de confraternidad en la que participó también el obispo vecino, el Card. Giorgio Marengo, Prefecto Apostólico para los Católicos de Mongolia.

[…] A la vista de los malentendidos surgidos en torno a la declaración de Fiducia IMG_3365Supplicans, la CCER considera necesario subrayar que la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio permanece inalterada. Sólo un hombre y una mujer unidos en matrimonio forman, junto con sus hijos, una familia. La Iglesia reconoce la responsabilidad especial de apoyar y fortalecer el matrimonio y la familia como comunidad privilegiada y unidad primaria de la sociedad (véase CIC, 2002-2009). La Iglesia bendice y rodea con atención pastoral las uniones matrimoniales y las familias. En el espíritu de la caridad evangélica y del amor materno, la Iglesia no ha rechazado ni rechaza la oración de intercesión a las personas en diversas situaciones, pidiendo la gracia de Dios necesaria para la conversión, para fortalecerse en las buenas intenciones, para iniciar o continuar el camino de la rectitud.

Con el fin de evitar tentaciones y confusiones, la CCER llama la atención sobre el hecho de que es inaceptable la bendición de cualquier tipo de parejas que persistan en relaciones no reguladas (cohabitación, co-marital, del mismo sexo) […]

Irkutsk, 1 de marzo de 2024

+ Arzobispo Paul Pezzi, Presidente

Stefan Lipke SJ, secretario

No rotundo a Fiducia Supplicans

 Fiducia Supplicans habla expresamente en su introducción de «la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo» y su capítulo III se titula «Las bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo».

Los obispos católicos de Rusia, siguiente el ejemplo de la inmensa mayoría de los obispos africanos y de otras conferencias episcopales (pe, Bielorrusia, Antillas Holandesas, Francia, Países Bajos, etc) y obispos de todo el mundo,

Fuente   Agencias

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“El amor de Dios sin limitaciones” Ante la homosexualidad: Sínodo, teología y espiritualidad.

Sábado, 9 de marzo de 2024
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“Para quien lea sin prejuicios la Declaración Fiducia supplicans. Sobre el sentido pastoral de las bendiciones, razonada  bíblica y pastoralmente, puede comprender la intención y sentido de un texto acorde con la línea papal de acogida fiel al amor y misericordia de Dios”

“Ante la novedad de esta práctica el cardenal Parolin habla de ‘progreso en la continuidad’ y de apertura a los signos de los tiempos en fidelidad al Evangelio y la Tradición. Es ‘un punto delicado que necesitará mucho estudio'”

“Interpretando el texto y su invitación a profundizar el amor de Dios en especial ante situaciones de personas consideradas al margen, se plantea, por tanto, la necesidad de una reflexión amplia y dialogada, con libertad y audacia”

“La concreto desde tres campos: el Sínodo, la teología, la espiritualidad”

 Francisco denunció la “hipocresía” de algunos críticos de Fiducia Supplicans. Nueva defensa de Francisco del documento de Doctrina de la Fe.

La Declaración Fiducia supplicans. Sobre el sentido pastoral de las bendiciones aprueba ”la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”.

Para quien lea sin prejuicios esta Declaración, razonada  bíblica y pastoralmente, puede comprender la intención y sentido de un texto acorde con la línea papal de acogida fiel al amor y misericordia de Dios. Se entiende como “una semilla del Espíritu Santo que hay que cuidar y no obstaculizar” y que invita a profundizar lo que significa e implica el amor incondicional de Dios que llama ”a aprender no a maldecir, sino bendecir”. Ante la incomprensión de quienes no admiten tales bendiciones, el mismo Papa ha respondido pastoralmente: “Se bendice a las personas, no al pecado”.

Ante la novedad de esta práctica el cardenal Parolin habla de “progreso en la continuidad” y de apertura a los signos de los tiempos en fidelidad al Evangelio y la Tradición. Es ”un punto delicado que necesitará mucho estudio”.

Interpretando el texto de la Declaración y su invitación a profundizar el amor de Dios en especial ante situaciones de personas consideradas al margen, en este caso, por sus convicciones y formas de vida sexuales, se plantea, por tanto, la necesidad de una reflexión amplia y dialogada, con libertad y audacia. La concreto desde tres campos: el Sínodo, la teología, la espiritualidad.

Sinodalidad y homosexualidad

IMG_3031No deja de ser significativo que esta Declaración se haya hecho pública en el periodo entre las dos sesiones  de la Asamblea Sinodal.

Ya en el Documento de trabajo para la Etapa Continental, Ensancha el espacio de tu tienda”, se proponía en múltiples aportaciones una Iglesia abierta y acogedora para que sea “lugar de comunión, de participación y misión común”. En el Documento síntesis para la II sesión de la Asamblea sinodal se propone, siguiendo el Evangelio, plantearse la superación de posturas de “incomprensión y rechazo… escuchando el grito de auxilio de quien tiene necesidad”. Cita en concreto “las referidas a la identidad de género y a la orientación sexual que suscitan preguntas nuevas”, teniendo en cuenta  que, “a veces, las categorías antropológicas que hemos elaborado no son suficientes para acoger la complejidad de los elementos que emergen de la experiencia y del saber de las ciencias y requieren maduración y un estudio ulterior”. Por ello, advierte,  “es importante tomar el tiempo necesario para esta reflexión y emplear las mejores energías, sin ceder a juicios simplistas que hieren a las personas y al cuerpo de la Iglesia. Muchas indicaciones que ya ha ofrecido el Magisterio esperan ser traducidas en apropiadas iniciativas pastorales”.

Se trata todavía de propuestas, a la espera de la II Sesión de la Asamblea sinodal. La Declaración Fiducia supplicans ha adelantado ya algunas de ellas que esperamos se reafirmen y amplíen para abrir un horizonte nuevo en el que la teología debe ir aportando con libertad sus reflexiones.

La teología ante la homosexualidad

Aunque en nuestras Facultades de Teología no sea tema habitual (las reservas son muchas y el campo, arriesgado), ha habido y hay numerosas reflexiones teológicas de gran alcance y profundidad. Su tratamiento está relacionado  con investigaciones antropológicas, como indica el Sínodo, y las concepciones de género.

Las teologías feministas y, en especial, la llamada teología queer han asumido en sus reflexiones la profundidad humana de los sujetos y subjetividades marginadas por su sexualidad no normativa o identidad de género (LGBTIQ+). Cuestionan las categorías de género, identidad y sexualidad como naturales e inmutables, fuentes de explotación y opresión. Transgresoras, liberadoras y subversivas ante los modelos establecidos, estas teologías conducen al reconocimiento y derechos de los cuerposconsiderados como abyectos por culturas dominantes.

Sus reflexiones no se limitan a la sexualidad y al género. Abarcan otros contextos sociales y culturales, identidades subordinadas, maltratadas, marginadas socialmente, invitando a reconocerlas. Denuncian hegemonías violentas anuladoras para liberar su identidad y promover un nueva humanidad. Buscan la justicia, presentan una nueva escatología, consecuentes con el Reino de Dios a cuyo banquete  son invitadas las personas que, olvidadas y rechazadas, deambulan por los caminos de  la vida.

La teología  queer de la liberación, como la denomina Juan José Tamayo, citando a su pionera, la teóloga argentina Marcella Althaus-Reid, abarca todo tipo de opresiones a las que la sociedad somete a quienes no se ajustan a sus modelos  establecidos por la clase dominante. Superando una concepción binaria de las personas, abogan por identidades diversas y fluidas como un acto de justicia social, subraya el teólogo sudafricano Nontando Hadebe, para hacer posible un auténtica diversidad.

IMG_3033En esta teología el concepto de Dios, al que Marcella Althaus-Reid llamó “Dios queer”, se descubre en el exilio de las calles, de los y las profesionales del sexo, de las personas de diferente orientación sexual, en los marginados sociales. Como mostraban las reflexiones teológicas de la revista Concilium (nº 383), estas personas devienen  “el cuerpo queer de Cristo” donde quedan superadas todas las desigualdades diferenciadoras y llaman a superar dualismos: “Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3,26-28). Para Cristo todos somos iguales, hijas e hijos de Dios y  conduce, como afirma Sharon A. Bong, siguiendo a Elisabeth Schüssler Fiorenza, a superar sexismos y homofobias para hacer una Iglesia transformadora, relacional, inclusiva,  cuerpo de   Cristo queer.

Por tanto, estas perspectivas teológicas contribuyen a descubrir en las situaciones despreciadas y marginadas, en las identidades no reconocidas y reprimidas, auténticos signos de los tiempos de la presencia de Dios que deberán, sin duda, ser interpretados, nunca rechazados, para buscar soluciones plenamente humanas, como pide  el Vaticano II (Gaudium et spes 11), y hacia las que encamina, creo, la Declaración Fiducia supplicans.

Las teologías feministas como la teología queer, por tanto, proponen caminos importantes que deben considerarse en un diálogo fecundo, abierto, libre y audazescuchando al Espíritu que habla desde estas realidades oprimidas y despreciadas.

Espiritualidad en la experiencia homosexual

La experiencia y pensamiento feministas plantean desafíos profundos a determinadas espiritualidades tradicionales elaboradas desde poderes quiriarcales o patriarcales; son críticas y purificadoras de equivocadas superioridades y categorías construidas desde su ideología y prepotencia.

Estas posiciones se relacionan con la experiencia ‘queer’ que aboga y desarrolla una espiritualidad solidaria con los marginados del sexo, género, etnia, clase y estatus económico que promueve experiencias y expresiones de una espiritualidad liberadora de su marginación social, cultural, religiosa.

Esta espiritualidad conduce a una relación con un Dios que asume la pobreza y exclusión, con un Cristo comprendido con otras categorías que superan su masculinidad y lleva a reconocer la dignidad de todas las personas, también de diferente orientación sexual, sin discriminaciones, desde otra concepción de identidad, donde se incluyen las rechazadas. Nace del corazón, de las entrañas, como subraya Ángel Méndez Montoya. Abre a una experiencia del Espíritu en el Amor Trinitario hacia el que nos dispone superando todo dualismo. Vislumbra nuevos horizontes de otro mundo posible y, en consecuencia, desarrolla en esa experiencia espiritual una radical justicia social. Mantienen, por tanto,  estrecha vinculación con movimientos sociales antihegemónicos de personas y pueblos oprimidos por diferentes causas patriarcales, económico-neoliberales, de etnia, de clase.

Su experiencia espiritual descubre un Dios en el exilio, más allá y diferente del concepto y experiencia de un Dios del centro privilegiado del poder establecido. Reivindican, por tanto, otra epistemología que supere marginaciones, colonialismos, lecturas parciales y dominantes desde el poder, que se han impuesto en la sociedad, en la cultura, en la religión.

Esta espiritualidad descubre en la corporalidad su significado más allá del sentido superficial e inmediato. La corporalidad hace a la espiritualidad carne concreta y situada, sufriente, gozosa, limitada, relacionada. De esta forma, superando oposiciones y falsas dicotomías, comprendemos que el cuerpo es espiritual y el espíritu es corporal.

Hacia un cambio de paradigmas pastorales

IMG_3029La Declaración Fiducia supplicans es, sobre todo pastoral y, a mi entender, abre a planteamientos que no se limitan a ofrecer bendiciones a las personas. Su significado simbólico va mucho más allá e impulsa nuevas interpretaciones y actitudes en ese campo. Abre caminos diferentes que algunos temen y son la razón de muchas críticas a la Declaración. Llevan a  la Iglesia hacia un descentramiento de sus tradicionales comportamientos cerrados  a cualquier avance. Pide  cambiar sus actitudes, comportamientos y relaciones pastorales e institucionales.

También -tal vez sea lo más difícil- se propone un cambio de mentalidad que abandone sus dogmatismos y posturas intransigentes, como garantía de seguridad, para descubrir con humildad la presencia sacramental de Dios en realidades rechazadas. Dios comunica su gracia, su amor no solo  en los sacramentos instituidos, entre ellos el matrimonio. El amor de Dios es mucho más amplio y acogedor, sin limitaciones; se comunica en la sacramentalidad de la vida.

Con un ejemplo se puede comprender mejor. En nuestras relaciones pastorales nos encontramos, cada vez con más frecuencia, con situaciones familiares donde hay parejas formadas del mismo sexo. Por supuesto hay familias que las rechazan, pero otras los respetan y acogen con naturalidad; son parte de la familia; se sientan en su mesa y comparten en igualdad el cariño familiar ¿Cuál es la postura que mejor sigue criterios humanos y evangélicos?

Si la Iglesia forma una gran familia (Lumen gentium 6), ¿cómo será madre acogedora? ¿Incluirá a estas personas plenamente en la vida eclesial, en la comunión, participación y misión que propone  el Sínodo actual? ¿Las invitará a sentarse en la mesa común preparada para todos, sin exclusiones, con una sola condición: llevar el vestido apropiado que es el amor?  

Fuente Religión Digital

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P. Dan Horan: “Fiducia Supplicans” es un paso pequeño e importante hacia la visibilidad LGBTQ+

Martes, 5 de marzo de 2024
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IMG_2919P. Daniel Horan

Para el franciscano P. Daniel Horan, Fiducia Supplicans, la declaración del Vaticano que permite bendiciones para parejas del mismo sexo, es un paso pequeño, pero importante, hacia la visibilidad LGBTQ+ en la iglesia.

Horan, teólogo y columnista del National Catholic Reporter, reconoce que “la mayoría de la gente ha abrazado la declaración positiva y bastante práctica” sobre las bendiciones para las parejas “irregulares”. Lo alaba:

Aunque el gesto puede ser pequeño, la publicación de Fiducia Supplicans señala un alejamiento importante del status quo de borrado y deshumanización. Quizás esta declaración sea suficiente reconocimiento, visión y contemplación de las personas LGBTQ+ para que, con el tiempo, la comunidad de fe en general (de la cual los católicos LGBTQ+ son igualmente parte) pueda abrirse para aprender más sobre ellas y de ellas.

“Que muchas personas LGBTQ+ se sientan vistas y reconocidas ahora por los líderes de su comunidad religiosa es algo muy bueno. Quizás sea el comienzo de algo más, pero mientras tanto es al menos un pequeño reconocimiento de la plena dignidad, valor y humanidad de las personas LGBTQ+”.

Horan divide a los críticos de Fiducia Supplicans en “dos categorías generales”. En el primero están los críticos del documento que temen que el permiso para tales bendiciones cause confusión sobre si las parejas del mismo sexo pueden casarse, y entre ellos se encuentran obispos de África y Europa del Este. El segundo grupo, sin embargo, son los críticos que Horan considera más peligrosos porque temen incluso el simple reconocimiento de que las personas LGBTQ+ existen:

“… [E]parece que hay quienes están enojados porque se reconoce que las personas LGBTQ+ existen en el mundo. Esta frustración homofóbica se encuentra más comúnmente en las redes sociales y en comentarios anónimos en Internet, pero otros han hecho público su descontento.

“Algunos parecen redoblar el lenguaje más incendiario y pastoralmente insensible (por no mencionar teológicamente dudoso) que ha aparecido en documentos católicos sobre las personas y el ministerio LGBTQ+ a lo largo de los años”.

Para Horan, lo que precisamente hace que Fiducia Supplicans sea significativo, y también sospechoso a los ojos de algunos críticos, es que reconoce la humanidad de las personas LGBTQ+. Horan explica:

“En otras palabras, lo que no ha recibido mucha atención en estas últimas semanas es la importancia de que las personas LGBTQ+ finalmente sean vistas y reconocidas por la iglesia institucional. Durante mucho tiempo, las formas en que se ha descrito o abordado, a menudo in absentia, a las personas LGBTQ+, ya sean solteras o en pareja, se han hecho de manera inherentemente deshumanizante.

“En la iglesia, las personas queer y el amor queer han sido borrados tanto por malentendidos como, a veces, por intolerancia abierta. Los debates sobre si los documentos oficiales de la iglesia, como los del sínodo sobre la sinodalidad, podrían o no utilizar el acrónimo “LGBTQ+” reflejan en sí mismos el fuerte deseo de algunas personas de seguir negando la existencia y las experiencias de las personas queer.

“Y esta es una de las razones por las que Fiducia Supplicans es particularmente significativa. Para poder declarar que quienes mantienen relaciones entre personas del mismo sexo pueden y deben recibir bendiciones de los ministros de la iglesia si así lo solicitan, ¡primero se debe reconocer que esas personas realmente existen en el mundo!”

Horan sostiene que la negación pasada y actual de la iglesia hacia las personas LGBTQ+ es “ignorancia deliberada en su peor expresión”, afirmando:

“Creo que las dinámicas anteriores han provocado un círculo vicioso de ignorancia en la iglesia cuando se trata de personas LGBTQ+. El mensaje amplio ha sido “No eres bienvenido aquí” o incluso “No reconocemos tu existencia o experiencia”, lo que, con razón, ha llevado a muchos miembros de la comunidad LGBTQ+ a cerrarse y marcharse”.

