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Un activista de Singapur presenta una demanda contra la sección 377A que castiga las relaciones gays

Miércoles, 19 de diciembre de 2018
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11178283_10152912426897077_8934471667104483940_nSiguiendo la estrategia que ha llevado a la derogación de la ley que castigaba las relaciones entre personas del mismo sexo en la India y alentado por la iniciativa de Tommy Koh, que intentó que su gobierno rectificara la misma ley en su país, un activista, Johnson Ong, ha presentado una demanda para declarar inconstitucional la sección 377A de Singapur. 

Si Theresa May pedía perdón a principios de año por el legado homofóbico que el colonialismo británico había dejado en muchos países, India se libraba de su sección 377 en octubre. Inspirado por el hecho de que la ley homónima de Singapur no solo es similar, sino prácticamente la misma si tenemos en cuenta que se denomina sección 377A, un activista, Johnson Ong, decide imitar el mismo proceso en su país con el objetivo de llegar al mismo resultado, para lo que ha presentado una demanda para anular la ley que prohíbe la homosexualidad en Singapur, argumentando que es «absurda y arbitraria» y que constituye «una violación de la dignidad humana».

«India es una sociedad tan conservadora, mucho más conservadora que Singapur en algunos aspectos. Así que pensé, si India puede hacerlo, ¿por qué no podemos nosotros?», afirma este activista de 43 años de edad que, como tantos otros activistas de las que fueran antiguas colonias británicas, no solo considera la decisión de la justicia india como una victoria para el movimiento de los derechos de las personas homosexuales, sino como un rechazo del legado de la era victoriana. Situada al sur de la península de Malasia, la República de Singapur es una próspera ciudad-estado que constituye el país más pequeño del sudeste asiático. La instauración de la sección 377A se remonta a 1938, y castiga con hasta dos años de prisión a un hombre que se involucre en «cualquier acto de indecencia grave» con otro hombre, aplicándose rara vez a relaciones entre mujeres.

En octubre de este año, un veterano diplomático de Singapur, Tommy Koh, recoge más de 50.000 firmas con el objetivo de instar al gobierno a reconsiderar la sección 377A como parte de una revisión de su código penal en proceso actualmente, petición que ha sido desestimada por el gobierno tras la presión del Consejo Nacional de Iglesias de Singapur, que representa a alrededor de 200 iglesias. «El estilo de vida homosexual no solo es perjudicial para las personas, sino también para las familias y la sociedad en general», afirman los radicales religiosos, emulando igualmente los argumentos de los sectores homófobos de otros países que aseguran que la anulación de la sección 377A amenaza los «valores tradicionales» y abocaría al país a una «resbaladiza pendiente».

Hace un lustro que Lee Hsien Loong, Primer Ministro de Singapur, se posicionara a favor de mantener la sección 377A, lo que reiteraba en una entrevista reciente a la BBC en la que afirmaba que estaba «preparado para vivir con eso hasta que cambien las actitudes sociales». Una reciente encuesta, realizada por Ipsos Public Affairs, concluye que el 55 % de las personas en Singapur apoya la Sección 377A, mientras que solo el 12 % se opone. El cuerpo de funcionarios asegura que rara vez se aplica esta ley, lo que no consuela a los miembros del colectivo LGBT de Singapur que no se resignan a la sombra de una normativa que los califica como criminales únicamente en función de su identidad, además del hecho de que propicia el acoso y la discriminación cotidiana, dado que muchos no llegan a denunciar por miedo a ser procesados ellos mismos.

«Tú ves la palanca allí y el gobierno está diciendo: ‘No se preocupe, no vamos a tirar de ella’. Pero nunca se sabe», explica Ong, director de una agencia de márquetin viral, aunque más conocido por su faceta de DJ con elnombre de Big Kid, quien es abiertamente gay y vive con su pareja de hace mucho tiempo, lo que no le evita tener la sensación de vivir como si estuviera «parado sobre una trampilla». La audiencia previa al juicio está prevista para el 18 de febrero, mientras tanto, activistas de Sri Lanka y Kenia también han presentado demandas similares en sus respectivos países.

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El activista Johnson Ong

Una sociedad muy conservadora

Singapur es una ciudad-estado del sudeste asiático, con una economía capitalista fuertemente desarrollada. Poblada por diferentes grupos étnicos y religiosos, la mayor parte de su población es de origen chino, aunque hay una elevada proporción de malayos e indios. La religión más practicada es el budismo, si bien existen importantes minorías musulmana y cristiana. Es, en cualquier caso, una sociedad globalmente muy conservadora.

Singapur no despenalizó hasta 2007 tanto el sexo oral como el sexo anal, pero sólo para heterosexuales. Las relaciones homosexuales masculinas siguen penalizadas como “conductas obscenas” de acuerdo a la ya mencionada sección 377A del Código Penal, aunque en la práctica no se persiguen, siempre y cuando se practiquen en privado. En 2015, el Gobierno seguía defendiendo el mantenimiento de este statu quo, mientras que en la actualidad se limita a constatar que, si bien la mayoría es contraria a la despenalización, la sociedad está «fuertemente dividida» sobre el asunto. Por otra parte, la comunidad LGTB es cada vez más visible y el Orgullo de Singapur crece año tras año. En 2013 salía del armario el primer político abiertamente gay del país.

Fuente Universogay/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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“Asombro”, por Gabriel Mª Otalora

Viernes, 9 de noviembre de 2018
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amanecerGabriel Mª Otalora
Bilbao (VIzcaya).