Debido a los temores de la iglesia institucional, muchos católicos se han perdido todas las alegrías de la comunidad LGBTQ+, lo que perpetúa el ciclo de incomprensión y exclusión. Sin embargo, Horan cree que Fiducia Supplicans es un pequeño paso hacia la comprensión y el reconocimiento. Él concluye:

No quiero exagerar ni la intención ni el impacto de Fiducia Supplicans. Es un movimiento muy pequeño que no cambia mucho sustancialmente. Siempre podríamos bendecir a las personas, tal como bendecimos tantas otras cosas en el mundo. La iglesia no ha ajustado su comprensión de quién puede ser admitido en un matrimonio sacramental. . .

“Que muchas personas LGBTQ+ se sientan vistas y reconocidas ahora por los líderes de su comunidad religiosa es algo muy bueno. Quizás sea el comienzo de algo más, pero mientras tanto es al menos un pequeño reconocimiento de la plena dignidad, valor y humanidad de las personas LGBTQ+”.

—Sarah Cassidy (ella/ella) y Robert Shine (él/ella), New Ways Ministry , 8 de febrero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“Dios te hizo así. Dios te ama así: ¿Quién soy yo para juzgarte?

Viernes, 16 de febrero de 2024
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“El documento Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, enfocándose en la inclusión de homosexuales y divorciados en la Iglesia católica, ha provocado reacciones adversas y, en algunos casos, de abierta insubordinación por parte de figuras eclesiásticas destacadas”

“En España, la Iglesia también ha mostrado reacciones mixtas, con acusaciones de un enfoque excesivamente rigorista y silencios significativos, particularmente notorios en la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y la Subcomisión para el Ecumenismo”

“Los críticos deberían reflexionar sobre su capacidad para amar a sus hermanos y hermanas en Cristo, ya que, según las enseñanzas cristianas, la incapacidad de amar al prójimo es también una incapacidad de ver a Dios”

“La pregunta persistente es: ¿Está la Iglesia de Cristo dispuesta a evolucionar en su comprensión y aceptación de la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo o transgénero, así como en su postura sobre el divorcio y el nuevo matrimonio en parejas heterosexuales?”

Esta reflexión, que corresponde a un denso artículo, analiza el documento Fiducia supplicans’ del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, enfocándose en la inclusión de homosexuales y divorciados en la Iglesia católica. Se debate si la igualdad promovida por el bautismo y la fe se vive realmente, explorando las limitaciones impuestas a estas personas.

El enfoque del papa Francisco hacia estos grupos se destaca, promoviendo una valoración moral basada en no juzgar y perdonar, en ser compasivo en vez de inquisidor. Se discuten, algunos con saña e incluso cargados de una autoridad que no le corresponde, los desafíos en la implementación de estas iniciativas, consideradas incluso como de herejía, subrayando la necesidad de equilibrio entre fidelidad doctrinal e inclusión pastoral, teniendo en cuenta los aspectos evolutivos que se infieren tanto de la sociedad como de la Iglesia y su doctrina.

Introducción

La atención global a la relación entre homosexualidad y cristianismo resalta la necesidad de analizar y promover respuestas basadas en la igualdad conferida por el bautismo y la fe. Se cuestiona si la Iglesia asegura realmente esta igualdad y cómo algunas denominaciones restringen derechos basados en la orientación sexual.

En este contexto, el obispo de Roma, como autoridad máxima de la Iglesia católica, ha adoptado un enfoque de acercamiento hacia este colectivo históricamente segregado, estigmatizado y perseguido. Desde su posición pontificia, ha promovido una valoración moral cristiana basada en la enseñanza de no juzgar para no ser juzgados y perdonar para ser perdonados, como se cita en Lucas 6:37. Este enfoque se ha plasmado en el texto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, titulado «Fiducia supplicans» (Suplicando confianza).

Su publicación representa un paso adelante en el camino hacia una mayor inclusión y aceptación de la diversidad en la Iglesia. Al afrontar estos temas cruciales desde la óptica de la justicia, el amor y la misericordia, por fin se abre un nuevo horizonte tanto para la inclusión al interior de la Iglesia como para el desarrollo del ecumenismo, colocando la importancia en el acoger y respetar a todos los hijos de Dios en su diversidad y singularidad.

Ecumenismo y homosexualidad: Desafíos y avances en la Iglesia católica

El documento Fiducia supplicans marca un punto de inflexión en el tratamiento de la homosexualidad dentro de la Iglesia católica. Aunque representa un avance, al permitir bendiciones a parejas homosexuales y en situaciones irregulares, subraya que estas no deben interpretarse como un equivalente al sacramento del matrimonio. El documento propone una visión pastoral ampliada, enfocada en el respeto a la fe del pueblo y en el equilibrio entre doctrina y pastoral. Este enfoque, aunque progresista, plantea interrogantes sobre si la igualdad prometida por el bautismo y la conversión personal se materializa plenamente en la praxis eclesiástica, cuyo imperativo de esperanza es cambiar las posiciones que sirvieron para los primeros siglos por otras que reflejen el conocimiento más profundo del mensaje y acontecimiento cristiano. Esto implica modificar tanto el sacramento del matrimonio, derogando el carácter sacramental del mismo, y aceptando como matrimonio la unión entre homosexuales y divorciados.

En la Iglesia católica, la máxima autoridad ha respondido, aunque con cautela, sobre los derechos inherentes a todos los bautizados. Esta concesión, sin embargo, no modifica la doctrina del matrimonio, que sigue adherida a parámetros establecidos hace dos mil años. Tampoco considera una reinterpretación exegética de la Biblia que pudiera reformular la comprensión de la homosexualidad como un impedimento para entrar en el Reino de los Cielos (posición teológica de una mayoría de iglesias y de buena parte de católicos). La pregunta persistente es: ¿Está la Iglesia de Cristo dispuesta a evolucionar en su comprensión y aceptación de la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo o transgénero, así como en su postura sobre el divorcio y el nuevo matrimonio en parejas heterosexuales?

La pregunta persistente es: ¿Está la Iglesia de Cristo dispuesta a evolucionar en su comprensión y aceptación de la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo o transgénero, así como en su postura sobre el divorcio y el nuevo matrimonio en parejas heterosexuales?”

El papa Francisco, conocido por su enfoque hacia los oprimidos y marginados, promueve una interpretación del Evangelio que es relevante y profundamente significativa en el contexto moderno. Su liderazgo enfatiza la contextualización de la fe, manteniendo intactas sus verdades fundamentales. Un cambio en la perspectiva sobre la familia y el sacramento del matrimonio, bajo su guía, no necesariamente implica una alteración de estas verdades fundamentales, sino más bien una adaptación a las realidades y necesidades contemporáneas.

La actualidad demanda una reflexión más profunda sobre cómo las distintas tradiciones cristianas pueden abordar conjuntamente estos desafíos, promoviendo un diálogo ecuménico enriquecedor que una en la diversidad, la misericordia y el amor. La Iglesia se encuentra ante la encrucijada de adaptarse a un mundo en constante cambio, manteniendo al mismo tiempo la esencia de su mensaje. La clave reside en encontrar un equilibrio que honre tanto la tradición como las transformaciones sociales actuales.

La Iglesia se encuentra ante la encrucijada de adaptarse a un mundo en constante cambio, manteniendo al mismo tiempo la esencia de su mensaje”

Análisis del impacto de “Fiducia supplicans” y las respuestas eclesiales

La declaración, aunque representa un paso progresivo y compasivo en la inclusión de parejas en situaciones irregulares, ha desencadenado una variedad de respuestas dentro de la Iglesia católica, evidenciando un choque entre la misericordia y el rigorismo doctrinal. Su enfoque en bendiciones breves y espontáneas, que no buscan justificar o aprobar dichas situaciones, resuena con la doctrina de la misericordia y el amor, principios esenciales para ser «hijos del Dios de Jesús».

 Sin embargo, esta medida ha provocado reacciones adversas y, en algunos casos, de abierta insubordinación por parte de figuras eclesiásticas destacadas. La resistencia al documento ha sido notoria entre ciertos cardenales, como Müller y los africanos Ambongo y Sarah, con este último llegando al extremo de acusar al papa Francisco de herejía. Este nivel de oposición, que roza el integrismo, es especialmente preocupante, considerando que estos líderes, por su orientación ultramontana, deberían ser los primeros en defender al Pontífice.

Este nivel de oposición, que roza el integrismo, es especialmente preocupante, considerando que estos líderes, por su orientación ultramontana, deberían ser los primeros en defender al Pontífice”

En España, la Iglesia también ha mostrado reacciones mixtas, con acusaciones de un enfoque excesivamente rigorista y silencios significativos, particularmente notorios en la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y la Subcomisión para el Ecumenismo.

La falta de pronunciamiento de estas entidades, especialmente cuando están encabezadas por personalidades como Rafael Vázquez, conocido por su compromiso con el ecumenismo y el diálogo interreligioso, es llamativa y debería sancionarse con su cese, pues la grave situación exige una defensa firme de Francisco ante acusaciones infundadas de herejía y desobediencia.

“En España, la Iglesia también ha mostrado reacciones mixtas, con acusaciones de un enfoque excesivamente rigorista y silencios significativos, particularmente notorios en la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y la Subcomisión para el Ecumenismo”

El documento ha suscitado reacciones diversas, desde la oposición de algunos obispos africanos hasta el apoyo de líderes en Roma, evidenciando una iglesia en conflictoentre el avance hacia la inclusión y la adherencia a interpretaciones tradicionales. Estos desacuerdos reflejan un desafío más amplio en la Iglesia: cómo reconciliar la doctrina con las necesidades y realidades contemporáneas.

Estos desacuerdos reflejan un desafío más amplio en la Iglesia: cómo reconciliar la doctrina con las necesidades y realidades contemporáneas”

Ante los ataques y desafíos a los que se enfrenta el papa Francisco, tanto por parte de eclesiásticos como de seglares, es imperativo recordar el mandamiento fundamental del cristianismo: el amor al prójimo. Los críticos deberían reflexionar sobre su capacidad para amar a sus hermanos y hermanas en Cristo, ya que, según las enseñanzas cristianas, la incapacidad de amar al prójimo es también una incapacidad de ver a Dios.

Fuente Religión Digital

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Vivir en los márgenes, como Jesús.

Lunes, 12 de febrero de 2024
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IMG_2981Hermana Donna McGartland

La publicación de hoy es de la colaboradora invitada Sr. Donna McGartland. Donna es una de las autoras de Love Tenderly: Sacred Stories of Lesbian and Queer Religious publicado por New Ways Ministry.

Las lecturas litúrgicas de hoy para el VI Domingo del Tiempo Ordinario se pueden encontrar aquí.

En la primera lectura de Levítico de hoy, los israelitas continúan su viaje de 40 años por el desierto. Algunos de ellos desarrollaron lepra, por lo que, para mitigar una mayor propagación, cualquier persona sospechosa de tener esta enfermedad era considerada impura y era obligada a vivir fuera del campamento.

Hasta la década de 1960, quienes padecían la enfermedad de Hansen (lepra) se veían obligados a vivir en colonias, fuera de la sociedad, rechazados por miedo y por creer que era el mejor curso de acción para que la mayoría no se infectara. Las personas con lepra se mantendrían al margen y, en muchos sentidos, invisibles.

Al comienzo del evangelio de Marcos, un leproso se acerca a Jesús y le ruega ser curado. Al hacerlo, la persona enferma viola todas las normas sociales al entrar en contacto directo con alguien que no estaba enfermo. Jesús toca a esta persona “inmunda” y limpia al leproso. Jesús pide el anonimato mientras le dice a la persona que siga la ley judía: “No se lo digas a nadie, sino ve al sacerdote”. El sacerdote era la única persona que podía volver a declarar limpio al leproso.

Más importante aún, Jesús sabía que, al tocar a una persona impura, inmediatamente quedaría impuro, ya no podría entrar en ninguna ciudad y se vería obligado a permanecer fuera de la sociedad, en los márgenes. Marcos insiste en enfatizar que, a partir de ese momento, Jesús vivió en lugares desiertos, fuera de la sociedad y, sin embargo, gente de todas partes buscaba a Jesús.

IMG_2973Este es el mismo lugar donde a menudo encuentro a Jesús: conmigo, en los márgenes, con tantos otros que buscan sanación y plenitud. Es aquí donde soy plenamente abrazado por el Dios de los pobres, un Dios que me acoge a mí y a todos los que conocen el sentimiento de anhelo de conexión.

Como persona del espectro LGBTQ+ que vive en los márgenes, descubrí que esta es una posición privilegiada. Puedo vivir “en la sociedad en general” pero, en verdad, hacerlo me sentiría mal. He tenido la experiencia de no ser aceptada simplemente porque fui creada lesbiana. No quiero ser parte de una sociedad que siente que tiene derecho a imponer condiciones a la creación de Dios.

Si bien soy obviamente parte de la sociedad en general y elijo ser parte de la Iglesia católica que realmente amo, no estoy controlado por su búsqueda malsana de poder. Al vivir fuera de su alcance, en los márgenes, puedo apreciar la vida que me rodea mientras camino y disfruto de mis compañeros, quienes también han sido juzgados como una amenaza a un retorcido sentido de seguridad o al percibido “bien común”.

Quienes viven hoy en los márgenes no son contagiosos como en los tiempos de Moisés y, sin embargo, seguimos siendo tratados como tales. Con demasiada frecuencia, se nos trata como la fuerza “invisible” que amenaza, en lugar de las bendiciones creativas y diversas que Dios ofrece a un mundo en dificultades. Prohibir libros, negar el acceso a grupos de apoyo en las escuelas y prohibir la exhibición de símbolos que afirman nuestra presencia son simplemente formas en que algunos intentan controlar la realidad de nuestra presencia. Las personas y grupos que se oponen activamente al documento aprobado por el Papa Francisco, “Fiducia supplicans”, el documento que permite bendiciones a parejas del mismo sexo y a aquellos en situaciones “irregulares”, son las personas modernas que excluirían y aislarían a quienes considerar “diferente“. Sus actitudes revelan cuán amenazados se sienten.

Al identificarme con los marginados, no necesito ni quiero defenderme. Soy mucho más libre aquí sabiendo que soy bendecido cada día al caminar con Jesús, quien eligió vivir en los márgenes.

–Sr. Donna McGartland, 11 de febrero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“Fiducia Supplicans: los que comen con las manos limpias”, por Leandro Gaitán

Miércoles, 31 de enero de 2024
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IMG_2484“¿No es una monstruosidad bendecir a la tripulación de un bombardero nuclear para que tenga éxito en su misión?

Para muchos laicos, sacerdotes, obispos y cardenales, dicha declaración es una suerte de puerta abierta al mismísimo Averno (las redes sociales son un testimonio lapidario de tales reacciones)”

Ante semejante conmoción, no puedo evitar recordar cuando, en el año 1945, el padre George Zabelka bendijo a la tripulación del Enola Gay y del Bockstar para que tengan éxito en su misión: arrojar sendas bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki”

“Los laicos y sacerdotes que ahora juntan firmas en Change.org para hacer lobbismo mediático contra el Papa Francisco y presionarle para que anule FS (como si la Iglesia fuera una democracia y no una institución jerárquica), ¿dónde estaban en aquel momento?”

“Cuando alguien se horroriza fácilmente con los pecados ajenos nunca está demás responderle con un ‘tu quoque’ (tú también) o dicho de manera coloquial, ¿y por casa cómo andamos?”

Recuerdo que hace algunos años, cuando redactaba mi tesis doctoral, estudié el surgimiento de la llamada generación Beat, un movimiento contracultural formado por jóvenes que se revolvían, entre otras cosas, contra el moralismo hipócrita de la sociedad estadounidense de aquellos años (50’ y 60’). Una sociedad en la que una joven podía ser señalada y criticada si utilizaba una falda un poco más corta de lo “permitido” o en la que se retiraba el saludo a una pareja de novios que decidía convivir antes del matrimonio.

Una sociedad que, no obstante, aplaudía como foca la frenética carrera armamentista, las carnicerías humanas de Corea y Vietnam o que perdía la compostura si una persona de color no cedía el asiento a una persona blanca en el autobús (porque muchos estaban a favor de la segregación racial). Eso sí, una sociedad que, al mismo tiempo, jamás faltaba a los servicios religiosos los días domingos.

Con similar perplejidad “beat” contemplo la forma escandalosa con que han reaccionado algunos sectores de la Iglesia por la declaración Fiducia Supplicans(desde ahora, FS). Para muchos laicos, sacerdotes, obispos y cardenales, dicha declaración es una suerte de puerta abierta al mismísimo Averno (las redes sociales son un testimonio lapidario de tales reacciones).

Ante semejante conmoción, no puedo evitar recordar cuando, en el año 1945, el padre George Zabelka bendijo a la tripulación del Enola Gay y del Bockstar para que tengan éxito en su misión: arrojar sendas bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. No eran una pareja, eran un grupo. Según parece, se puede bendecir a un grupo que se une para utilizar armas de destrucción masiva contra población civil.

Y también se pueden bendecir armas, aunque recientemente el Papa Francisco recomendara dejar de hacerlo (¡otra vez el progre y buenista de Bergoglio metiendo sus narices donde nadie le llama!). No tengo noticias de que ese acontecimiento haya generado peticiones tan airadas al entonces Papa Pío XII para que se prohibieran ese tipo de bendiciones. No tan airadas como las que generó FS. Según declara el mismo padre George Zabelka: “Que yo sepa, ningún cardenal ni obispo estadounidense se opuso a estos bombardeos masivos. El silencio en estos asuntos resulta ser aprobación”.

IMG_2480¿Dónde estaban los conservadores en aquel momento para oponerse a semejante monstruosidad? ¿O no es una monstruosidad bendecir a la tripulación de un bombardero nuclear para que tenga éxito en su misión (más aún en un contexto de guerra no-nuclear)? Pues eso aconteció antes del rupturista, discontinuista y cuasi-cismático Concilio Vaticano II (perdón por la ironía). Sospecho entonces que, para los que todavía guardan cierta nostalgia de aquellos tiempos pretéritos, la bendición del padre Zabelka estuvo de maravillas, no así —faltaría más— las bendiciones que permite FS.

También recuerdo que, en el año 1999, el Papa San Juan Pablo II besó solemnemente el Corán delante del imán chiíta de la mezquita de Khadum. Pregunto entonces: si permitir la bendición de parejas irregulares o del mismo sexo es una forma de aprobación, el beso solemne del Corán por parte del Santo Padre, ¿no fue también una especie de aprobación?

Quizás algún lector pensará que estoy incurriendo en falsa analogía, o para decirlo de otra manera, que estoy mezclando “churras con merinas”. Pues no me parece una comparación desacertada. Vamos unos años más adelante. En 2006 el Papa Benedicto XVI bendijo a los exponentes de las comunidades musulmanas de Italia y a los embajadores de los países de mayoría islámica acreditados ante la Santa Sede. Sus palabras fueron éstas: “¡Que el Dios de la paz os llene con la abundancia de sus bendiciones, al igual que a las comunidades que vosotros representáis!”.

¿Fue una bendición litúrgica o de corte pastoral-informal (según el distingo de FS)? Entiendo que fue una bendición pastoral. Los musulmanes que, por su misma condición, no reconocen a Jesucristo como segunda persona de la Trinidad (habiendo tenido, en muchos casos, la posibilidad de conocer el cristianismo), ¿viven o no en pecado? ¿Se puede bendecir una comunidad que no manifiesta ninguna intención de arrepentimiento por negar la divinidad de Jesucristo, ni mucho menos, de conversión al cristianismo? Pues parece que sí se puede, al menos sí de manera informal.

A pesar de eso me pregunto: ¿dónde estaban los conservadores para rechazar en masa la bendición de musulmanes? ¿dónde estaban las Conferencias Episcopales de África para oponerse al Papa Benedicto XVI por bendecir a miembros de una religión que, aún hoy, persigue, secuestra, tortura y asesina masivamente a los cristianos en distintas regiones de aquel continente (y fuera también)? ¿por qué nadie alzó la voz para advertir que un católico no puede besar un libro que legitima toda forma de violencia contra los “infieles” (es decir, contra los mismos católicos)? Qué es más “pecaminoso”, ¿rechazar la divinidad de Jesucristo y combatir a quienes la afirman, o ser homosexual, reconocer la divinidad de Jesucristo y pedir una bendición informal para que el mismo Señor Jesucristo le otorgue su ayuda?

Hago aquí un breve paréntesis para aclarar que no es mi intención emitir juicios de valor sobre el actuar de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, sino poner en evidencia una contradicción o, por qué no decirlo con todas las letras, una hipocresía. De lo hecho por estos papas, podría decirse que un gesto de caridad no conlleva la aceptación del error.

Ejemplos en sintonía con los recién mencionados hay para hacer dulce. Recordaré uno más. Las bendiciones de narcotraficantes, mafiosos y delincuentes de toda índole. En 1991, el padre Rafael García Herreros bendijo al narco-criminal Pablo Escobar Gaviria y a su séquito de sicarios. Fue otra bendición en grupo, no en pareja. Todos asesinos que fueron bendecidos a pesar de no dar señales de arrepentimiento por el mal cometido y de perseverar en su conducta nefanda. Sí, hablo de Pablo Escobar Gaviria, el mismo que apenas dos años antes, había ordenado hacer estallar un avión de Avianca en pleno vuelo para asesinar a un candidato presidencial. No hubo sobrevivientes de aquel atentado (110 fallecidos).

Otra vez pregunto: ¿estaba el padre García Herreros aprobando solapadamente el actuar de esos criminales con su bendición? Los laicos y sacerdotes que ahora juntan firmas en Change.org para hacer lobbismo mediático contra el Papa Francisco y presionarle para que anule FS (como si la Iglesia fuera una democracia y no una institución jerárquica), ¿dónde estaban en aquel momento? ¿dónde estaban todos los que hoy actúan como auténticas estrellas del lobby “anti-Bergoglio” en las redes sociales para gritar a voz en cuello que esa bendición grupal era inaceptable? Insisto, podría seguir con la casuística ad infinitum. No quiero meterme, por ejemplo, en el oscuro terreno de la política. Bendiciones y comuniones concedidas a dictadores, líderes y miembros de grupos terroristas, etc., en la mayoría de los casos sin que esta gente muestre signos de arrepentimiento ni abandone sus actividades delictivo-criminales.

IMG_2485No puedo evitar experimentar perplejidad “beat” al observar cómo aquellos que callaron ante las situaciones recién descriptas, hiperventilan al pensar que una pareja en situación irregular o del mismo sexo pueda acercarse al despacho parroquial para pedir una bendición e invocar la asistencia de la Gracia. Se parecen a los ortodoxos rusos quienes, por boca del Obispo Hilarión Alfeyev, han afirmado que, a causa de FS, ya no será posible “esperar una futura unidad entre católicos y ortodoxos”.

Sí, ha leído correctamente, lo afirmaron los ortodoxos rusos, que han bendecido submarinos nucleares con misiles balísticos intercontinentales y plataformas de lanzamiento de misiles nucleares desde tierra que podrían convertir una ciudad con millones de habitantes en un páramo infernal sin posibilidades de supervivencia siquiera para las cucarachas. Sin ir más lejos, el patriarca ortodoxo ruso Kirill dijo, el pasado mes de octubre, que las bombas y las ojivas atómicas rusas están bajo la protección de San Serafino de Sarov. ¡Menos mal! Muy tranquilos estarán ahora sus potenciales víctimas sabiendo que, eventualmente, serán borrados de la faz de la Tierra por misiles que se encuentran bajo la protección del santo ruso. Si estas absurdidades no fueran hechos reales, pensaría que son bromas típicas de un 28 de diciembre.

Continúo con mi perplejidad “beat”. Una perplejidad que asume dimensiones mastodónticas cuando pienso en los pecados cometidos “de la cintura para arriba”. Cuando pienso, por ejemplo, si puede un sacerdote bendecir a un comunista, a un fascista o a un capitalista recalcitrante. Sí, también leyó bien, a un capitalista de esos que comulga de rodillas, pero luego te quiere convencer de que está muy bien que una multinacional instale una fábrica en un pueblo perdido de Honduras, para contratar gente a la que hace trabajar 12 hs. por día (de lunes a lunes) produciendo polos que la empresa vende a 60 € en Madrid, Berlín o Londres, mientras les paga (a esos “empleados”) 1 € al mes. Vuelvo sobre lo mismo: parece que es correcto bendecir a gente que defiende y promueve ideas/políticas que justifican, de diferentes maneras, el abuso desmedido de poder sobre otros (frecuentemente en condiciones de vulnerabilidad extrema). ¿Será que me estoy fijando en menudencias? ¿Será que, a fin de cuentas, lo único importante es que sean heterosexuales?

Mi perplejidad “beat” alcanza cotas insospechadas cuando observo que, el gran escándalo de FS, parece deberse a que se mete en un tema de índole sexual. Recuerdo, en este sentido, las reacciones que provocó en su tiempo la publicación de la encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI. Humanae Vitae y Fiducia Supplicans son, probablemente, los dos documentos del post-concilio que mayor cantidad de reacciones negativas han provocado. En el primer caso, por parte del sector “progresista” y en el segundo caso, del sector “conservador”.

Difícilmente se puedan encontrar documentos o situaciones en la historia reciente de la Iglesia que hayan generado tanto “pataleo” como cuando los Papas se pronunciaron sobre temas vinculados a la sexualidad. Parece que los católicos nos empeñamos porfiadamente en dar la razón a quienes afirman que, para la Iglesia, el tema sexual es materia de escándalo. Abro aquí otro paréntesis para decir que de ningún modo estoy minimizando la importancia antropológico-teológica de la sexualidad, solo pretendo expresar la sorpresa que me produce este particular fenómeno. Los papas han escrito documentos sobre diversidad de temas muy sensibles y complejos. Sin embargo, nunca han logrado suscitar reacciones tan destempladas como cuando han hablado sobre temas relacionados con la sexualidad.

Esto sigue, mi estado de desconcierto y estupefacción casi supera al de los jóvenes “beat” cuando pienso en las contradicciones de la propia vida, esas que quizás no se ven ni son evidentes para los que nos rodean (y de las que nadie está exento, yo el primero). Me refiero, por ejemplo, al varón o mujer heterosexual, eventualmente casado/a por iglesia y con hijos (modelos arquetípicos del laico “bendecible”), que quizás mira pornografía en momentos de soledad, engaña directa o indirectamente a su cónyuge, le maltrata psicológica o físicamente, ignora a sus hijos porque prioriza el éxito profesional y el dinero, difama a los demás, es avaro, soberbio, mentiroso, envidioso, etc.

Todos pecados que confiesa ante el sacerdote cada quince días, pero en los que sistemáticamente vuelve a caer, frecuentemente sabiendo que los repetirá y sin hacer demasiado esfuerzo (o ninguno) para evitarlos, y sin que eso le afecte o provoque una particular crisis de conciencia.

Esa persona, incluso asiste a misa, comulga y recibe la bendición todos los domingos y fiestas de guardar. Situaciones como la recién descripta constituyen el pan nuestro de cada día en la vida de la Iglesia, y todos lo aceptamos porque tiene que ver con la impronta paradojal y dramática de la existencia humana. Tiene que ver, en definitiva, con el hecho fácilmente verificable de que todos somos pecadores, de que nuestra naturaleza está herida por el pecado.

El problema es cuando, quienes así viven, se creen legitimados para actuar como guardias en un panóptico desde donde miran, juzgan y deciden a quién se sube o se baja el pulgar. Y desde ese panóptico, se han lanzado a las redes sociales para escupir sus venenos contra FS y el Papa Francisco. Cuando alguien se horroriza fácilmente con los pecados ajenos nunca está demás responderle con un “tu quoque” (tú también) o dicho de manera coloquial, ¿y por casa cómo andamos?

Hagamos una revisión exhaustiva de nuestras propias vidas y luego veamos qué autoridad tenemos para “tirar la primera piedra” (Jn 8,7). En efecto, ¿es éticamente plausible vivir señalando a quienes “no comen con las manos limpias”, como relata el conocido pasaje evangélico (Mc 7, 1-8 y 14-23), sin atender al estado del propio corazón (quizás convertido en un auténtico lodazal)?

Ante esta lamentable situación de inflexibilidad y vehemente rechazo hacia FS, y ya en el paroxismo de la perplejidad “beat”, me viene a la mente una frase de San Josemaría Escrivá sobre la que creo, modestamente, que convendría reflexionar: “Ten entrañas de piedad, y no olvides que [ese pecador] aún puede ser un Agustín, mientras tú no pasas de mediocre” (Camino, nº 675). Hago un pequeño añadido a esta frase para terminar: tal vez, recibida en el momento adecuado, el tipo de bendición “al paso” que permite FS, podría suponer un antes y un después en la aparición de ese nuevo “Agustín”.

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“Bendecid, no maldigáis, por Míguel Ángel Mesa.

Viernes, 26 de enero de 2024
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IMG_2318Mi plena cercanía, apoyo y sintonía con los cambios iniciados o llevados a cabo por Francisco a lo largo de estos diez años de papado”

“Después de leer la Declaración La confianza suplicante, pienso que es un paso adelante, valiente e importante, que invita a dar la bendición de Dios sin exigir nada a cambio, sin pedir un cambio de actitud. Simplemente porque Dios les ama y les acoge como son”

“Pero este paso adelante ha sido criticado fuertemente, como viene siendo habitual, por algunos de los sectores más tradicionalistas, involucionistas e inmovilistas de la jerarquía eclesiástica”

“Mi plena cercanía, apoyo y sintonía con los cambios iniciados o llevados a cabo por Francisco a lo largo de estos diez años de papado, para que la Iglesia se adecúe a los tiempos actuales y sea más fiel al Evangelio de Jesús”

“Cuando dos personas se aman es Dios mismo quien las bendice. Es el sacramento del amor lo que las une. Y las personas en situación “irregular”, es lo más regular y normal en nuestro mundo”

“Estoy plenamente convencido que si Jesús viviera en nuestros días, daría su plena bendición … Lo suyo es la buena noticia”

Allá por el año 2008 escribí un artículo que causó algún revuelo y que titulé La familia de Jesús. En él hablaba de Jesús y el grupo de discípulos y discípulas que le seguían, pero actualizado desde las realidades que vivimos hoy en día. Aparecían en este grupo los inmigrantes, la situación “irregular” de un padre separado con un niño a su cargo, dos hombres que decidieron unir sus vidas y Jesús, junto al resto de sus seguidores, les acompañaron “ayer mismo, cuando se prometieron fidelidad y amor en una ceremonia que tuvimos en la comunidad”.

Había también una pareja de mujeres con una niña a su cargo. Dice Jesús: “Yo nunca he visto miradas tan tiernas, gestos más cariñosos, besos tan dulces como los que se dan. No hay entre ellas mayor ni menor, comparten todas las tareas y la educación de su hija. Son un verdadero matrimonio bendecido por mi buen Padre y Madre Dios. Tienen un amor mucho más puro que el de la mayoría de los matrimonios tradicionales que he visto en mis largos años de andanzas por pueblos y ciudades”.

 Y termina diciendo Jesús a quienes se oponen a estas prácticas, haciendo referencia a la ortodoxia, a la ley natural, a la palabra de Dios interpretada de forma autorizada por ellos, varones todos, e invocando la tradición: “Y así podría contaros muchos casos más que hay entre nosotros. No hay un solo tipo de familia, ya lo veis. Y las parejas que desean casarse en la comunidad son llamadas con toda naturalidad matrimonio, porque lo son. Y Dios los bendice cada día reflejando el sol en sus vidas… Ellos y ellas son mi verdadera familia: mi madre, mi padre, mi hermano y mi hermana. Y si mi Padre les ha unido en su amor, vosotros no sois nadie para intentar suplantar a Dios”.

IMG_2396Como habréis supuesto, esta introducción hace referencia a la Declaración La confianza suplicante, firmada por el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y ratificada por el Papa Francisco el pasado 18 de diciembre. En esta declaración se aclaran las formas en que se deben realizar las bendiciones solicitadas por personas en situaciones “irregulares” y parejas del mismo sexo.

Después de leerlo pienso que es un paso adelante, valiente e importante, que invita a dar la bendición de Dios sin exigir nada a cambio, sin pedir un cambio de actitud. Simplemente porque Dios les ama y les acoge como son. Se ha esperado demasiado tiempo para que podamos ver con nuestros propios ojos este cambio histórico hacia parejas del mismo sexo y personas separadas y vueltas a casar.

Después de leerlo pienso que es un paso adelante, valiente e importante, que invita a dar la bendición de Dios sin exigir nada a cambio, sin pedir un cambio de actitud. Simplemente porque Dios les ama y les acoge como son”

Pero este paso adelante ha sido criticado fuertemente, como viene siendo habitual, por algunos de los sectores más tradicionalistas, involucionistas e inmovilistas de la jerarquía eclesiástica, en distintos países, entre ellos el nuestro, en el que un grupo de sacerdotes ha iniciado una recogida de firmas para que se derogara la declaración y distintos obispos se han mostrado en contra de que se efectúe cualquier bendición de este tipo en sus diócesis.

En primer lugar lo que deseo es mostrar mi plena cercanía, apoyo y sintonía con los cambios iniciados o llevados a cabo por Francisco a lo largo de estos diez años de papado, para que la Iglesia se adecúe a los tiempos actuales y sea más fiel al Evangelio de Jesús, siendo más comunitaria, sinodal, participativa, con una mayor inclusión de la mujer en distintos servicios eclesiales, pobre, junto y para los pobres, encarnada en nuestro mundo de forma misericordiosa y con una dedicación plena y comprometida hacia la población más empobrecida, marginada, excluida, emigrante… Y, en concreto, en el tema que me ocupa sobre la bendición a parejas del mismo sexo y personas en situaciones irregulares.

Mi plena cercanía, apoyo y sintonía con los cambios iniciados o llevados a cabo por Francisco a lo largo de estos diez años de papado, para que la Iglesia se adecúe a los tiempos actuales y sea más fiel al Evangelio de Jesús”

Pero no quiero finalizar sin mostrar un pero, una salvedad. Este texto, como he dicho anteriormente, me parece un paso adelante, valiente e importante. Pero mínimo. Toda la declaración parece encauzada a no provocar urticaria y que el rito de la bendición, sea breve, alejado de cualquier similitud al del ritual del matrimonio, para que no dé lugar a confusiones.