ECLESALIA, 19/10/18.- En algún sitio he leído que existe una iglesia católica en Malasia en la que sus exiguos feligreses tiene desplegado un eslogan que dice: “Si no has podido ver el amanecer de hoy, no importa. Mañana te regalo otro. Firmado: Dios”. Me parece un buen punto de reflexión sobre una forma de orar que estamos pasando por alto en nuestro mundo mecanizado y positivista; una expresión oracional que asimilamos a la vida monástica que tanto invita a la contemplación, pero que no identificamos suficientemente con toda persona con experiencia de Cristo (es decir, cristiana).

Toda filosofía nace del asombro que nos lleva a hacernos preguntas. Y el asombro como oración es una variante de la acción de gracias. Como dice San Pablo en la Primera a los Corintios, ¿qué tienes que no hayas recibido? Solo con pasear la mirada por la naturaleza, contemplar un atardecer en verano o un amanecer en otoño, tenemos suficiente material espiritual para abrirnos al asombro, que no es más que una manifestación genuina de la humildad, del hacernos como niños con la intención que le dio Jesús a esta expresión. La humildad, ¡ay!, es el mejor camino para asombrarse también de las propias capacidades dormidas: pinta, canta, baila, cocina, escribe, escucha, sonríe, ayuda…

El Todopoderoso ha hecho obran grandes en mí, es una exclamación que Lucas pone en labios de María para hacerla hacer nuestra y repetir con frecuencia. Cuando algo o alguien nos emocionan, no podemos evitar expresarlo. El regocijo no es completo si no lo compartimos. La experiencia gozosa de un Dios perdonador hizo exclamar los bellos salmos que nos legó David llenos de bendición y asombro agradecido. Seguro que disfrutó intensamente en su corazón con semejantes sentimientos exultantes.

Lograr la actitud de asombro ante lo mucho que tenemos -en lugar de vivir centrados en lo que nos falta- tiene una consecuencia enraizada en el propio Cristo: sabernos bendecidos invita a compartir lo recibido, la alegría sí, pero también los dones que a otros les faltan: compartir el amor de Dios en mil formas e intensidades, conforme a lo recibido gratis.

Qué pocos cristianos son conscientes de donde viene la fiesta. Tanto “fiesta” como “festival” proceden del término festus, que significa lo referente a los días destinados a los actos religiosos. Hemos institucionalizado la celebración “festiva” (¡celebración litúrgica!) para expresar el gozo por el amor que Dios nos tiene, pero carecemos de la chispa propia de la experiencia asombrosa de sentirnos amados por Dios.

Gracias, Señor, por mi cuerpo, del que doy sentadas tantas cosas:

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Gracias, Señor, por mi cuerpo,
tu regalo y mi tesoro más estimado
para andar por este mundo.

Por los pies con que camino
al encuentro de mis hermanos,
gracias, Señor.

Por las piernas que me sostienen
y que nunca se cansan de mí,
gracias, Señor.

Por las manos, útiles herramientas,
para trabajar, servir y abrazar,
gracias Señor.

Por los labios, boca, dientes y lengua
con que río, hablo y como gozosamente,
gracias, Señor.

Por los ojos con que descubro y veo
tanta gracia y hermosura a mi lado,
gracias, Señor.

Por mi sexo entrañable
con el que me siento y expreso,
gracias, Señor.

Por los nervios, rápidos y sensibles conductores
de sensaciones y emociones, y también de mis quereres,
gracias, Señor.

Por mi cabeza, hermoso ingenio
que piensa, maquina y ordena,
gracias, Señor.

Por la piel que me protege
dándome forma, figura y seguridad,
gracias, Señor.

Por este corazón que nunca descansa,
que ama y se deja amar,
gracias, Señor.

Por mi cuerpo entero, hecho con ternura
por tus manos y tu soplo,
gracias, Señor.

*

(Florentino Ulibarri)

***

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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Dos hombres reciben 80 latigazos en la provincia indonesia de Aceh como castigo por practicar la homosexualidad

Martes, 24 de julio de 2018
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indonesia-latizagos-homofobia-696x522Dos hombres han recibido 80 latigazos en la provincia indonesia de Aceh, como pena por realizar prácticas homosexuales, en aplicación de la sharía (o ley islámica). El brutal castigo ha tenido lugar ante una multitud furiosa, que alentaba a que el castigo fuera lo más duro posible. A pesar de que el gobernador de Aceh dictó una ordenanza por la que estos castigos debían ejecutarse a puerta cerrada, parece que ha prevalecido el deseo de las autoridades religiosas de que sean públicos para que sirvan de ejemplo.

Los dos hombres habían sido detenidos en una redada en la que se detuvo a quince personas cerca de una mezquita, acusadas de cometer infracciones contra la ley islámica, como mostrar afecto en público o vender bebidas alcohólicas. En su caso, ambos fueron culpados de practicar la homosexualidad.

La brutal ceremonia, de intención ejemplarizante, tuvo lugar en una plaza ante un millar de espectadores, algunos de ellos provenientes de la vecina Malasia, que sacaban fotografías con sus teléfonos móviles como si se tratara de un espectáculo. Mientras el verdugo propinaba a las víctimas los 80 latigazos con una vara de ratán, entre la multitud se oían gritos de «golpea más fuerte».