IMG_2395Me remito a los fragmentos de mi artículo que he reflejado al principio, para dejar constancia de mi forma de pensar. Creo que el amor no hace acepción de personas, sean de un sexo o de otro. El amor proviene de Dios, es Dios mismo, según el Evangelio de Juan. Y cuando dos personas se aman es Dios mismo quien las bendice. Es el sacramento del amor lo que las une.

“Cuando dos personas se aman es Dios mismo quien las bendice. Es el sacramento del amor lo que las une. Y las personas en situación “irregular”, es lo más regular y normal en nuestro mundo”

Y las personas en situación “irregular”, es lo más regular y normal en nuestro mundo. Cuando dos personas con un proyecto de vida en común, de cariño mutuo, después de esforzarse por solucionar las dificultades de la vida matrimonial, ven que es imposible mantener esa unión, lo “normal” es separarse de la forma más humana y amistosa posible. Para seguir su vida y, si lo desean y tienen suerte, encontrar otra persona con la que poder hacerlo. El amor de Dios es eterno, pero en la vulnerabilidad del ser humano, lo más habitual es que haya momentos en los que se abandonen unos caminos, por distintas circunstancias, para encontrar otros nuevos que aporten más felicidad y plenitud.

Estoy plenamente convencido que si Jesús viviera en nuestros días, daría su plena bendición, celebraría el encuentro, el matrimonio, la vuelta a la vida dichosa junto a otra persona, sin hacer preguntas, sin prejuicios, sin teóricas leyes naturales que castigan y alejan. Lo suyo es la buena noticia. Es mucho más felicitante, humana y divina la bendición. El bien decir. El bien hacer. El bien querer. El bien acoger. Y alejemos de nuestras vidas, arrojando a la basura, el rechazo, la maldición, el anatema y la condena.

Estoy plenamente convencido que si Jesús viviera en nuestros días, daría su plena bendición … Lo suyo es la buena noticia”

Fuente Religión Digital

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Obispo auxiliar holandés Robert Mutsaerts: “La gente se identifica como cristianos homosexuales. No existe tal cosa. No más que algo así como un cristiano alcohólico.”

Lunes, 22 de enero de 2024
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Mutsaerts-329uUn obispo holandés advierte de que en Fiducia Supplicans y otros documentos se cambia intencionadamente el significado del pecado y se vacían de contenido los conceptos. También critica que la palabra “pastoral” se use para dejar de lado la doctrina y acusa de ello  los resultados de esta práctica en su propio país, el “más secularizado del mundo”.

El obispo auxiliar holandés Robert Mutsaerts, que ya saliera en defensa de su defenestrado colega Joseph Strickland recientemente, ha escrito en su blog contra la polémica declaración Fiducia supplicans en un texto que reproducimos a continuación.

“La Declaración «Fiducia supplicans» del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa Francisco, permite bendecir a las parejas del mismo sexo». Así se lee en el titular de un artículo en el propio sitio web del Vaticano. Es cierto que dicha bendición debe realizarse sin ningún tipo de ritualización y no debe dar la impresión de ser un matrimonio . “La doctrina sobre el matrimonio no cambia y la bendición no implica la aprobación de la unión”, continúa el sitio web oficial del Vaticano.

La cuestión no es si se bendice a los pecadores. Lógicamente eso siempre ha sido posible. La Iglesia siempre ha invitado a las personas a recibir la bendición de Dios. El comunicado lo reitera. También es clara la afirmación de que no puede tratarse de un matrimonio sacramental. Una boda por la iglesia para parejas del mismo sexo es y sigue siendo imposible. Esto queda reservado a una relación entre hombre y mujer. Tampoco puede hablarse de ninguna modalidad formal de ritualización (como encontramos en la Bendición Nupcial). Esta nota puede verse como una respuesta a las bendiciones formales de parejas homosexuales en Alemania, donde la conferencia episcopal ha formalizado este tipo de bendiciones. Luego hay un tercer tipo de bendición, las llamadas bendiciones espontáneas. Se puede pensar en un peregrino que pide la bendición de un sacerdote en un lugar de peregrinación. O la bendición que un feligrés pide a un sacerdote al repartir la comunión porque (todavía) no ha sido bautizado, o un bautizado que se considera indigno de comulgar y pretende recibir el sacramento de la confesión. ¿Quién puede recibir esta bendición? Todos. Hasta ahora, nada nuevo.

Pero luego vienen los pasajes confusos de la declaración. ¿Por qué la gente pide una bendición? Para solventar una ruptura en su situación vital. Después de todo, lo que se pide es la bendición de Dios. La primera pregunta que uno debe hacerse es: ¿Dios bendeciría esto? Dios, que nada desea más que el arrepentimiento de las personas para que participen del amor de Dios. ¿Puede Dios bendecir a un pecador? Como dije, sí, por supuesto. Los pecadores afligidos que se arrepienten son perdonados de todo corazón. Una pregunta completamente diferente es: ¿puede Dios bendecir el pecado? ¡Por supuesto que no! Amamos al pecador, pero odiamos el pecado. Exactamente el mismo principio se aplica a las tres formas de bendiciones (sacramental, formal e informal). Y aquí es donde las cosas se tuercen en Fiducia Supplicans: el pecado y el pecador se identifican. Un cristiano gay puede ser bendecido individualmente. Pero una relación homosexual no puede bendecirse porque la Iglesia la considera desordenada o pecaminosa. Esta naturaleza desordenada se reafirma, pero la declaración dice que la bendición de tales relaciones es posible. Dicho de otra manera, es posible bendecir una relación pecaminosa. Dios que pronuncia su bendición sobre un pecado, ¡es una vergüenza!

¿En qué se basa esto? No hay ninguna referencia a los Padres de la Iglesia, a documentos de los Papas, a escritos de teólogos, sino casi exclusivamente a documentos anteriores del propio Papa Francisco. Fiducia Supplicans quiere ser una guía pastoral, pero lo que se entiende por bendición es completamente difuso. No está claro por qué alguien querría pedir a un sacerdote una bendición o por qué un sacerdote querría dar su bendición. Normalmente esto se hace para alinear tu vida con la voluntad de Dios. Es un llamado a la santidad. Pero en el comunicado no hay ninguna mención a un llamado a la conversión, al arrepentimiento, no hay ninguna referencia a la verdad. No incluye un llamado a las parejas LGTBQ a vivir en continencia de acuerdo con el plan de Dios, en el que la sexualidad está reservada a la relación entre marido y mujer.

Es un estribillo que se repite en este pontificado: la falta de claridad, la siembra de confusión. El Papa que dice que no cambiará la doctrina de la Iglesia, pero al mismo tiempo crea oportunidades para lo contrario en la práctica. No se puede mantener la doctrina y proporcionar criterios diferentes para la vida.

El problema subyacente es que en las relaciones homosexuales la gente empieza a identificar el pecado y el pecador. La gente se identifica como cristianos homosexuales. No existe tal cosa. No más que algo así como un cristiano alcohólico. No, eres un cristiano con un problema de alcohol, eres un cristiano con sentimientos homosexuales. Si haces del pecado tu identidad, no hay salida. Actuamos como si las personas LGTBQ fueran una raza única de pecadores que deben ser tratados por separado. Pero a ellos se les aplica lo mismo que a cualquier otro pecador.

Los homosexuales se sienten excluidos de la comunidad eclesiástica. Pero la Iglesia no excluye a nadie. Nadie es tan malo como para que no se le deje entrar. Y nadie es lo suficientemente bueno como para quedar al margen. Con una excepción (los que crean que no les falta nada, pueden quedarse en casa), todos son bienvenidos. Pero se nos pide algo: el arrepentimiento, la llamada a la conversión. Y ésta es precisamente la ambigüedad de la Fiducia Supplicans: no se quiere nombrar al personaje pecador. Y eso es también lo que la comunidad LGTBQ no quiere. La gente exige que no sean ellos, sino la Iglesia la que cambie.

Cada bendición está destinada a los pecadores. Pero no para quienes piensan que eso no va con ellos. Pero, ¿por qué pedir una bendición? La bendición es por definición para los pecadores que reconocen sus defectos y necesitan la ayuda de Dios para mejorar. La Declaración ofrece la posibilidad de recibir una bendición, pero no dice una palabra sobre un correctivo y se pide al sacerdote que dé su bendición sobre un estado de desorden que se mantiene. Esto no es pastoral ni misericordioso, sino carente de amor. Es tarea del sacerdote señalar su situación, su tarea es acercar a las personas a Dios, y no guiarlas hacia el abismo. Porque eso es lo que hacen. Daré mi bendición a quien la pida. Pero bajo ninguna circunstancia daré mi bendición a una situación pecaminosa. Y eso no tiene nada que ver con la discriminación. Lo mismo se aplica a una relación entre hombre y mujer en la que hay adulterio.

Santo Padre, ¡sea claro! ¡Esto no ayuda a nadie! ¡A nadie!

Y vuelve la burra al trigo…

‘Esa diabólica ambigüedad’.

Fiducia Supplicans, la controvertida declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, es ante todo un documento cobarde. Se niega a identificar las prácticas homosexuales como intrínsecamente malas. Ahora está claro que Fiducia Supplicans no se trata de una ampliación del significado de las bendiciones, sino de un cambio consciente de lo que es el pecado. Las objeciones de numerosos obispos, incluso conferencias episcopales, cientos de sacerdotes y creyentes se han rechazado con arrogancia.

FD explica las “bendiciones” de tal manera que ya no tiene un significado claro. Eso sucede a menudo en este pontificado. Cuando los conceptos pierden su sentido, son fácilmente manipulables. No llames niño a un niño en el útero de tu madre, sino ‘grupo de células’, y así puedes hacer con él lo que quieras. Entonces el aborto deja de ser un asesinato y se convierte en un procedimiento quirúrgico. Dale a la palabra “bendición” un nuevo significado y podrás hacer todo tipo de cosas con ella. La palabra mágica que suele usarse es “pastoral”. No se permite una bendición formal, dice la declaración, pero sí una bendición espontánea. Eso es pastoral.

¡Cuántas veces se utiliza la palabra «pastoral» para dejar de lado el magisterio, para contraponer doctrina y vida, y luego justificar una vida en desacuerdo con la doctrina! El cuidado pastoral ya no es cuidado espiritual; se ha vuelto algo sin alma. La doctrina se deja de lado, al fin y al cabo, son sólo palabras, no dice nada sobre el significado real, o eso pretenden. El nominalismo ha vuelto, aunque en realidad nunca ha desaparecido. El subjetivismo y el relativismo proliferan hoy en el Dicasterio de la Doctrina de la Fe. ‘Dicasterio de la Deconstrucción’ sería una designación más apropiada.

Para mí está claro adónde conduce esto. En mi país, los Países Bajos, este desarrollo comenzó en los años 1960 con el llamado «Consejo Pastoral». Todos los conceptos doctrinales quedaron erosionados. Tomás de Aquino fue anulado y Guillermo de Ockham subió al trono. Llamaron a este consejo “pastoral”. Los Países Bajos son ahora el país más secularizado del mundo. Sólo hubo un obispo que resistió. Realmente se preocupaba por las almas de los creyentes. El resto guardó silencio. La asignatura de “teología pastoral” se inventó en los Países Bajos. Pero no es ciencia. Se utiliza para poner en perspectiva la ciencia real. Eso es exactamente lo que hace el Papa Francisco, eso es exactamente lo que hace el cardenal Fernández, eso es exactamente lo que hace Fiducia Supplicans. La moralidad se contrasta con la dogmática. Eso es exactamente lo que hizo Amoris Laetitia.

Se olvida una cosa. Todas estas concesiones a la cultura secular no atraen a los jóvenes. Los seminarios y congregaciones progresistas agonizan. Son precisamente los seminarios y congregaciones tradicionales los que prosperan. Mientras la Iglesia en los Países Bajos se agosta (la edad promedio de los asistentes a la iglesia supera los 70 años), veo crecer las reuniones de grupos de jóvenes. A menudo provienen de entornos ateos, pero buscan la verdad. Acaban en la Iglesia católica por conversaciones, por pastores simplemente católicos, que no predican teorías vagas, sino que se mantienen fieles a la Tradición. Cuál es el deseo de estos jóvenes: la Eucaristía, la adoración, profundizar en la fe, redescubriendo el sacramento de la confesión.

Quizás los acontecimientos actuales en el Vaticano sean una bendición. Ahora está quedando claro cuál es la situación en Roma, por lo que también es posible un cambio de rumbo. Miren a aquellos de quienes se rodea el Papa. Con James Martín. Francisco promueve a McElroy, el hombre que cree que la Iglesia debe cambiar su enseñanza sobre la sodomía (llamémosla simplemente por su nombre). Promueve a Hollerich a cardenal, un Hollerich que cree que la moral de la Iglesia en materia de sexualidad está en contradicción con la ciencia y la sociología. Le escribe a la hermana Jeannine Gramick diciéndole que apoya su Ministerio New Ways. Promueve a su amigo argentino Fernández a cardenal y jefe del Dicasterio de la Doctrina de la Fe. Este Fernández ha escrito un libro pornográfico en el que describe, entre otras cosas, cómo una joven de 16 años tiene una experiencia sexual con Jesús. También elucubra extensamente sobre los orgasmos. Y es este Fernández quien debe juzgar los abusos sexuales en la Iglesia. Cualquier obispo que descubriera que uno de sus sacerdotes había escrito un libro tan desagradable lo suspendería inmediatamente. No el Papa Francisco. Él no ve ningún problema. Por cierto, no es el único libro pornográfico que ha escrito. Ya no lo volvería a hacer, dice. Pero en ningún caso se distancia de ello. Y este hombre es el autor de Amoris Laetitia.

Hasta hace poco, “¿es el Papa católico?” era una pregunta retórica. Hoy en día es una verdadera pregunta. ¿Qué hacer? Este pontificado llegará a su fin por sí solo. ¿Es un Papa válido? Sí. ¿Debes obedecerlo? No. ¡Permaneced en la Iglesia! ¡No abandonéis la Iglesia! Es la Iglesia de Cristo. Esa Iglesia es santa. No su personal.

Fuente Blog del obispo

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La experiencia LGBTQ+ como desafío eclesiológico

Viernes, 19 de enero de 2024
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IMG_2300La publicación de hoy es del miembro principal del New Ways Ministry, Brian Flanagan (él/él).

La declaración “Fiducia Supplicans: Sobre el significado pastoral de las bendiciones ofrece muchos motivos de alegría. Publicado justo antes de Navidad, da un paso pequeño pero importante hacia una Iglesia que dé la bienvenida a los católicos que viven en matrimonios entre personas del mismo sexo y otras situaciones llamadas “irregulares”. Para los católicos LGBTQ+ y otras personas que no se han sentido bienvenidas en su propia Iglesia, sin duda será de gran consuelo. Esto puede ser particularmente cierto en espacios donde las personas LGBTQ+ no tienen, o no sienten que tienen, opciones para la afirmación de sus relaciones fuera de la Iglesia Católica.

Y, sin embargo, desde su publicación, junto con el regocijo hubo una corriente subyacente de leve decepción, o abierta ira, entre algunos católicos LGBTQ+ por la pequeñez de este paso. Esta apertura hacia una mayor acogida conlleva muchas restricciones. El documento establece que la bendición no debe parecerse en modo alguno al matrimonio sacramental, sin “ninguna vestimenta, gesto o palabra propia de una boda”; También advierte de que “la forma de [las bendiciones] no debe ser fijada ritualmente por las autoridades eclesiales”; Las bendiciones pueden ofrecerse espontáneamente en respuesta a las necesidades pastorales de una pareja en particular, pero los obispos y las conferencias episcopales no deben desarrollar formularios estándar para la bendición de parejas del mismo sexo comparables a los que se encuentran en otras iglesias. El clero debe tener “cuidado de que [estas bendiciones] no se conviertan en un acto litúrgico o semilitúrgico, similar a un sacramento”. Para los católicos LGBTQ+, esto hace que este documento sea más ambiguo, especialmente en comparación con otros católicos en relaciones heterosexuales elegibles para el matrimonio sacramental, incluso cuando a veces tampoco están a la altura del ideal completo de la enseñanza católica sobre la actividad sexual.

¿Por qué el Papa Francisco enviaría un mensaje tan contradictorio?

Para encontrar una respuesta, debemos considerar las cuestiones LGBTQ+ no sólo como una cuestión de teología moral o derecho canónico, sino también como una cuestión de eclesiología: ¿cómo mantiene su unidad una iglesia cada vez más dividida por cuestiones de sexualidad e identidad de género?

Fuera de la Iglesia Católica, podemos ver los desafíos recientes que nuestros hermanos de la Comunión Anglicana y la Iglesia Metodista Unida han enfrentado al tratar de mantener la unidad entre diferentes ideas sobre la sexualidad. El método actual del Papa para afrontar estas tensiones es equilibrar dos de los aspectos principales del ministerio papal: mantener la unidad de la Iglesia católica y, al mismo tiempo, garantizar que todos los católicos reciban una atención pastoral adecuada.

Para mi doctorado en teología, escribí sobre el pensamiento del difunto P. Jean-Marie Tillard, O.P., quien estudió el papado como parte de su trabajo en el diálogo ecuménico. Muchos reconocen que redactó secciones importantes de la encíclica de 1995 del Papa Juan Pablo II sobre el ecumenismo Ut Unum Sint. Tillard sostiene que si bien el Papa tiene una descripción de trabajo extensa como cualquier obispo, el papel más distintivo del pontífice es la preservación de la unidad eclesial. Esta tarea incluye mantener la iglesia actual en comunión con la tradición y al mismo tiempo esforzarse por mantener la comunión entre los católicos contemporáneos en diferentes ubicaciones geográficas y espacios culturales. Tillard nombra al Papa “centinela de la unidad”, llamado a estar atento a cualquier cosa que amenace la unidad de la Iglesia de Cristo.

Una de las principales razones de las restricciones descritas en Fiducia Supplicans es el juicio del Papa de que las acciones de algunos obispos e iglesias que abogan por una mayor aceptación de las relaciones entre personas del mismo sexo (así como de los católicos divorciados y vueltos a casar) amenazan la unidad de la iglesia. Por ejemplo, el tipo de rituales estandarizados que prohíbe la Fiducia Supplicans son precisamente las formas que están considerando los obispos de Alemania y Bélgica, y precisamente el tipo de paso unilateral que llevaría hasta el límite, si no romper, la comunión entre los obispos de esos países. y los de otras partes del mundo, como muchos en Estados Unidos.

La falta de consenso de la iglesia con respecto a la sexualidad y la identidad de género quedó de manifiesto en la Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad celebrada en octubre pasado, cuando los participantes pudieron ponerse de acuerdo sobre qué decir sobre muchos temas, pero no sobre cómo abordar las cuestiones LGBTQ+. Parte de lo que el Papa está haciendo, en esta declaración y en su enfoque sinodal general, es mantener a los católicos en conversación sobre estas diferencias y evitar un cisma más peligroso y duradero en la Iglesia.

Al frenar los intentos episcopales de regularizar las relaciones entre personas del mismo sexo y al dejar sin cambios la enseñanza católica sobre el matrimonio sacramental y la moralidad de la actividad sexual entre personas del mismo sexo, el Papa está ejerciendo una de las principales responsabilidades de su papel como pastor universal: no dejar que una parte del rebaño avance tan lejos en su propia dirección que se desconecte del resto del rebaño.

Lo que es nuevo y diferente en el ministerio del Papa Francisco es que este pontífice no ha considerado que preservar la unidad consista sólo en prevenir demasiada innovación, sino también en prevenir demasiado estancamiento eclesial frente a nuevos conocimientos, nuevas iniciativas y nuevas posibilidades aún por discernir. El Papa no ha intentado cambiar la enseñanza de la iglesia sobre la sexualidad y la identidad de género, pero tampoco ha intentado detener la conversación que se produce en toda la iglesia sobre cuestiones LGBTQ+.

IMG_2308En el logo del Sínodo sobre la Sinodalidad, la figura del obispo/papa está ubicada, intencionalmente, en el centro del pueblo peregrino de Dios, no sólo evitando que algunos católicos vayan demasiado por delante del rebaño, sino también atrayendo a aquellos católicos que enfatizan la seguridad de las prácticas pasadas como baluarte contra los peligros de nuevos caminos.

La invitación sinodal a escuchar y dialogar con otros católicos es otra forma amable de orientación con la que el Papa espera mantener la unidad de la Iglesia en medio de sus divisiones. Como “centinela de la unidad”, el Papa no sólo debe evitar que algunos católicos se alejen demasiado rápidamente de otros católicos, sino también evitar que cualquier católico, incluidos los más cautelosos con el cambio y el desarrollo eclesial, se quede atrás.

Todo esto está guiado, por supuesto, no sólo o principalmente por teorías eclesiológicas abstractas, sino por un segundo aspecto importante del ministerio papal, que es trabajar por el cuidado pastoral de todos los miembros de la Iglesia. Como dijo Francis DeBernardo del New Ways Ministry en un ensayo reciente en el National Catholic Reporter:

El pontífice también reconoce que las personas son valiosas en sí mismas, no por lo bien que se adhieren a las enseñanzas de la iglesia. La relación de un individuo con Dios es una dinámica mucho más compleja de lo bien que se siguen todas y cada una de las reglas de la iglesia”.

Ahora vivimos en una iglesia donde no sólo los propios católicos LGBTQ+, sino también sus familias, pastores, obispos, amigos y críticos están en el comienzo de una discusión más amplia, más formal y más abierta sobre el significado de la sexualidad y el género en nuestra vida cristiana. Ese diálogo requerirá paciencia de todas las partes.

El Papa reconoce correctamente que no podemos forzar conclusiones a este nuevo diálogo antes de que haya alcanzado un consenso sinodal más firme. Y la iglesia tampoco puede esperar hasta que todos estemos de acuerdo antes de preocuparnos por las personas reales afectadas por las decisiones eclesiales. En Fiducia Supplicans, el Papa cumple con la responsabilidad de su ministerio al hacer que las necesidades de los católicos reales y de las parejas reales en situaciones irregulares de todo tipo sean el centro de la respuesta de la Iglesia.

Algunos católicos LGBTQ+ consideran que esto es menos que sus esperanzas; Algunos católicos tradicionales se preocupan por las posibles consecuencias de este paso pastoral. Dadas las tensiones eclesiales en las que se encuentra el Papa y el doble papel del Obispo de Roma como “centinela de la unidad” y garante del cuidado pastoral para todos los fieles, Fiducia Supplicans intenta proporcionar una salida al actual desorden de nuestra iglesia peregrina.

—Brian Flanagan (él/él), New Ways Ministry, 8 de enero de 2024

Fuene New Ways Ministry

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Vuestra casa quedará desierta…. Esta iglesia no bendecirá, pues nadie pedirá su bendición

Jueves, 18 de enero de 2024
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IMG_2310Del blog de Xabier Pikaza:

El problema se planteó  el año 2021 cuando algunos cristianos “preguntaron” a la Congregación si había una bendición para los “matrimonios homosexuales” y la Congregación, presidida por el Card. Ladaria respondió que no (del 15.02.2021; cf.   Responsum   (imagen: Arco y ruinas de Gerasa, donde Jesús fue a echar demonios).

No han pasado ni tres años y la misma Congregación ha matizado aquel documento, con otro titulado Fidutia Supplicans (del 8.12.2023), afirmando que en determinadas circunstancias las parejas homosexuales pueden ser bendecidas.

Debe tratarse de un tema grave, con un cambio significativo de opinión del mismo Papa Francisco, antes a través de L. Ladaria y ahora a través del Card. V.M. Fernández. Expondré el tema de la bendición en los próximos días.  Aquí me limito a situarlo en la perspectiva Mt 23, 38: Vuestra casa quedará desierta.

Vuestra casa quedará desierta

23 37 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido! 38 He aquí que vuestra casa quedará desierta. 39 Porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Jesús ha querido impedirlo,  pero no lo ha logrado, porque Jerusalén (la iglesia oficial) lo ha impedido.  El tema es claro:

-Jesús como gran ave materna ha querido reunir a todos los polluelos sus alas,  todos los expulsados sociales, a los excluidos a los oprimidos… y en nuestro contexto a los homosexuales(Mt 25, 31-46).  Pero los jerarcas de la antigua Jerusalén y de la reciente iglesia se han negado; no orecen bendición ni lugar de vida para los homosexuales (y otro tipo de personas estigmatizadas.)

He aquí que vuestra casa quedará desierta. Este es el final de las grandes lamentaciones de Jesús (Mt 23, 13-33). Jesús no maldice a nadie (ni a los jerarcas de un tipo de Jerusalén o de Iglesia), pero se lamenta, su duele: ¡Ay de vosotros”. El tema de fondo está tomado Dt 32, 22 y de la gran tradición profética. Jesús, como último de los grandes profetas anuncia la ruina de Jerusalén y de un tipo de iglesia que se niega a ofrecer su bendición a los “polluelos” de Dios (entre  ellos a los homosexuales).Jesús actúa así como defensor divino de los pobres y excluidos de Jerusalén.

 – El tema no son por tanto los homosexuales (los polluelos amenazados de diverso tipo), pues tienen en Dios su protector, el autor de bendición… El problema no son ellos, es Jerusalén, la gran iglesia que va a quedar (que está quedado). Mateo se muestra así convencido de que no hay remedio (al menos por un tiempo…) para la vida y culto de Jerusalén y de su templo, para un tipo de iglesia como la nuestra… aunque hay una posible conversión.

‒ Y ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! (23, 39). Jesús no habla aquí solo a los escribas y fariseos del judaísmo rabínico, que optan por su ley en vez de optar por los pobres y excluidos. Como saben todos los lectores de Mt  23, esta palabra (vuestra casa quedará desierta) se dirige de un modo especial a aquellos “jerarcas de la iglesia” que no cuidan, acogen y bendicen a los oprimidos y expulsados. Los que vienen en nombre del Señor son los hambrientos, sedientos, desnudos, expulsados, encarcelados de Mt 25, 31-46.Una iglesia que no es bendición para hambrientos, expulsados, homosexuales y encarcelados (enfermos) se destruye a sí misma.

Vuestra casa quedará desierta… El templo de Jerusalén, la gran casa clerical de una iglesia triunfante que no acoge ni bendice a los pobres y excluidos… Cerrada en sí misma, no siendo bendición para homosexuales y expulsados de la tierra de la vida se destruye a sí misma.

 Mateo no ha inventado ese dicho, sino que lo ha recogido y situado en este lugar clave de su evangelio. Él sabe que la condena de Israel no es (no puede ser) definitiva, como lo sabía Pablo, treinta años atrás, cuando anunciaba que al final se convertirían (se volverían) los judíos, de manera que “todo Israel será salvado” (Rom 11, 26).

Desde una perspectiva israelita (que después no aparece retomada expresamente al final del evangelio, dirigido desde el Monte de Galilea a todos los pueblos (28, 16-20), Mateo supone aquí que Jesús como Mesías de Israel volverá a Jerusalén, en la línea de eso que suele llamarse la “segunda venida”, que debe integrarse en el esquema apocalíptico de Mt 24, en las parábolas del juicio de Mt 25 y sobre todo en la misión universal de la pascua Mt 28.

 Reflexión posterior. Tres concreciones

En un plano general, hoy por hoy, pienso que el matrimonio “oficial”, entre un varón y una mujer, debe dejarse como está, tal como fue establecido en la Edad Media, con papeles especiales, con una bendición  solemne.  Antes de la Edad Media hubo otras formas de celebrar el matrimonio, sin papeles ni ordenamientos jurídicos,  dentro de la tradición de cada iglesia. Pero lo que entonces hizo la Teología y el Derecho, al “canonizar” un tipo de matrimonio ha sido bueno,  y así es bueno que quede. De todas formas, eso que hizo entonces y sigue hoy haciendo la iglesia no es único, pues hay otras bendiciones, como la de Esaú al lado de la Jacob, en el Pentateuco.

Al lado de ese matrimonio canónico que viene del medioevo, desde su raíz de evangelio y de experiencia actual, la iglesia puede y debe ofrecer también su bendición a las parejas homosexuales que lo pidan (para que ella, la Iglesia entera reciba también la bendición del evangelio homosexual). Algunos no le llamarán “matrimonio”, sino bendición de amor.

Quizá no será necesario abrir unos libros distintos de “comuniones homosexuales”; no es necesario que haya nuevos papeles canónicos (como los de un tipo de la sociedad civil), pues los “papeles” de la Iglesia son la palabra el testimonio del amor celebrado en comunidad, con la bendición de la vida. En esa línea, me parece absolutamente necesario que la iglesia acepte como “parejas bendecidas” a las parejas de homosexuales cristianos que así lo pidan y que sean aceptados así como bendición… por el resto de los cristianos.

Lo que importa no es “la canonicidad” de ese rito, sino la bendición de la vida, la bendición del amor del que son transmisores los homosexuales cristianos que (a pesar de todo) aman a la iglesia: Que los homosexuales que se sientan cristianos no pidan bendición por obligación, sino porque lo quieren y se quieren como pareja ante la iglesia, pidan una bendición de Iglesia y que ella se la ofrezca, no por imposición, sino por gozo y tarea de amor. Los que más dan son en este caso los homosexuales que se amen en clave de libertad, de generosidad de evangelios…

Ese “matrimonio entre homosexuales” no es un “octavo sacramento”, distinto de los anteriores, sino una forma externamente distinta, internamente complementaria, de celebrar la unión de amor de dos personas, como un modo intenso de vivir el amor cristiano.

Homosexualidad y gracia, superar la ley. Pablo (Rom 1-2) condena la homosexualidad si es que ella es ley de un deseo que destruye al otro, si no arranca al hombre (varón o mujer) de su egoísmo, sino que le cierra en un plano de talión, de manera que cada uno se busca a sí mismo en el otro, sin salir de sí, sin experimentar la alteridad como gracia, sin convertir la vida en encuentro de fe, de apertura gratuita. Por eso, cuando Pablo se refiere a la homosexualidad está hablando en el fondo de un tipo de auto-erotismo, es decir, de un tipo unión sin gratuidad, de pareja como reino del puro egoísmo. Pablo no condena la homosexualidad como forma de amor, sino un tipo de homosexualidad (y de heterosexualidad) entendida como dictadura de unos sobre otros, sin fe, sin comunión personal de vida.

Al situarse en ese nivel, Pablo está planteando un tema que es mucho mayor que el de la homosexualidad físico-biológico; está planteando el tema de un erotismo sin respeto personal, como esclavizamiento de unos sobre/contra otros, una forma de buscarse uno a sí mismo no al otro ni en el otro. Pues bien, el tipo de mal erotismo puede darse no sólo en las relaciones homo-sexuales, sino también (e incluso mucho más) en las hetero-sexuales donde el varón domina y esclaviza a la mujer. 

La gracia de la homosexualidad. La homosexualidad (y la hétero-sexualidad) se opone al evangelio si es que niega el valor de la alteridad (la existencia y vida del otro) y destruye por tanto la gracia. Sólo así se pude afirmar que ella es pecado,  con los otros dos «pecados» que Pablo condena en Rom 1, 19-31: la idolatrízación  de uno mismo y la lucha de todos contra todos demás ).

Ciertamente, el  tema resulta complejo en plano psicológico y social, de manera que es difícil ofrecer en este plano unas respuestas que agraden a todos. Pero el intento de condenar toda forma de homosexualidad física desde la antropología bíblica y en especial desde Rom 1, 24-27 (donde se asume y culmina para los cristianos lo dice el Antiguo Testamento sobre el tema) carece de sentido y acaba siendo contrario al argumento de Pablo. Condenar la homosexualidad por ley implica caer en la peor de las leyes que Pablo ha querido superar en todo su evangelio.

Homosexualidad evangélica. Ser homosexual para ser cristiano. En la línea anterior,  si mantienen y desarrollan el principio y experiencia de la gracia, muchas uniones homo-sexuales pueden ser y son más evangélica (más paulinas) que aquellas uniones hetero-sexuales en los que cada uno se busca a sí mismo en el otro, e incluso en los hijos. Partiendo de estos principios se podría elaborar también una antropología del celibato (cf. 1 Cor 7), poniendo de relieve que la vida del célibe sólo tiene valor cristiano en la medida en que aparece como posibilidad de apertura a los demás en cuanto distintos (personales) y al Dios que es principio de toda alteridad amorosa.

Allí donde el celibato se vuelve expresión de clausura de un hombre o mujer en sí mismos (de auto-erotismo más o menos espiritualizado) va en contra del ideal cristiano. El ese sentido, el celibato cristiano como trascendimiento positivo (no de simple negación) del amor intersexual puede vincularse a un tipo de homosexualidad, que no se entienda sólo como pura negación de alteridad sexual, sino como búsqueda de otros tipos de comunicación personal y gratificante con los otros.

El problema no está por tanto en el sexo de aquellos que se aman (varones y/o mujeres), sino en la forma de relación personal que establezcan, en línea de alteridad, de manera que cada uno no se busque a sí mismo en el otro, sino que busque y encuentre al otro como distinto y así en el otro, con el otro, pueda compartir la vida como gracia, superando las diversas formas de imposición y dominio económico, social y personal que Pablo entiende como idolatría o negación de Dios. Por eso, todo lo que Pablo dice en Rom 1 sobre homosexualidad ha de reinterpretarse desde lo que va diciendo en Rom 1-3 (pecado universal) y desde lo que dice sobre el pecado y la gracia de Dios, a lo largo de la carta a los Romanos.

La «condena» de la homosexualidad greco-romana de Rom 1 forma parte del argumento retórico de Rom 2, donde Pablo condena la «no-homosexualidad egoísta» de aquellos que se cierran en su soledad soberbia para condenar a los otros, como ciertos cristianos que niegan la bendición de Dios y de la videa a los homosexuales.   Por eso, entender esa condena de la homosexualidad de un modo objetivista, como algo ya resuelto al comienzo de la carta, olvidando que se trata de un argumento retórico, que se invierte y recrea a través del desarrollo y, sobre todo, al final del espléndido despliegue de gracia y amor que ofrece Romanos (culminando en Rom 12-13), significa negarse a entender a Pablo. Vuestra casa quedará desierta… El único defecto de esta sentencia es que se queda corta…. Hoy, desde occidente, no podemos decir “quedará desierta”, sino que ha quedado ya… Se nos está quedando desierta la “casa de la iglesia”, pero no por el presunto pecado de los homosexuales, sino por el de aquellos que niegan el pan y la (la bendición) a los homosexuales.