El castigo ha sido semejante al que recibieron hace un año dos jóvenes varones, acusados a su vez de mantener relaciones sexuales entre ellos. En aquella ocasión recibieron 83 latigazos, también ante una multitud exaltada. Amnistía Internacional lo calificó de «repugnante espectáculo» y se sucedieron las condenas internacionales. Debido a ello, el presidente indonesio, Joko Wivodo, presionó al gobernador de Aceh, Irwandi Yusuf, para que finalmente emitiese una orden en la que se establecía que los castigos físicos debían ejecutarse en el interior de las prisiones y se prohibía la grabación o difusión de imágenes de los mismos.

Sin embargo, hubo una gran oposición por parte de los sectores religiosos, que consideraron que si los castigos no eran públicos perderían su carácter de «ejemplarizantes», idea que, al parecer, ha terminado prevaleciendo.

En la provincia de Aceh, recordemos, rige la sharía desde 2005. Fue una concesión de Indonesia a los separatistas en el marco del acuerdo de paz que tuvo lugar poco después del tsunami que asoló la región. Aunque no fue hasta septiembre de 2014 cuando finalmente se aprobó la ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de flagelación (que entró en vigor en octubre de 2015).

Escalada de la LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace unos meses recogíamos la detención de cuatro personas en Banda Aceh (capital de la provincia), a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentarían a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. Y a principios de año contábamos como la policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales».

Poco antes, en diciembre de 2017, nos hacíamos eco de la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía. El que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero lo cierto es que la situación se está deteriorando en todo el país. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017, que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres.

Esta espantosa situación podría además agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión, si bien el proyecto de ley ha sido aplazado provisionalmente.

Fuente Dosmanzanas

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Universidad femenina de Tokio aceptará estudiantes transexuales desde 2020

Martes, 10 de julio de 2018
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image_l-1La medida significa un ligero avance, en un país que registra un lento proceso en el reconocimiento de los derechos de las personas de sexo-género diversas.

Es una decisión sin precedentes en un país que no reconoce legalmente ningún derecho a la comunidad LGTBI.

El 53,2 % de los nipones no apoyaría a un amigo si descubrieran que es gay.

Una universidad tokiota aceptará por primera vez en Japón a estudiantes transexuales a partir del curso 2020-2021, ha confirmado hoy una portavoz del centro, una decisión pionera en un país que no reconoce legalmente ningún derecho a la comunidad LGBT.

La Universidad de Ochanomizu es la primera institución educativa japonesa que va a permitir la inscripción a personas con identidad sexual distinta a la de su nacimiento, según corroboró una portavoz del Ministerio de Educación del país. “Es conveniente que varias universidades tomen disposiciones hacia una mejor comprensión de las necesidades de las minorías sexuales, aunque una decisión así depende de cada universidad”, explicó un representante del Ministerio a la AFP. En este sentido el Ministerio de Educación de Japón ha indicado que esta decisión “no tiene probablemente precedentes”. Por su parte, el ministro de Educación Yoshimasa Hayashi, afirmó en una conferencia de prensa que este tipo de acciones contribuyen a que exista una sociedad más tolerante e inclusiva. “Es importante crear un entorno donde el conjunto de la sociedad acepte la diversidad y se muestre comprensiva hacia las personas transgénero”, recalcó el funcionario.

Fundada en 1875, la de Ochanomizu fue también la primera institución educativa de educación superior para mujeres de Japón.

Los centros educativos femeninos del país asiático sólo permiten actualmente solicitar plaza a aquellas personas inscritas como mujeres en el sistema de registro familiar, aunque algunos, como la Universidad de Tsuda y la Universidad para Mujeres de Japón, ambas en Tokio, están considerando modificar sus reglas, según medios locales.

Las universidades japonesas querrían así seguir los pasos de centros estadounidenses femeninos como el Mills College en Oakland (California), que en 2014 se convirtió en el primero en aceptar estudiantes transexuales en el país norteamericano.

Aunque la legislación nipona no concede ningún reconocimiento a la comunidad LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexual e intersexuales), iniciativas de instituciones educativas, otras instituciones o administraciones locales han empezado a cambiar esta tendencia. Varios colegios de secundaria han introducido uniformes unisex o códigos de vestimenta más flexibles para apoyar a estos estudiantes.

Una encuesta nacional realizada para medir por primera vez el grado de aceptación de estas relaciones reveló que el 53,2 % de los nipones no apoyarían a un amigo si descubrieran que es gay (un 50,4 % si fuese una mujer lesbiana), y que más del 70 % de los varones de 40 años no aprobaría que un compañero de trabajo fuera homosexual.

Según varios sondeos, se estima que la comunidad LGBTI de Japón supone entre el 5 % y el 8 % de la población.

Avances en Japón

El Gobierno japonés anunció recientemente que otorgará apoyo económico para que las personas trans y no binarias puedan realizarse la operación de reasignación sexual. Sin embargo, las personas solicitantes deben ser soltera y sin hijos menores de 20 años, someterse a una evaluación psiquiátrica para recibir un diagnóstico de “Desorden de identidad de género” (GID), de al menos, dos médicos. A esto hay que sumarle que la persona trans debe someterse a un proceso de esterilización obligatorio si aspira a su reconocimiento de género. Hecho que ha sido fuertemente criticado por las organizaciones pro derechos humanos.

La ciudad de Iga (que ronda los 95.000 habitantes, en la prefactura de Mie) se convertía en diciembre de 2015 en el cuarto municipio japonés en abrir a las parejas del mismo sexo la posibilidad de unirse civilmente. Aunque en Japón, como decíamos, tampoco se ha aprobado todavía el matrimonio igualitario, varias ciudades han tomado la delantera, aprobando la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de uniones de hecho.