En el camino tomado por la Congregación de la fe…, al menos en Europa y el mundo, occidental, está llegando la hora en que la iglesia no podrá bendecir a nadie, homo- o hétero-sexual, pues nadie pedirá su bendición.

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Escuela católica de Long Island se manifiesta detrás de maestro gay despedido

Jueves, 18 de enero de 2024
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IMG_2357Michael Califano via Facebook

Un maestro de una escuela primaria católica de Long Island, Nueva York, dice que fue despedido después de que se enviaron de forma anónima al obispo local fotos de él besando a su novio. Muchos padres en la escuela se oponen a su despido.

A Michael Califano, un hombre gay que trabajaba en la Escuela Católica María Regina, Seaford, le dijeron que lo despedirían por no seguir un “estilo de vida católico y una ética católica”, como dicta el manual de la escuela, informó Newsday.

Califano, quien fue maestro de tercer grado en la escuela durante dos años, dijo que los líderes tanto de la escuela como de la Diócesis de Rockville Center estaban conscientes de su orientación sexual cuando fue contratado, y que su identidad no fue planteada como una preocupación en ese momento. Dijo que siguió las pautas de mantener privadas sus cuentas de redes sociales y no habló de su orientación sexual en el aula.

Califano fue despedido después de que un individuo anónimo envió fotografías, incluidas imágenes de la pareja besándose, al obispo John Barres del Rockville Centre. Las fotos salieron de la cuenta de Instagram del novio de Califano. Los funcionarios de la iglesia le dijeron al maestro despedido que había “cosas en ese sentido que eran inapropiadas para un maestro de escuela católica”, según Califano. “No hay nada vulgar en ese sentido“.

Según Califano, su despido vino directamente de la diócesis, ya que el colegio y su párroco lo apoyaron y lucharon para que se mantuviera su puesto. Cuestiona las afirmaciones de la diócesis en torno a su despido, afirmando:

“’Ellos [la diócesis] dijeron que yo no llevaba un estilo de vida católico, pero no especificaron lo que consideraban un estilo de vida católico… Voy a la iglesia todos los domingos. Soy muy activo en mi parroquia porque mi parroquia es mi escuela. Entonces, por lo que he visto, y claramente por lo que otras personas han visto, he estado viviendo un estilo de vida católico. La diócesis siente que puede decidir de manera diferente’”.

Sean P. Dolan, director de comunicaciones de la diócesis, envió un comunicado al The Daily Mailnegando el reclamo de Califano. Dolan declaró: “Por razones de privacidad, no comentamos públicamente sobre asuntos de personal, pero podemos decir que la escuela no puso fin al empleo del Sr. Califano por su sexualidad”.

Califano no solo fue maestra en María Regina, sino también graduada de la escuela, voluntaria dedicada al programa de teatro de la escuela y miembro permanente de la parroquia patrocinadora. Según el National Catholic Reporte, Califano y su familia también organizaron una recaudación de fondos cada año para una beca establecida a nombre de su difunto padre, Michael J. Califano, él mismo un graduado de la escuela.

Numerosos padres de María Regina han expresado su desaprobación por el despido de Califano y piden su reintegro. Se llevó a cabo una manifestación en apoyo de Califano con más de cien personas frente a la Catedral de Santa Inés, en Rockville Centre, con estudiantes con carteles que decían: “Dios ama al Sr. Califano, y nosotros también”.

Además, una petición que pedía su regreso a las aulas contaba con casi 27.000 firmas hasta el 10 de enero. La petición, iniciada por Karen Greenwood, llama a Califano “el epítome de alguien que debe ser elogiado como modelo a seguir de la fe católica” y lo nombra “un educador inmensamente querido, comprometido y diligente, [que] ha sido injustamente despedido de su función en una escuela católica”. Según Greenwood, el despido de Califano “priva a la comunidad de un servidor dedicado”.

Otros padres iniciaron un grupo de Facebook apoyando a Califano, y algunos están considerando retirar a sus hijos de María Regina en protesta, alegando que esta medida indica que la escuela no está alineada con sus valores.

Toni Lichtenberger, cuya hija fue una de las alumnas de Califano, dice que la maestra era un miembro querido de la comunidad escolar. Ella comentó:

“‘Esto es una caza de brujas… Pagamos matrícula porque queremos un cierto tipo de educación que se alinee con los valores y la moral de nuestra familia. Lo que acaban de hacer va en contra de todo lo que se supone que deben aprender. Se supone que estos niños están aprendiendo aceptación y tolerancia. Y esto ha sucedido completamente al revés‘”.

Jackie Califano, la madre del maestro, reconociendo el apoyo de los líderes escolares a su hijo, señaló que el despido no está en sintonía con el Papa Francisco. LI Herald la citó diciendo:

“‘[El obispo] dijo que va en contra de la ética católica. . .Es simplemente ridículo en estos tiempos, y con el Papa haciendo su anuncio hace sólo unas semanas (aprobando bendiciones para parejas del mismo sexo). Es desgarrador. Vas a una escuela católica toda tu vida y te enseñan a amar a todos como Dios te ama a ti. Y el obispo no lo demostró con su decisión’”.

Para muchos en la comunidad de María Regina, la identidad sexual de Califano nunca fue un problema. Más urgente para ellos es el trato que la diócesis le da a Califano. Su protesta contra el despido sirve como un rayo de esperanza en una situación trágica. Los miembros de la comunidad LGBTQ positiva están demostrando que a pesar de las poderosas fuerzas de privación de derechos, existen innumerables voces de apoyo a la dignidad LGBTQ+ dentro de las comunidades católicas.

—Phoebe Carstens (ellos/ellos), Ministerio New Ways, 11 de enero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“Confianza suplicante, bendición asegurada”, por Gabriel Mª Otalora

Sábado, 13 de enero de 2024
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IMG_1983De su blog Punto de Encuentro:

Leo con interés la declaración Fiducia supplicans (confianza suplicante) sobre el sentido pastoral de algunas bendiciones. Y lo hago también con pena por algunas reacciones que parecen salidas de quienes leen el Evangelio al revés poniendo por delante las normas a las actitudes. Estamos ante un texto doctrinal, o lo que es lo  mismo, un texto que trata sobre las verdades del Evangelio bajo el precioso título “Confianza suplicante”, tan ligado al salmo 27: Dios da paz y alivio especialmente en los momentos más duros de la vida. Y la dura exclusión no es menor en el caso que nos ocupa.

Jesús se acercaba decididamente y sin exclusiones a las periferias poniendo amor y deseando de corazón y con hechos el bien de todos. Especialmente en el caso de los excluidos por cualquier causa. El Evangelio está plagado de esta actitud de bendición (desear activamente el bien), igual que lo está de lo contrario: el rechazo a bendecir y sanar por parte de quienes ostentaban las esencias de la Ley de Dios. Ahora es el caso de las personas del mismo sexo, a los católicos vueltos a casar civilmente sin haber recibido una anulación…

Esta Declaración, en palabras del propio texto, “implica una evolución real de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia”. Y remacha afirmando el valor de ofrecer una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones. Esto amplía y enriquece la comprensión clásica de las bendiciones, encorsetada en la expresión litúrgica. El propio documento es su punto 9, afirma que “desde un punto de vista estrictamente litúrgico, la bendición requiere que aquello que se bendice sea conforme a la voluntad de Dios”. ¿Y en qué texto bíblico aparece que la voluntad de Dios es excluir la bendición a quienes en verdad se aman?

El texto comienza con el recordatorio del Papa Francisco: “Es una bendición para toda la humanidad”, sin exclusiones. De lo contrario, ¿cómo encajar algo más radical, como es amar a nuestros enemigos y a quienes nos persiguen? Si no podemos desear el bien a parejas homosexuales, ¿cómo vamos a cumplir el mandato de bendecir a quienes nos persiguen? Si reducimos lo esencial de la bendición al rito litúrgico, es imposible captar el sentido pastoral basado en el espíritu evangélico, creador de fraternidad humana. La liturgia es expresión de la doctrina vivida, y no al revés.

Cuánta necesidad de un Dicasterio de la Ortopraxis, como lo he señalado en alguna otra ocasión. Tan severos en la ortodoxia, se nos va la verdadera esencia de Cristo por el sumidero de la arrogancia, la exclusión, el adoctrinamiento y la falta absoluta de compasión.

Si con la exhortación Amoris laetitia el Papa clamaba por una pastoral familiar en clave de escucha, discernimiento y misericordia, y le tildaron de hereje, esos mismos censores inmisericordes no iban a quedarse callados. Hereje, sí, acusado de propagar nada menos que 7 posturas heréticas en la Correctio filialis de haeresibus propagatis (Müller, Burke…) a la que obispos como Sanz y Munilla aplauden, y otros muchos a favor de la línea de Francisco callan por una cobardía teñida de prudencia; esta es otra forma de escandalizar, que conste.

En definitiva, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe afirma en la nota introductoria de Fiducia supplicans que “se puede bendecir a parejas en situación irregular y a parejas del mismo sexo sin validar oficialmente su estatus ni cambiar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio”. Un avance, pues en 2021 se decía que sólo era posible bendecir a los individuos por separado. ¡No me imagino a Cristo puntualizando estas disquisiciones! Se bendice a las dos personas, y se pide para esa pareja salud, trabajo, paciencia, y que puedan vivir cada vez con mayor fidelidad al Evangelio. Es decir, con amor verdadero.

Qué no decir si esas parejas son personas cristianas, o con sensibilidad cristiana, que ven el Evangelio como la puerta al amor y la misericordia desde su opción honesta, pero que han tenido que vivir en la clandestinidad evangélica: la Buena Noticia inclusiva no era para ellos.

POSDATA – Merece la pena leer, en clave de todo lo anterior, el capítulo quinto de Los Hermanos Karamazov, de Fedor Dostoievsky. Se titula “El gran inquisidor”. Así podremos entender lo que subyace en esta cada vez menos soterrada beligerancia contra el Papa Francisco y su defensa del amor de Cristo. Una parábola que no deja indiferente a nadie, digna de su relectura. Está publicada también como separata en Alianza Editorial.

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Iglesia Católica Española y Fiducia Supplicans: División de opiniones.

Viernes, 12 de enero de 2024
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José Cobo, a RD: “En Madrid se aplicará ‘Fiducia supplicans’ con la intensidad que pide el Papa”

“Los críticos responden más grupos de presión que no son católicos

El Arzobispado de Madrid ha tenido que amonestar seriamente a dos sacerdotes que hicieron campaña pública para desobeder a Francisco y la declaración sobre las bendiciones a parejas en situación irregular o uniones homosexuales

“Pueden expresar su opinión, pero nunca en espacios civiles, en páginas de Internet, que nada tienen que ver con la dinámica eclesial , y que en definitiva se manifiesta opuestos a la doctrina ordinaria del Santo Padre”, recalca

Julio Millán: Sobre el sentido pastoral de las bendiciones: Dios es Padre con corazón de Madre. “Quien pide una bendición sólo solicita el auxilio De Dios para vivir mejor”

Padre Ángel: “Hemos nacido para bendecir, no para maldecir. Lo que siempre había que maldecir son las guerras”

Portugal: La Conferencia Episcopal expresa su “plena comunión” con el papa Francisco

Los obispos franceses también avalan las bendiciones a parejas en ‘situación irregular‘. El episcopado galo se une al portugués, a la espera de una nota conjunta de la CEE.

El cardenal de Madrid, José Cobo, lo tiene claro. “En Madrid vamos a aplicar totalmente la doctrina del Papa, y por eso vamos a aplicar ‘Fiducia supplicans’ con la intensidad que merece y pide el documento, y quien no esté de acuerdo, le invito a que lo lea“, afirma el purpurado en conversación con Religión Digital.

El arzobispo de Madrid, a quien la polémica de varios sacerdotes, comandados por curas de Toledo y Cádiz, estaban promoviendo una campaña para desobedecer a Francisco, sostiene que “se trata de una polémica artficial, se ha sacado todo de contexto“. Y aprovecha para recordar al clero que “tienen un juramento de fidelidad al Papa”, algo que pudo subrayar hace poco ante los responsables de las otras dos diócesis principalmente implicadas en la polémica. Cerro publicó una nota reclamando a los sacerdotes dar un paso atrás, mientras que Zornoza, al menos en público, no hizo nada.

Lo que sí sucedió es que, ahora, los promotores de la iniciativa ya no son sacerdotes, sino en su mayoría seglares. Los curas que iniciaron la campaña ya no aparecen como tales en la plataforma, aunque su firma -en privado- sigue en la misma. Algo así ha sucedido con varios curas de Madrid, a quienes el cardenal Cobo tuvo que llamar a capítulo y reconvenirles seriamente.

“Fueron llamados a consulta y se les ha pedido explicaciones para que aclaren su postura, sostienen fuentes diocesanas consultadas por RD, que añaden que el planteamiento de Cobo es rotundo: “Pueden expresar su opinión, pero nunca en espacios civiles, en páginas de Internet, que nada tienen que ver con la dinámica eclesial , y que en definitiva se manifiesta opuestos a la doctrina ordinaria del Santo Padre”.

“Se les ha amonestado seriamente, se les ha preguntado si tienen algo en contra del Papa y se les ha recordado su juramento de fidelidad al Santo Padre”, admite, a preguntas de RD, el cardenal Cobo, antes de entrar en el retiro que, desde este domingo, inicia una treintena de obispos españoles y que, para muchos, servirá para aclarar conceptos y comenzar a mirar al horizonte de marzo y a unas elecciones en la Conferencia Episcopal donde puede saltar la sorpresa.

“Un sacerdote no puede formar parte de un foro civil, público, en el que se insulta al Papa”, añade Cobo, quien insiste en que “aquí se va a aplicar totalmente la doctrina del Papa”. “Estamos en una situación de misión, y algunos siguen reaccionando como si viviéramos una Iglesia de conservación”, lamenta el cardenal de Madrid. ¿Por qué tanto crítico desde visiones de Iglesia? “Creo que se dejan llevar más por la ideología y responden más a grupos de presión que no son católicos“, asegura, tajante, el cardenal Cobo. “No se dan cuenta en las manos de quién están“, culmina.

Los obispos piden a las parroquias “una inmensa capacidad de acogida” y perdón a quienes se han sentido excluidos

Fernando Prado, obispo de San Sebastián, , ante las bendiciones a parejas ‘irregulares‘ y uniones gay: “No podemos mirar hacia otro lado. No podemos mandarlos al infierno”

Vicente Jiménez: “Acogeré en Huesca y en Jaca la posibilidad de bendecir a parejas en situaciones irregulares y a las del mismo sexo”

Arturo Ros, obispo de Santander: “La bendición es un regalo de Dios siempre. No hay nadie en la puerta pidiendo credenciales de cristianos que cumplen fielmente la doctrina de la iglesia, nos quedaríamos solos.

Los obispos, sobre la rebelión de los curas de Toledo: “Es la vuelta al conservadurismo eclesial”

El ‘clan’ de Toledo condena las bendiciones a homosexuales, pero acoge y encubre a pederastas.

Sanz y Munilla, de nuevo, contra el Papa: “‘Fiducia Supplicans’ es un documento que confunde y defrauda”

Jesús Sanz llama ‘mastuerzo‘ al cardenal Fernández

“No vamos a bendecir el pecado”: la ‘fachosfera digital’ se planta contra la decisión del Vaticano de bendecir a uniones de hecho y parejas homosexuales

Denuncian a la Renovación Carismática por equiparar la homosexualidad con la violación o el canibalismo

Fuente Religión Digital

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La Epifanía muestra que no hay excepciones

Lunes, 8 de enero de 2024
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IMG_2264La Adoración de los Magos, por  Edward Burne-Jones (1904)

La “Epifanía”, como se llama la fiesta litúrgica de hoy, suele definirse como revelación, manifestación, realización. En las narraciones de la infancia de los evangelios, la Epifanía marca la importancia del hecho de que las naciones no judías, representadas por los Magos, reconozcan la presencia de Cristo como Redentor. La primera lectura y el pasaje del evangelio de hoy enfatizan esa dimensión de esta fiesta.

Pero la segunda lectura, de Efesios 3, enfatiza que también se revela un misterio más específico: “que los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio”. Desde esta perspectiva, esta fiesta nos recuerda que Dios ha venido al mundo para redimir no sólo a quienes se consideran elegidos, sino a quienes tradicionalmente fueron excluidos por quienes se consideran elegidos.

¿Suena familiar? Sí,

El año 2023 fue un año en el que esa lección comenzó a volverse más tangible y real en la Iglesia Católica, a medida que los líderes, en particular el Papa Francisco, enseñaron con la palabra y el ejemplo que las personas LGBTQ+ son “miembros del mismo cuerpo” que otros en nuestra comunidad de fe. A finales de año, The National Catholic Reporter editorializó que el año pasado se produjo un “movimiento extraordinario, aunque tentativo” con respecto a “cómo la Iglesia Católica incluye y ministra a sus miembros LGBTQ. En los últimos 12 meses han sucedido cosas que alguna vez habrían parecido obra de un novelista desconectado de la realidad”. (Para obtener más evidencia de este hecho, basta con mirar la lista de los diez mejores eventos católicos LGBTQ de 2023 de Bondings 2.0).

La última frase de la cita del editorial de NCR resonó en mis oídos cuando leí la línea de la lectura de Efesios de hoy, que hablaba de cómo una nueva comprensión del amor de Dios “no se dio a conocer a personas de otras generaciones como se ha revelado ahora”. Eso literalmente hizo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral, al darme cuenta de lo increíblemente bendecido que soy (y todos nosotros) de vivir en una época en la que podemos ver que tales gracias se vuelven reales. Y estoy agradecido a todos nuestros antepasados que esperaron y trabajaron para que se produjera un año como el 2023.

La noticia culminante de un año tan maravilloso llegó justo antes de finales de diciembre, cuando el Vaticano anunció que los sacerdotes tenían permiso para bendecir a parejas del mismo sexo. Fiducia Supplicans, la declaración que concedió tal permiso, en realidad no se centró en las parejas del mismo sexo, sino en qué son las bendiciones en general y cómo deben administrarse. Aunque este documento provino del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), tenía las huellas del Papa Francisco por todas partes, especialmente el mensaje que ha estado enseñando desde que se convirtió en pontífice: que el amor de Dios es paratodos, todos, todos”, y que los ministros de la iglesia no deben negar a nadie el cuidado pastoral.

En efecto, lo que el Papa Francisco y el DDF han estado haciendo es mostrar lo que describe la carta a los Efesios: “la mayordomía de la gracia de Dios” fue dada a los líderes de la iglesia, no para protegerla y atesorarla, sino que fue dada para el “beneficio” de la gente.” En otras palabras, los líderes de la iglesia no deberían preocuparse por preservar las ideas e ideales de la iglesia, sino por compartir extravagantemente el amor de Dios de manera tangible y significativa con todas las personas, sin excepciones. La mejor manera de compartir ese amor es dando bendiciones a cualquiera que tenga suficiente hambre como para solicitarlo a la iglesia.

Así que hoy, mientras acercas las estatuas de los Reyes Magos de tu Belén al pesebre, tómate un momento para recordar que la fiesta de hoy no se trata sólo de nuestros viajes hacia Jesús, sino del viaje de Dios hacia todas las personas del mundo, especialmente aquellos que tienen tradicionalmente ha sido excluido.

—Francis DeBernardo, Ministerio New Ways, 7 de enero de

Fuente New Ways Ministry

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La homosexualidad como tarea eclesial: Bendito sea Dios y bendito sea el hombre

Lunes, 8 de enero de 2024
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IMG_1983“Ya no es ni sabio ni lícito confinar las tendencias homosexuales en la cárcel del pecado” 

“A la Iglesia le está costando mucho reconocer a fondo y con todas las consecuencias la humanidad que anida en todos los comportamientos humanos”

“Para mí está muy claro que la Iglesia católica no está para rechazar ni condenar a nadie, mucho menos para dar con su puerta en las narices a quien llama a ella en busca de amparo al pedir su bendición”

“Si se bendicen los coches y los barcos y los edificios, ¿cómo no se va a poder bendecir a un homosexual o a una pareja de seres humanos, sean cuales sean su orientación sexual y sus compromisos sociales, que precisamente demandan de la Iglesia católica comprensión y amparo?”

“Me atrevería a enviarle una palabra de aliento al actual papa Francisco para que no se amilane a la hora de contemplar toda la humanidad de los hombres y asumirla como tarea de incesante mejora”

RD entrevista al prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Víctor Manuel Fernández: “Se bendice a dos personas que están en pareja (…) Se ve que es un tema que provoca urticarias”, por Jesús Bastante

En su mensaje con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los CristianosLos obispos piden a las parroquias “una inmensa capacidad de acogida” y perdón a quienes se han sentido excluidos, por José Lorenzo

Fiducia supplicans: El amor de Dios es inclusivo siempre, por Joaquín Sánchez Sánchez

La bendición de parejas del mismo sexo: “Los cristianos somos verdaderamente tales cuando somos más humanos”, por Gregorio Delgado
Fiducia supplicans: “No es lo que cambia, sino el pánico a los pasos que puedan seguir”, por José Mª Rojo G

Malitia supurans’: Sobre algunas críticas a ‘Fiducia supplicans’. “O no han leído la declaración o les importa una higa lo que diga”, por Bernardo Pérez Andreo

Dada la trayectoria de las publicaciones que vengo haciendo en RD y desde mi convencimiento de ser un buen católico que trata de aquilatar y vigorizar su fe, lo primero ante Fiducia Supplicans es reconocer que se trata de un documento valiente, aunque de suyo no sea más que un pasito hacia adelante.

La razón principal es que a la Iglesia le está costando mucho reconocer a fondo y con todas las consecuencias la humanidad que anida en todos los comportamientos humanos. En nuestro tiempo ya sabemos que la procreación no depende de un determinado comportamiento del hombre y de la mujer, pues se han abierto otros caminos que la coyunda conyugal. Por otro lado, ya no es ni sabio ni lícito confinar las tendencias homosexuales en la cárcel del pecado. ¡Cuánto queda todavía por recorrer para que la Iglesia oficial reconozca la densidad de humanidad que hay en todos estos ámbitos!

Si de bendiciones se trata, no me cabe la menor duda que la más honda y determinante bendición del hombre es su propia existencia como tal, con las potencialidades y condicionamientos que sus genes predeterminan. Nada existe ni persiste que no haya sido bendecido antes por Dios.

Siguiendo esta pauta, para mí está muy claro que la Iglesia católica no está para rechazar ni condenar a nadie, mucho menos para dar con su puerta en las narices a quien llama a ella en busca de amparo al pedir su bendición. Si se bendicen los coches y los barcos y los edificios, ¿cómo no se va a poder bendecir a un homosexual o a una pareja de seres humanos, sean cuales sean su orientación sexual y sus compromisos sociales, que precisamente demandan de la Iglesia católica comprensión y amparo?

Lo de menos es si un enlace homosexual puede ser considerado un matrimonio al estilo de los matrimonios que reconoce y celebra la Iglesia católica, pues matrimonios hay fuera de su seno y de sus condicionantes que son, objetivamente, mucho más sanos, consolidados, hermosos y hasta sacramentales que los que ella acepta y bendice. Lo importante es saber que nada, absolutamente nada de lo humano, cae fuera de su ámbito misional. Y, pónganse como se pongan algunos pastores, obispos y teólogos, la homosexualidad es humana y, como tal, debe ser asumida, valientemente, por la Iglesia de un Jesús que desenredó todos los zarzales en que quisieron meterlo y dejó meridianamente claro que nuestra única obligación es “hacer el bien”.

Si algún eco tienen estas columnas y de algo vale cuanto en ellas se dice, desde ellas me atrevería a enviarle una palabra de aliento al actual papa Francisco para que no se amilane a la hora de contemplar toda la humanidad de los hombres y asumirla como tarea de incesante mejora. Llevamos tanta porquería en nuestra mochila que nos doblega las espaldas y no nos permite contemplar de frente el hermosísimo horizonte panorámico de un amor divino creativo, que demanda nuestra colaboración en tan importante y reconfortante tarea. De ahí que, cuanto más logre acercar el papa Francisco la Iglesia católica que gobierna a los seres humanos de nuestro tiempo, es decir, cuantos más consiga que llamen a Dios “padre” y se propongan hacer el bien, más la embellecerá y más gozosa será su tarea de evangelización.

No es necesario entrar aquí a valorar las enormes lagunas que hay en la doctrina de la Iglesia para analizar y comprender como es debido la sexualidad humana. Es ese un ámbito en el que hay mucha tela que cortar. Bástenos saber que la homosexualidad es algo que nos da la naturaleza de por sí y, precisamente por ello, algo que debemos asumir con todas sus consecuencias. Quien no vea la diferencia que hay en que una pareja de homosexuales se ponga a blasfemar o demande la bendición de la iglesia, que se rasgue las vestiduras para su propia vergüenza y desnudez.

Si yo tuviera alguna responsabilidad pastoral, no solo no dudaría un instante en bendecir a una pareja de homosexuales que me lo pidiera, sino que iría mucho más lejos ofreciéndoles mi apoyo para seguir llamando “padre” a Dios y haciendo el bien a todos sus semejantes. Es esa una postura o visión del tema que no me impide aplaudir con fervor al papa Francisco en los pequeños pasos que tan valientemente va dando en la buena dirección. ¡Chapeau, santo Padre!

Fuente Religión Digital

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Pablo, “Fiducia Supplicans” y las nuevas traducciones bíblicas basadas en el amor y el respeto

Jueves, 4 de enero de 2024
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Del blog Tras las Huellas de Sophia:

Introducción. 2. Los textos del Nuevo Testamento y su traducción. 3. Qué dice la 1ra. Carta a los Corintios sobre la homosexualidad. 4. “Malakós/ Malakoi”  y “Arsenokoites”: 5. Por qué habilitar una bendición.  6. Todos, Todos y Todos,  somos Iglesia. 7. Cómo dañamos al 7 % (O al 19,7 %!)  de nuestros miembros de la Iglesia.8. Evolución en los paradigmas de la Iglesia Católica. 9. Conclusión.

1. Introducción.

La Declaración Fiducia Supplicans sobre el sentido pastoral de las bendiciones”  sólo establece, en la parte pertinente,  que “(…) es precisamente en este contexto en el que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio. La presente Declaración quiere ser también un homenaje al Pueblo fiel de Dios, que adora al Señor con tantos gestos de profunda confianza en su misericordia y que, con esta actitud, viene constantemente a pedir a la madre Iglesia una bendición.”

Es increíble la cantidad de reacciones extremas que ha generado esta Declaración,  que lo único que propone  es habilitar la realización de una bendición (es decir,  “decir el bien” a unas personas).

Gran parte de este rechazo refiere a la posibilidad de bendecir a “parejas del mismo sexo”.

2. Los textos del Nuevo Testamento y su traducción.

Cabe destacar que “ninguno de los veintisiete escritos de este conjunto (Nuevo testamento) fue compuesto en arameo, ni siquiera los evangelios más primitivos… no hay ninguna obra del Nuevo Testamento que fuera redactada en arameo o bien en hebreo. Todo fue escrito en griego,  incluso el Evangelio de Mateo, aún cuando una tradición del s. II  afirme que éste escribió primero la obra en arameo y cada uno luego la tradujo como pudo”. [1]  A ello se agrega que no se conserva en la actualidad ninguna versión original, que haya salido de la pluma de quien haya sido autor de alguno de los 27 libros del Nuevo Testamento.  Los originales se han perdido, hasta acá. Se conservan copias de copias de copias. Las versiones más antiguas datan del siglo IV.

En consecuencia, cuando analizamos un texto de las Escrituras,  lo que leemos es un documento que primero fue copiado; y luego, copiado;  y ese proceso una y otra vez;  y posteriormente fue traducido, del griego, a nuestro propio idioma.

Sin embargo, toda traducción implica ineludiblemente una interpretación de lo que se está leyendo,  y que, quien lo traduce,  deje en el nuevo texto su impronta y sus ideas.

El texto que se traduce será como mucho el más cercano al texto original, pero evidentemente no el original. Este carácter “provisional” del texto tiene implicaciones teológicas importantes…Cualquiera que haya sido la (…) variación del texto neotestamentario, las variantes ponen en guardia frente a un modo de hacer teología que parta de un texto “solidificado”. La Palabra de Dios está testimoniada por diversos manuscritos, ninguno de ellos con garantías de transmitir el texto que salió de la mano de un autor sagrado. En cambio, ya que el autor humano de la Biblia es también una comunidad creyente viva (Israel en su momento,  y la Iglesia, después) el verdadero intérprete debe ser esa comunidad”. [2]

3. Qué dice la 1ra. Carta a los Corintios sobre la homosexualidad.

Según el teólogo y biblista Ariel Alvarez Valdés [3], en  el Nuevo Testamento, el único autor que condena las relaciones homosexuales es el Apóstol Pablo, específicamente en las cartas a los Corintios (I), Romanos y Timoteo.

Recordemos entonces, lo dicho anteriormente,  es decir, que los textos, escritos en griego,  fueron sucesivamente copiados a lo largo del tiempo; que no se cuenta con el original de los mismos;  y que lo que se  lee en nuestro propio idioma es una traducción.

Con ese aspecto en mente,  y a modo de ejemplo, analizaré la Primera Carta a los Corintios. De los dieciséis capítulos de la misma, interesa para el tema el número seis.

Entrando en el contexto de la misiva, vemos que, previo a redactar esta carta,  Pablo se había enterado de que en Corinto los Cristianos alguna vez habían concurrido a un juez para resolver sus pleitos. No le agrada tal idea.

Dice Pablo en la carta: “¿No saben que los Santos juzgarán al mundo? Nosotros (los Santos) juzgaremos a los mismos ángeles, (y entonces) cuánto más podremos juzgar los problemas de esta vida…”   Aquí, Pablo piensa que los Corintios cristianos no deben ir a los jueces no cristianos, porque estos últimos no tienen los mismos valores que ellos.  ¡Cómo puede ser que les lleven un planteo a alguien que no comparte los mismos valores de la comunidad cristiana!. Por lo tanto, lo que està diciendo Pablo es que, para él,  los jueces civiles no eran aceptables,  porque no eran creyentes. Éste es el contexto en el cual Pablo, a continuación,  habla de lo que es la injusticia y  “los injustos”.

En efecto, en Cor. 6 ver. 9-10, dice Pablo (y a continuación lo transcribiré tal como podemos llegar a encontrarlo en la Biblia de Jerusalén, para luego escribir su versión griega en fonética):

Los injustos no participarán en el Reino de Dios. Ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados (malakós), ni los homosexuales (arsenokoites), ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores ni los estafadores”

Éstos son los términos (“malakós” que traducen por “afeminados” y  “Arsenokoites” que se ve traducido por “homosexuales”) que suelen citarse como prueba de que Pablo condena a la homosexualidad.

Veamos cada uno de ellos.

4.Malakós/ Malakoi” y “Arsenokoites:

En esta carta de Pablo, en las versiones en Español, la palabra “malakos” ha sido traducida por el término “afeminados“. Sin embargo, su significado original en griego es “blando” o “débil“.

En efecto, para Ariel Alvarez Valdez,  “malakos” debería traducirse como “miedoso” o “cobarde“, refiriéndose a aquéllos que vivían de manera refinada y no participaban en la lucha, siendo considerados injustos por acaparar recursos.

En la reciente obra “Los libros del Nuevo Testamento” de Antonio Piñero [4] también se traduce la palabra “Malakoi” por “blanditos”.

En cuanto a la palabra “arsenokoites“, traducirla como “homosexual“,   es en primer lugar un anacronismo, ya que la palabra “homosexual” recién fue creada en 1869 y no existía en la época de Pablo.

En segundo lugar, traducir “arsenokoites” como “homosexual” es también una traducción errónea,  ya que el término griego mencionado no aparece en ningún otro texto conocido y su significado exacto sigue siendo objeto de debate.

Este debate se da en razón de que, para componer esta palabra “doble”  el autor utilizó la raíz “Arsen” o “Arseno”, que refiere a hombre tanto adulto como menor de edad;  y en cambio no utilizó la palabra “Andrós” que sí significa hombre mayor de edad.  Además, la palabra “arsenokoites” no se observa en ningún otro texto, canónico o extra bíblico.[5] Entonces, para Ariel Alvarez Valdez  y otros autores,  en realidad el término estaría refiriendo a la pederastia (dado que el tipo de “hombre” que menciona alude tanto a un hombre adulto como a uno menor de edad), siendo la pederastia una práctica aceptada en la antigua Grecia, que involucraba a un hombre mayor con un niño o adolescente.

En resumen, al menos en la carta a los Corintios, Pablo no condenaba la homosexualidad en el sentido moderno, sino prácticas específicas de injusticia y abuso, tales como la explotación de unos por otros, y la pederastia.  “Si en la lista las dos palabras forman una unidad, como parece, Pablo no se refería aquí, entonces, a las relaciones homosexuales en general, sino más bien a aquéllas en que podía haber un abuso o violación. No refiere a las relaciones entre dos personas libres y responsables.” [6]

El caso de la 1ra. Carta a los Corintios es sólo un ejemplo. Hay muchos otros ejemplos donde se evidencian malentendidos lingüísticos e históricos que han conducido al dolor y la exclusión de grupos enteros de personas.  Hay toda una corriente de exégetas, historiadores,  filólogos, que realizan nuevos análisis de las enseñanzas bíblicas, teniendo  muy presente el contexto sociocultural concreto de las normas y prohibiciones morales y éticas. “Se nos pide, por tanto, una reflexión muy profunda y seria sobre este tema, que nos ayude a liberarnos de muchos prejuicios y a profundizar en el talante evangélico. Una reflexión que nos lleve a una auténtica práctica evangélica y a ser “Buena Noticia” en un mundo que margina, injustamente, a los homosexuales”. [7]

5. Por qué habilitar una bendición.

Lo que se está habilitando en “Fiducia Supplicans”  consistirá en “bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”.