La primera administración japonesa que anunció la apertura de uniones civiles entre parejas de gais y lesbianas fue la de Shibuya (un distrito especial de Tokio). Por su parte, Setagaya (como Shibuya, otro de los 23 distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Tokio) secundaba poco después la iniciativa y se convertía en el segundo territorio japonés en ponerla en marcha.

Asimismo, en la ciudad de Takarazuka, en la prefectura de Hyogo, se iniciaba el pasado mes de junio la expedición de certificados de asociación a las parejas homosexuales. A diferencia de lo que ocurre en Shibuya, los registros de parejas de hecho en Takarazuka y Setagaya no exigen a las empresas privadas que reconozcan a las parejas homosexuales.

Las parejas del mismo sexo de Fukuoka (una ciudad de un millón y medio de habitantes al norte de la isla japonesa de Kyushu) ya pueden registrar sus uniones de hecho ante la administración. Fue el pasado mes de febrero cuando se aprobó la nueva legislación local, pero el inició de su aplicación se estableció para el presente mes de abril. En septiembre de 2017 el alcalde de Fukuaka, Soichiro Takashima, se mostraba partidario de seguir los pasos Sapporo (la primera gran ciudad de Japón en aprobar una ley de uniones de hecho). “Consideraré la introducción de un marco de apoyo para las minorías sexuales que incluya las uniones de hecho, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad”, declaraba Takashima.

En septiembre de 2017 el alcalde de Fukuaka, Soichiro Takashima, se mostraba partidario de seguir los pasos de Sapporo (la primera gran ciudad de Japón en aprobar una ley de uniones de hecho). “Consideraré la introducción de un marco de apoyo para las minorías sexuales que incluya las uniones de hecho, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad”, declaraba Takashima.

La última noticia que publicamos el pasado mes de abril informaba de que la ciudad de Fukuoka (una ciudad de un millón y medio de habitantes al norte de la isla japonesa de Kyushu) se convertía en la segunda gran ciudad de Japón con una ley de uniones de hecho para parejas del mismo sexo. , con lo que las parejas del mismo sexo ya pueden registrar sus uniones de hecho ante la administración. Fue el pasado mes de febrero cuando se aprobó la nueva legislación local, pero el inició de su aplicación se estableció para el pasado mes de abril.

Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el Ministerio de Trabajo de Japón incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual.

Aunque ningún país asiático ha aprobado por el momento el matrimonio igualitario, la situación del colectivo es diametralmente opuesta en los distintos países del continente. Japón y Taiwán furon pioneros en experimentar avances locales en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo (aunque Taiwán está tomando la delantera, a pesar del escoyo de los grupos religiosos). Sin embargo, en algunos como MalasiaBrunéi o la India, , entre otros, las personas LGTB son víctimas de la homofobia de estado y la intransigencia social. Por el contrario, además de Taiwán y Japón, otros países como Vietnam van posicionándose en líneas más aperturistas e igualitarias (si bien no al ritmo que cabría desear).

Fuente Universogay/Cáscara Amarga/Cristianos Gays

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La ciudad japonesa de Sapporo emite tarjetas que acreditan a las parejas homoparentales en caso de emergencia

Miércoles, 6 de junio de 2018
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japon-tarjetasLa ciudad japonesa de Sapporo ha comenzado a emitir tarjetas que acreditan que las parejas del mismo sexo mantienen una relación, en caso de emergencias como la hospitalización de un compañero.

En Japón, las parejas del mismo sexo no tienen los mismos derechos legales que las heterosexuales, por ello estos certificados están diseñados para ayudar a las parejas homoparentales a evitar problemas en determinadas situaciones, por ejemplo, al solicitar visitas al hospital o al mudarse juntas a un apartamento.

Las tarjetas contienen los nombres de ambos miembros de la pareja, la fecha de emisión y una nota solicitando a las personas que reconozcan su propósito, aunque no es jurídicamente vinculante.

Sapporo, en la isla norteña de Hokkaido, inició el proceso para reconocer oficialmente a las parejas del mismo sexo en la ciudad en 2017, pero es ahora cuando ha comenzado a distribuir las tarjetas.

Los solicitantes de la tarjeta deben tener al menos 20 años y vivir en Sapporo, o planear vivir en Sapporo. Las parejas también deben presentar un juramento por escrito de su relación a la División de Igualdad de Género de la ciudad.

Ken Suzuki, del grupo de apoyo a las parejas del mismo sexo Domestic Partnership Sapporo, dijo a Out-Japan : “La puerta de la esperanza se abrió ante nosotros. Seguiremos avanzando. Espero que más personas LGTB y sus aliados trabajen juntos para mejorar los derechos LGTB en Japón”.

La Constitución japonesa define el matrimonio como “unión basada sólo en el consentimiento mutuo de personas de diferente sexo”, mientras que la legislación civil nacional no reconoce derecho alguno para las parejas del mismo sexo.

Las localidades de Iga (centro), Takarazuka (oeste) y Naha (sur) empezaron a reconocer las parejas del mismo sexo el 2016, mientras que grandes compañías del país asiático han comenzado a aplicar recientemente normativas laborales que equiparan los derechos de sus empleados LGTB con los de sus trabajadores heterosexuales.