¿Cuál sería la razón de rechazar la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo?. ¿No es bueno acaso que dos personas quieran bendecir la permanencia de su relación,  de modo tal que puedan continuar en el tiempo, brindándose afecto, contención y amor?.

Para Ariel Alvarez Valdez, el Evangelio nos enseña que no podemos discriminar a nadie. Debemos animarnos a tomar nuevas ideas, en este aspecto.  Si nosotros creemos que Dios es un Dios de amor, mientras haya una madre que ame  a su hijo no “heteronormativo”, ¿Cómo podemos pensar que Dios va a dejar de amar a esa persona o amarlo menos,  sea de la orientación sexual que sea,  si su mamá o su papá sí lo aman?

¿Quiénes somos nosotros,  para negarle ese amor, y decir que Dios no lo ama?Si nosotros sabemos que Dios ama incondicionalmente a todos y todas, nosotros no podemos contaminar la exégesis con nuestras propias emociones tóxicas.  Yo tengo que decir que Dios ama a todos los hombres porque el último hombre tiene un papá o  una mamá que lo aman  mucho, y si ese papa o mamá lo aman, cómo no los va a amar Dios? Al contrario, teológicamente hablando, nosotros todos,  como representantes del Evangelio, tenemos que estar comprometidos en un respeto absoluto a todas las personas”. [8]

6. Todos, Todos y Todos somos Iglesia.

  • 1. El Papa Francisco ha abogado por la inclusión y la acogida de todas las personas, independientemente de su situación o identidad.

En efecto, Francisco ha expresado en varias ocasiones su deseo de que la Iglesia sea una casa abierta para todos, acogiendo a aquellos que se sienten marginados o excluidos. Ha hablado sobre la importancia de la misericordia, la compasión y la inclusión, instando a los católicos a ser comprensivos y amorosos hacia todas las personas.

En una sociedad diversa y plural, todos contribuimos al tejido social que nos une. Cada individuo, sin importar su orientación sexual, forma parte esencial de nuestra comunidad. Reconocer que todas las identidades y expresiones son valiosas nos enriquece como sociedad y como cuerpo eclesial. Las personas LGBTQI+ son una parte integral de todos nosotros y nosotras, aportando sus experiencias, talentos y perspectivas únicas. Al apreciar y amar a “todos, todos, todos”, fortalecemos la unidad que nos define como comunidad. Celebrar la diversidad no solo es un acto de inclusión, sino también un reconocimiento de que somos más fuertes y completos cuando abrazamos a todos los miembros de nuestra sociedad

Veamos algunas estadísticas que nos muestran qué parte de nuestro tejido social, comunitario y eclesial es LGTBQI+. Al hacerlo,  debemos tener en cuenta que siempre los informes en realidad tendrían  que arrojar cifras mayores, dado que es posible que algunas personas no se sientan cómodas revelando su identidad LGBTQI+ en encuestas, lo que puede afectar la precisión de los informes.

Según una confiable plataforma global de estadísticas e información, en el año 2021, el 10 % de la población en general estaba constituido por personas no heterosexuales (que se identificaron como: homosexuales (35), bisexuales 4%) asexuales (1%), pan sexuales (1%), y N/n/c (1%). El 90 %  restante se identificaba como heterosexual). [9]

  • 3. Estadística en Gallup:

La empresa de asesoría y análisis Gallup sostiene que las estadísticas muestran un importante crecimiento de las personas que se perciben como perteneciendo al grupo LGTBQI+. Hay un cambio incluso de 2020 a 2021.  “El porcentaje actual es doble del que se exhibió cuando Gallup primero midió la identificación LGTBQ hace una década”. [10]

Con datos expresados en 2022, Gallup informa que, al menos en E.U.,  en 2022 el crecimiento de las personas que respondían que se identificaban como homosexuales o bisexuales, arribó a un 7,2 % en las personas adultas, en el grupo nacido antes de los años 1980.

Luego, entre los millenials (generación nacida a partir de los años 1980) el porcentaje es de 11,2 %.  Y, para la generaciones aun más jóvenes,  el porcentaje se incrementa mucho más, porque en el grupo llamado “generación Z”  (nacidos entre 1997 y 2004,  edades que van entre los 18 y los 25 años),  se observó que se identificaban  como LGTB en un porcentaje hasta el 19,7 %.    “Cada uno de los porcentajes es más alto en una nueva generación, que el porcentaje de las generaciones anteriores.” [11]  Probablemente porque las personas se sienten más libres de expresar la verdad sobre sí mismas, en la medida que la sociedad va abandonando la discriminación y la exclusión.

  • 4. Síntesis de ambas estadísticas.

Es decir que, para la primera de las estadísticas, de todas las personas que nos rodean, un 10 % no es heterosexual;  y para la segunda empresa de estadísticas, al menos un 7,2% de las personas no es heterosexual (en personas adultas),  llegando el porcentaje hasta en un 19,7 % en el caso de personas jóvenes, entre 18 a 25 años.

7. Cómo dañamos al 7 % (o al 19,7 %!) de nuestros miembros de la Iglesia.

Si no se reconoce y visibiliza esta realidad, se condena a las personas (ya desde pequeñas) a vivir en un tipo de sociedad donde se diferencia férreamente los valores y los roles de la “masculinidad” y la “feminidad” heterosexual, y se ataca a aquellos sujetos que voluntaria o involuntariamente transgreden esas normas socialmente pautadas de comportamiento para hombres y mujeres heterosexuales.

Estas personas, aún creyentes o habiendo nacido en el seno de familias creyentes, serán objeto de “burlas, insultos y ridiculización, rumores, intimidación, empujones, golpes, robos o destrucción de pertenencias, marginación social, acoso cibernético, agresión física o sexual” [12]

Es posible que los miembros no heterosexuales de nuestra Iglesia se vean en la necesidad de ocultar su orientación sexual;  puede que no puedan hablarlo ni siquiera en sus propios hogares.  Sus familiares también pueden verse señalados en parroquias y otros lugares de reunión religiosa,  con lo cual también podrían verse en la necesidad de ocultarse y ocultar a quien es LGTBQI+ de su familia.

La presión de ocultar la orientación sexual puede contribuir a niveles elevados de ansiedad y depresión. La discriminación y el estigma asociados con la orientación sexual pueden afectar negativamente la autoestima de esas personas, haciéndolas sentir menos valiosas o aceptadas. El temor al rechazo puede hacer que eviten situaciones sociales o se distancien de amigos y familiares. Es más, el acoso y la discriminación constantes pueden aumentar el riesgo de pensamientos suicidas y comportamientos autolesivos.

“La violencia dirigida hacia los bisexuales, las lesbianas y los homosexuales (o violencia por odio) difiere de la violencia “cotidiana”. La violencia por odio contiene acciones con las que se intenta dañar o intimidar a las personas debido a su raza, etnia, orientación sexual u otro estatus de grupo minoritario. (…) La violencia por odio tiene mayor impacto tanto en la víctima que la sufre como en el grupo social al que pertenece la víctima. Los bisexuales, las lesbianas y los homosexuales pueden ser particularmente vulnerables a los efectos psicológicos negativos de la violencia por odio debido a que (…) (b) los bisexuales, las lesbianas y los homosexuales que consideran que su orientación sexual es negativa, es decir, que tienen homofobia internalizada, pueden aceptar esta noción -negativa- , lo cual puede incrementar su distrés psicológico después de ser víctima de una agresión, (c) debido a que la identidad de los bisexuales, las lesbianas y los homosexuales con frecuencia se desarrolla al margen de la familia y la comunidad de origen, los miembros de esta población no disfrutan automáticamente del apoyo de la familia y la comunidad cuando ellos son víctimas de violencia. [13]

Aquellas personas que sienten la necesidad de ocultar su orientación sexual tienden a autoexcluirse; además, el bullying y la discriminación en el entorno educativo o laboral pueden afectar el rendimiento académico y profesional, creando barreras para el éxito personal.

8. Evolución en los paradigmas de la Iglesia Católica:

Montserrat Escribano y Enric Vilá [14]  sostienen que en la Iglesia Católica puede observarse una evolución de paradigmas, pasando desde el Paradigma del Miedo y la Exclusión, al Paradigma de la Misericordia (o “lástima”),  y luego al Paradigma del Reconocimiento.

En el paradigma del miedo y la exclusión  (que los mencionados autores consideran “un primer estadio eclesial”) la Biblia se ha interpretado de manera literal y se han utilizado diversos pasajes para condenar a las personas homosexuales. Los pasajes más comúnmente citados incluyen la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra,  o el Levítico, donde se les aplica el término “abominación”. También son ejemplo de esta etapa, interpretaciones literales de cartas del Apóstol Pablo,  como hemos visto más arriba.

En el paradigma de la misericordia, o “segundo paradigma eclesial”, se supera la criminalización de las personas LGTBQI+, “pero persiste considerar sobre ellas la sombra de enfermedad,  y la concepción de pecado por su estilo de vida”. [15]   A esta etapa corresponden las  declaraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe en que se subrayaba el deber de “tratar de comprender la condición homosexual”  y se observaba que la culpabilidad de los actos homosexuales debía ser juzgada con prudencia. También en este segundo paradigma se ubican dos puntos del actual Catecismo de la Iglesia:  el punto N. 2357: “El origen psíquico de la homosexualidad permanece en gran medida inexplicado”, y el N. 2358: “Las personas homosexuales deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellas, todo signo de discriminación injusta”.

El paradigma del reconocimiento, según Escribano y Vilá [16],  “se inaugura con Francisco a partir de sus ya célebres palabras «si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? (…).  El problema no es tener esta tendencia, debemos ser hermanos”.

Sin embargo, resta aún que este nuevo paradigma  sea internalizado y puesto en práctica por miembros de la Jerarquía de la Iglesia.

Lamentablemente,  una actitud que se mantenga en el paradigma “I” (miedo y exclusión) o en el Paradigma “II” (lástima o misericordia) genera nítidamente en nuestra Iglesia la discriminación de las personas LGTBQI+, y no sólo de ellas sino también de sus familiares.

El consiguiente efecto, en particular en las mismas personas LGTBQI+, es de una total desconfianza hacia la Institución religiosa, donde deben ocultarse, o bien directamente no se sienten amados y acogidos de igual manera que las personas heterosexuales.

9. Conclusión.

Como conclusión a lo expuesto, se puede decir que la “Declaración Fiducia Supplicans”  ha generado reacciones extremas debido a su propuesta de habilitar la bendición de parejas en situaciones irregulares, incluyendo parejas del mismo sexo.

La discusión sobre la aceptación de la diversidad sexual dentro de la Iglesia ha llevado a examinar críticamente textos del Antiguo y Nuevo Testamento, que a menudo se citan para condenar la homosexualidad. Es esencial reconocer la complejidad de la interpretación de estos textos, dados los desafíos asociados con la traducción y la transmisión a lo largo del tiempo.

Por otra parte, la estadística muestra que las personas LGBTQI+ constituyen una parte significativa de la población, y la Iglesia, al adoptar paradigmas de miedo y exclusión o bien sólo de “misericordia”, puede afectar profundamente la salud mental y el bienestar de sus miembros no heterosexuales. La discriminación, el bullying y la presión para ocultar la orientación sexual pueden tener efectos negativos como la ansiedad, la depresión y la desconfianza hacia la institución religiosa.

El Papa Francisco ha abogado por un paradigma de reconocimiento que enfatiza la acogida, el respeto y la compasión hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual. Sin embargo, es crucial que este enfoque sea internalizado y practicado por la jerarquía y la feligresía en general, para lograr una auténtica inclusión.  En última instancia, celebrar la diversidad y reconocer que todas las identidades y expresiones son valiosas contribuirá a fortalecer la unidad en la sociedad y en la Iglesia. La aceptación incondicional de las personas LGBTQI+ es fundamental para construir una comunidad basada en el amor y el respeto mutuo. Es indispensable abandonar interpretaciones bíblicas obsoletas y a adoptar una nueva perspectiva religiosa basada en el amor y el respeto hacia todas las personas sin ninguna distinción.

Al fin y al cabo [17] también podemos elegir inspirarnos en otra carta de Pablo,  a los cristianos de Galacia (3,28) en la cual el Apostol dejó bien  en claro que la promesa de Dios está destinada a todos (Todos, Todos, Todos),  por medio de la fe en Jesucristo, cuando dice “Todos sois uno, en Cristo Jesús”.

(*) Abogada (U.N.Litoral, Argentina). Profesora (IFDC San Luis, Argentina). Especialista en Educación y DDHH (IFDC San Luis, 2017), Especialista en Educación en entornos virtuales (U.N. Quilmes 2023),  Magister en Derecho del Trabajo (UNTREF,Argentina), Miembro de la Mesa Interreligiosa de San Luis, Argentina. Ha asistido a  Curso bíblico  “La vida pública de Jesús y el Reino de Dios” (Fundación Diálogo, 2023),”Conversaciones sobre teologìa feminista, una materia pendiente” (Universidad Católica de Córdoba y Fundación Jean Sanet, con trabajo final, Febrero 2021), Curso Boston College “Historia, Teología y pràctica de la Sinodalidad”, (Marzo 2023), Certificado en formación bíblica (Curso sobre Evangelio San Mateo, Centro Biblico Verbo Divino, 2023).  Alumna del Curso de Hebreo de la Universidad de La Punta (San Luis) nivel VII.  Autora de “Derechos de las mujeres a acceder a puestos de jerarquía y autoridad en las organizaciones religiosas”, “Mujeres relevantes en la vida de Jesús y en la Iglesia Primitiva”.

[1] Piñero, Antonio, “Los Libros del Nuevo Testamento”. Trotta, 3ra edicion, nov 2022, Madrid, pg.  17.

[2] Chapa, Juan, “Transmisión e interpretación del Nuevo testamento. Diálogo desde la traducción”.  ISSN 0049-3449versión On-line ISSN 0717-6295   Teol. vida vol.60 no.1 Santiago  2019 http://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492019000100041

[3] Alvarez Valdés, A, (2022, junio 25). San Pablo y la Homosexualidad. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=dS_GaZh0gkA

[4] Piñero, Antonio, edición, “Los libros del Antiguo Testamento” Editorial Trotta,  3ra edicion, Noviembre 2022, Madrid, pg. 200.

[5] Vila Enric, en “Biblia y orientación sexual”, en que dice Vila:  “La segunda palabra es un neologismo que aparece por primera vez precisamente en 1 Cor 6,9”.  Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,p. 18 disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf

[6] Vila Enric, en “Biblia y orientación sexual”, Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,p. 18 disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf

[7] Vila Enric, en “Biblia y orientación sexual”, Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,p. 18 disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf

[8] Alvarez Valdez, A, (2022, junio 25). San Pablo y la Homosexualidad. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=dS_GaZh0gkA

[9] Fernandez, Rosa, “Orientación sexual: distribución porcentual de la población mundial por tipo en 2021”  30-10-2023, Sitio Statista, disponible en https://es.statista.com/estadisticas/1381292/orientacion-sexual-distribucion-porcentual-de-la-poblacion-mundial-por-tipo/

[10] Jones, J. M. (2023, febrero 22). U.S. LGBT identification steady at 7.2%. Gallup. https://news.gallup.com/poll/470708/lgbt-identification-steady.aspx  (T. del A).

[11] Jones, J. M. (2023, febrero 22). U.S. LGBT identification steady at 7.2%. Gallup. https://news.gallup.com/poll/4707S08/lgbt-identification-steady.aspx  (T. del A).

[12] Jennett, M., “Stand up for us, challenging homophobia in schools”. Department of Health, Londres, 2004, p. 20.

[13] Ortiz-Hernandez, Luis y Garcia Torres, Maria Isabel, “Efectos de la violencia y la discriminación en la salud mental de bisexuales, lesbianas y homosexuales de la Ciudad de México” Cadernos de  Saúde Pública 21 (3), Jun 2005, https://doi.org/10.1590/S0102-311X2005000300026, disponible en Scielo.

[14] Escribano, Montserrat y Vilá Enric, “El reconocimiento de las personas LGTBIQ+ en la Iglesia” Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf p.10

[15] Escribano, Montserrat y Vilá Enric, “El reconocimiento  de las personas LGTBIQ+ en la Iglesia” Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf p.11

[16] Escribano, Montserrat y Vilá Enric, “El reconocimiento  de las personas LGTBIQ+ en la Iglesia” Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf p.12  con cita de Papa Francisco, (2013). “Viaje apostólico a Río de Janeiro con ocasión de la XXVIII jornada mundial de la juventud, Conferencia de prensa del santo padre Francisco durante el vuelo de regreso a Roma”, Domingo 28 de julio de 2013.

[17] Y siguiendo aquí a Vila Enric, en su final de “Biblia y orientación sexual”, Cuadernos Cristianisme i Justícia.  Barcelona, Setiembre 2022,p. 18 disponible en https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es229.pdf

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