Además, este reconocimiento se produce después del histórico fallo de la Corte Suprema taiwanesa del 28 de mayo, que declaró inconstitucional las restricciones legales a las uniones entre personas del mismo sexo y fijó un plazo de dos años para enmendarlas, lo que convertirá a Taiwán en el primer país de Asia con bodas entre parejas del mismo sexo.

Los primeros antecedentes en Japón

La ciudad de Iga (que ronda los 95.000 habitantes, en la prefactura de Mie) se convertía en diciembre de 2015 en el cuarto municipio japonés en abrir a las parejas del mismo sexo la posibilidad de unirse civilmente. Aunque en Japón, como decíamos, tampoco se ha aprobado todavía el matrimonio igualitario, varias ciudades han tomado la delantera, aprobando la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de uniones de hecho.

La primera administración japonesa que anunció la apertura de uniones civiles entre parejas de gais y lesbianas fue la de Shibuya (un distrito especial de Tokio). Por su parte, Setagaya (como Shibuya, otro de los 23 distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Tokio) secundaba poco después la iniciativa y se convertía en el segundo territorio japonés en ponerla en marcha.

Asimismo, en la ciudad de Takarazuka, en la prefectura de Hyogo, se iniciaba el pasado mes de junio la expedición de certificados de asociación a las parejas homosexuales. A diferencia de lo que ocurre en Shibuya, los registros de parejas de hecho en Takarazuka y Setagaya no exigen a las empresas privadas que reconozcan a las parejas homosexuales.

Las parejas del mismo sexo de Fukuoka (una ciudad de un millón y medio de habitantes al norte de la isla japonesa de Kyushu) ya pueden registrar sus uniones de hecho ante la administración. Fue el pasado mes de febrero cuando se aprobó la nueva legislación local, pero el inició de su aplicación se estableció para el presente mes de abril. En septiembre de 2017 el alcalde de Fukuaka, Soichiro Takashima, se mostraba partidario de seguir los pasos Sapporo (la primera gran ciudad de Japón en aprobar una ley de uniones de hecho). “Consideraré la introducción de un marco de apoyo para las minorías sexuales que incluya las uniones de hecho, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad”, declaraba Takashima.

En septiembre de 2017 el alcalde de Fukuaka, Soichiro Takashima, se mostraba partidario de seguir los pasos de Sapporo (la primera gran ciudad de Japón en aprobar una ley de uniones de hecho). “Consideraré la introducción de un marco de apoyo para las minorías sexuales que incluya las uniones de hecho, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad”, declaraba Takashima.

La última noticia que publicamos el pasado mes de abril informaba de que la ciudad de Fukuoka (una ciudad de un millón y medio de habitantes al norte de la isla japonesa de Kyushu) se convertía en la segunda gran ciudad de Japón con una ley de uniones de hecho para parejas del mismo sexo. , con lo que las parejas del mismo sexo ya pueden registrar sus uniones de hecho ante la administración. Fue el pasado mes de febrero cuando se aprobó la nueva legislación local, pero el inició de su aplicación se estableció para el pasado mes de abril.

Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el Ministerio de Trabajo de Japón incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual.

Aunque ningún país asiático ha aprobado por el momento el matrimonio igualitario, la situación del colectivo es diametralmente opuesta en los distintos países del continente. Japón y Taiwán furon pioneros en experimentar avances locales en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo (aunque Taiwán está tomando la delantera, a pesar del escoyo de los grupos religiosos). Sin embargo, en algunos como MalasiaBrunéi o la India, , entre otros, las personas LGTB son víctimas de la homofobia de estado y la intransigencia social. Por el contrario, además de Taiwán y Japón, otros países como Vietnam van posicionándose en líneas más aperturistas e igualitarias (si bien no al ritmo que cabría desear).

Fuente Oveja Rosa/Cristianos Gays

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Indonesia ilegalizará la homosexualidad, pero sin que parezca “discriminatorio”

Jueves, 31 de mayo de 2018
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558x367Uno de los miembros de la comisión parlamentaria que está revisando el Código Penal de Indonesia -que ilegalizará la homosexualidad- asegura que no quieren que el texto parezca “discriminatorio“

Ya llevamos meses contando que la situación del colectivo LGTB+ en Indonesia es catastrófica. Ser LGTB+ en Indonesia no es ilegal (por ahora) salvo en la provincia de Aceh, en la que se han registrado decenas de incidentes, agresiones, detenciones y abusos hacia el colectivo tanto por parte de las fuerzas de seguridad como por parte de civiles. La situación en Aceh es tan escandalosa que las autoridades hace poco decidieron dejar de torturar a personas acusadas de homosexualidad en público, porque consideran que la difusión de esas imágenes dañan la reputación internacional del país. Lo fácil sería dejar de torturar a personas LGTB+ ¿no? Pues no. En Aceh quieren seguir haciéndolo y, ya que están, quieren empezar a cortar cabezas. Literalmente.

 Mientras todo el mundo avanza en materia de derechos humanos, Indonesia decidió hace unos meses que lo suyo era llevar la contraria, declaró la homosexualidad un “desorden mental” y, en un movimiento que hasta la ONU ha criticado, decidió renovar el Código Penal del país para (entre otras cosas) ilegalizar la homosexualidad.

Durante varios meses un comité especial del Parlamento, formado por miembros de todos los partidos políticos, está revisando el Código Penal del país para introducir varios cambios. Desde la prohibición del sexo o la convivencia antes del matrimonio (…) hasta volver a introducir la pena de muerte, pasando por leyes que penalizan las críticas al presidente o ilegalizan la promoción de anticonceptivos. Y sí, también quieren ilegalizar la homosexualidad. Y todos los partidos políticos están a favor de esa medida. Pero no quieren que les llames homófobos y por eso han sorprendido las palabras de Arsul Sani, uno de los miembros de ese comité.

Según Sani, que pertenece al Partido Unido del Desarrollo, el artículo referente a las personas LGTB+ en el Código Penal es uno de los pocos en los que aún no se han puesto todos de acuerdo; pero en declaraciones al diario Tempo.co ha asegurado que: “Ese artículo no se borrará, pero la fórmula se mejorará para que no exista percepción alguna de discriminación“.

El gobierno de Indonesia quiere prohibir los actos homosexuales, algo claramente discriminatorio, pero quiere hacerlo de forma que el texto legal que penalice la homosexualidad no parezca discriminatorio.

Ayer miércoles 30 la comisión parlamentaria se ha vuelto a reunir para terminar de decidir sobre los artículos del código penal que no consiguen zanjar (que incluyen el del colectivo LGTB+, la pena de muerte y los métodos de reproducción asistida). Pero lo que está claro es que, pase lo que pase, Indonesia ilegalizará la homosexualidad en breve. Todo el comité espera que el nuevo código penal esté listo para ser votado y aprobado en el Parlamento el próximo 17 de agosto de 2018.

Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país

La noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se ha abierto sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos hace pocos días, y que ha desencadenado una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía la semana pasada modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).

Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad está siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la presente legislatura, no parecen, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio, en las que 171 regiones votarán por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace algunos días recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente | Tempo.co, vía EstoyBailando/Cristianos Gays

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Hollywood vuelve a fracasar en la representación LGBT en el cine de 2017 según el último informe de GLAAD

Sábado, 26 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en Hollywood vuelve a fracasar en la representación LGBT en el cine de 2017 según el último informe de GLAAD

640x0-cine-glaad-studio-responsibility-index-2018El estudio anual sobre la representación del colectivo LGBT en el cine comercial revela que Hollywood vuelve a fracasar en la representación LGBT en el cine de 2017, reincidiendo en la disminución de los personajes homosexuales y bisexuales con respecto al año anterior, mientras que desaparecen los personajes transexuales.

Como cada año por estas fechas, la Alianza Gay y Lésbica contra la Difamación(GLAAD por sus siglas en inglés: Gay and Lesbian Alliance Against Difamation) publica este martes, 22 de mayo, su análisis del estado de la representación LGBTQ en el cine comercial, sorprendiendo al constatar que Hollywood vuelve a fracasar en la representación LGBT al reincidir un año más en la disminución de personajes homosexuales, bisexuales y transexuales en el cine comercial.

Cuando no parece haber ningún problema a la hora de mostrar la orientación sexual de sus personajes en los precedentes gráficos de títulos como Wonder Woman ( Patty Jenkins, 2017, Hong Kong, China & EE.UU.), Black Panther ( Ryan Coogler, 2018, EE.UU.) y Thor: Ragnark ( Taika Waititi, 2017, EE.UU.), sus adaptaciones cinematográficas los devuelven al armario, a pesar de que incluso en las dos últimas películas de Marvel se ruedan secuencias explícitas sobre su orientación sexual, que no consiguen superan el montaje final de la película.

«Con películas increíblemente exitosas como Wonder Woman y Black Panther que demuestran que el público quiere ver historias diversas que no se han contado antes, simplemente no hay ninguna razón para que los principales estudios tengan puntuaciones tan bajas en el Estudio de Índice de Responsabilidad. En un momento en que la industria del entretenimiento sostiene debates muy necesarios sobre la inclusión, este es el momento de garantizar que la industria tome medidas significativas e incorpore historias y creadores LGBTQ como áreas prioritarias para la creciente diversidad», declara Sarah Kate Ellis, presidenta de GLAAD.

Uno de los problemas más persistentes con la representación queer que el informe resalta es que los estudios a menudo minimizan el hecho de que un personaje es gay o transexual. El gran problema es que la única forma en que el público tiene para confirmar la orientación sexual de determinado personaje es recurriendo al material de origen o mantenerse al día con las entrevistas de los actores, guionistas o directores de las películas, que precisamente resaltan esta particularidad tal y como si fuera un valor añadido del personaje.

El estudio tiene en cuenta una serie de factores, como la presencia de un personaje en la pantalla, si su orientación sexual se menciona de manera explícita y la manera en la que ese valor añadido se integra en la trama de una película. Con demasiada frecuencia, los personajes e historias LGBTQ quedan relegados al subtexto, y el público se ve obligado a interpretar o leer a un personaje como LGBTQ recurriendo a metáforas o sugerencias. Un gran sector del público puede no llegar a darse cuenta de que están viendo un personaje gay en la pantalla.

Las películas analizadas también fracasan en el test Vito Russo, creado por GLAAD y con el que analizan el modo en que aparecen los personajes LGBT en la película. Para pasar esta prueba, no basta con que la película incluya un personaje homosexual de manera explícita, sino que tiene que ser esencial para el desarrollo de la trama y que no esté definido exclusivamente por su orientación sexual o su identidad de género, lo que sucede únicamente en nueve películas, las siguientes:

— Alien: covenant (Ridley Scott, 2017, REino Unido & EE.UU.)

— Chips (Dax Shepard, 2017, EE.UU.)

— Déjame salir (Get out, Jordan Peele, 2017, Japón & EE.UU.)

— Hazlo como hombre (Nicolás López, 2017, Chile & México)

— Kingsman: el círculo de oro (Kingsman: the golden circleMatthew Vaughn, 2017, Reino Unido & EE.UU.)

— La Bella y la Bestia (Beauty and the BeastBill Condon, 2017, EE.UU.)

— Una noche fuera de control (Rought nightLucia Aniello, 2017, EE.UU.)

— Un padre no tan padre (Raúl Martínez, 2016, México)

— xXx: reactivated (xXx: the return of Xander CageD.J. Caruso, 2017, China, Canadá & EE.UU.)

El motivo de encontrar dos películas latinoamericanas en esta breve lista es porque no se tiene en cuenta la nacionalidad de la película, sino el número de salas en las que se estrenan en los Estados Unidos, que es lo que les concede una cobertura mainstream con respecto a otros títulos que llegan a menos público al estrenarse en menos salas o no estar amparadas por una de las grandes productoras de Hollywood.

El único progreso significativo del informe tiene que ver con la diversidad racial de los personajes homosexuales, de los que el 57 % son afroamericanos, mientras que en 2016 lo eran únicamente el 20 % en 2016 y el 25,5 % el año anterior. A pesar de todo, Ellis tiene esperanzas con que haya un incremento en la representación de la diversidad sexual de cara al próximo año, sobre todo gracias a títulos como Con amor, Simon (LoveSimonGreg Berlanti, 2018, EE.UU.), que «han ayudado a acelerar la aceptación en todo el mundo con muchos medios cubriendo las historias de jóvenes LGBTQ que se inspiraron y tuvieron el poder de salir del armario después de ver la película (…). Este es el poder único del entretenimiento: cambiar los corazones y las mentes al compartir nuestras historias, y ayudar a las personas a encontrar comprensión y experiencias comunes con otros que pueden no ser exactamente como ellos».

«Bueno, nadie mira a Hollywood en busca de cobertura social, ¿verdad? Hace poco que descubrieron que hay personas de color en el mundo. Hollywood ha maltratado a las mujeres de todas las maneras posibles a lo largo de su historia. Los hombres gay no existen (…). Dioses y monstruos, creo, fue el comienzo de Hollywood admitiendo que había personas homosexuales correteando, incluso a pesar de que la mitad de Hollywood es gay», declara Ian McKellen en respuesta al resultado del estudio, sumándose de manera irónica a las críticas que hace unos días cuestionaban que Marvel utilizara la supuesta pansexualidad de Lando Calrrisian en Han Solo: una historia de Star Wars ( Solo: a star wars storyRon Howard , 2018, EE.UU.).

Fuente Universogay

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Aplazado el proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia

Sábado, 28 de abril de 2018
Comentarios desactivados en Aplazado el proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia

tribunal-constitucional-indonesia-kq5c-620x349abcAlivio temporal para la comunidad LGTB de Indonesia. El comité que discute el proyecto de ley para criminalizar las relaciones entre personas del mismo sexo ha pospuesto la votación unos meses. Alegan que quieren recabar más opiniones de la ciudadanía sobre las enmiendas propuestas. Unos cambios que, en su redacción actual, castigan la homosexualidad con hasta cinco años de cárcel. El país ya vive una escalada de LGTBfobia social y de Estado que ha traído un aumento drástico de la persecución de las personas homosexuales y trans o percibidas como tales.

El proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia no saldrá adelante al menos hasta dentro de dos o tres meses. En febrero informábamos de la que parecía inminente aprobación de un proyecto de ley para castigar las relaciones extramatrimoniales y, explícitamente, las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta cinco años de cárcel. La medida supondría el blindaje legal de una persecución que no ha hecho más que crecer en los últimos años.

La propuesta no es nueva. En marzo de 2016, la organización Family Love Alliance presentó una demanda ante el Tribunal Constitucional del país para declarar delictivas las relaciones extramaritales. El alto tribunal falló en diciembre del año pasado, por cinco votos a cuatro, no admitir la petición. Los magistrados no declararon inconstitucional la prohibición del sexo extramarital, sino que consideraron que esta decisión la tiene que tomar, en su caso, el poder legislativo.

Eso es lo que puede ocurrir si sale adelante la propuesta. La Cámara de Representantes discutirá un proyecto de reforma de tres artículos del Código Penal. El que afectaría a la comunidad LGTB sería el 292, que en la actualidad castiga con cinco años de prisión los “actos obscenos” con un menor del mismo sexo. La modificación consistiría en eliminar la referencia a la minoría de edad, penalizando por tanto todos los actos sexuales entre personas del mismo sexo.

Los activistas LGTB temen redadas masivas. Si el proyecto se aprueba, su implantación podría resultar en millones de detenciones y afectar también a los turistas que visiten el país. La propuesta, que lleva meses sobre la mesa, tomó impulso en febrero al calor de recientes redadas contra locales de ambiente gay. Sin embargo, la criminalización del adulterio generó una importante reacción contraria a la reforma del Código Penal que ha obligado a posponer su votación en el Parlamento.

El crecimiento del nacionalismo y del islamismo también han sido factores que han animado a las autoridades a poner a la comunidad LGTB en el punto de mira. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales. La Asociación Indonesia de Intelectuales Musulmanes comparte esa posición y aspira a que la ley persiga las asociaciones LGTB.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace algunos días recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Los activistas LGTB denuncian que las relaciones homosexuales están penalizadas en el 70 % de los países de la Commonwealth

Miércoles, 25 de abril de 2018
Comentarios desactivados en Los activistas LGTB denuncian que las relaciones homosexuales están penalizadas en el 70 % de los países de la Commonwealth

2018-04-12_6_757721Ampliamos la noticia que ayer mismo publicábamos… Con ocasión de la reunión en Londres de los jefes de Gobierno de los 53 países que componen la Commonwealth (o Mancomunidad de Naciones), los defensores de los derechos LGTB han reclamado que se tomen medidas para que se despenalicen las relaciones homosexuales en todos esos territorios. En 36 de esos países, la homosexualidad está castigada con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua, en su mayor parte como herencia de la legislación vigente en el entonces Imperio Británico del que formaban parte. La primera ministra británica, Theresa May, ha calificado de «equivocada» esta penalización histórica, y ha solicitado a los representantes de los países miembros de la Mancomunidad de Naciones la derogación de las leyes discriminatorias.

Durante la semana del 16 al 22 de abril, se ha celebrado en Londres la reunión bienal de los jefes de Gobierno de la Mancomunidad de Naciones (también conocida por Commonwealth). Aprovechando la ocasión, los activistas que defienden los derechos LGTB han organizado manifestaciones en protesta por las legislaciones que condenan las relaciones homosexuales en 36 de los 53 países integrantes.

peter-tatchell-300x155Peter Tatchell, uno de los organizadores de las protestas, resumía así la situación: «La Commonwealth es un bastión de la homofobia. El 70 % de los estados miembros tienen leyes homófobas y no protegen a las personas LGTB contra la discriminación y los crímenes de odio. La cumbre bienal de la Commonwealth se ha negado durante décadas a debatir, y mucho menos apoyar, la igualdad LGTB. Este año no es diferente. Una vez más, los derechos LGTB han sido excluidos de la agenda de los mandatarios». El activista reclamaba que los jefes de Gobierno de la Mancomunidad «pongan fin a la persecución de más de cien millones de ciudadanos LGTB sancionada por el Estado».

theresa-may-300x155Aunque, efectivamente, ningún debate sobre los derechos LGTB estaba programado, la primera ministra británica sí quiso hacer alguna referencia al respecto en su discurso de apertura de la cumbre del pasado día 17 de abril. Ante los jefes de Gobierno de los 53 países miembros de la Commonwealth, Theresa May condenó con contundencia las leyes que castigan las relaciones homosexuales, reconociendo la responsabilidad de la herencia británica. Según la mandataria, «a lo largo de todo el mundo, leyes discriminadoras creadas hace muchos años continúan afectando a la vida de mucha gente, al criminalizar las relaciones entre personas del mismo sexo, o no protegiendo a mujeres y niñas. Soy muy consciente de que, a menudo, esas leyes fueron implementadas por mi propio país. Estaban equivocadas entonces y están equivocadas ahora».

May se felicitaba porque los tres últimos países en despenalizar las relaciones homosexuales sean miembros de la Commonwealth, pero también estimaba que «aún queda mucho por hacer. Nadie debería enfrentarse a persecución o discriminación por quién es o a quién ama. Y el Reino Unido está dispuesto a apoyar a cualquier miembro de la Commonwealth que desee reformar la legislación obsoleta que hace posible tal discriminación». Efectivamente, desde la última cumbre celebrada en Malta en 2015, las relaciones homosexuales se han despenalizado en Belice, Nauru y las Seychelles. La primera ministra no ha incluido a Trinidad y Tobago, cuya Corte Suprema ha declarado recientemente inconstitucionales las leyes que castigan la homosexualidad, pues el dictámen no será firme hasta dentro de tres meses.

boris-johnson-300x155También ha efectuado declaraciones sobre este asunto el ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, que quiso dar repuesta a las reclamaciones efectuadas por el saltador olímpico Tom Daley tras conseguir la medalla de oro en los campeonatos de la Commonwealth celebrados este mes. Daley había expresado su deseo de que todas las personas LGTB de los países miembros pudieran vivir abiertamente su orientación sexual o identidad de género. En una entrevista radiofónica, Johnson se comprometió a utilizar su influencia para tratar de que cambiaran las actitudes entre los distintos mandatarios, si bien, aclaraba, «no pretendo que esas actitudes vayan a cambiar de un día para otro». Sin embargo, hizo alusión a un reciente encuentro con un jefe de Gobierno de un país de la Commonwealth, que no quiso concretar, en el que, según sus palabras «me tomé el asunto con absoluta pasión», prometiendo que habría más noticas próximamente. El ministro quiso remarcar que «el Reino Unido defiende sus valores en la Commonwealth, y en todos los foros defendemos los derechos LGTB y enarbolamos su bandera en todas nuestras embajadas».

Los críticos, sin embargo, alegan que, cuando hay intereses comerciales o estratégicos de por medio, los derechos LGTB quedan automáticamente al margen. Sería deseable que se implementaran medidas diplomáticas y políticas útiles, y que no quedara todo en discursos de buenas intenciones y reivindicaciones puramente simbólicas.

La penalización de las relaciones homosexuales en los países de la Commonwealth y las excolonias británicas

Del total de 53 países miembros actuales de la Commonwealth, en 36 se penalizan las relaciones homosexuales con penas de cárcel, en la mayoría de ellos como herencia de la legislación británica. La duración de las penas oscila entre varios meses y la cadena perpetua. En algunos de los países, las leyes penalizadoras se han agravado por la adaptación de sus códigos penales a la doctrina islámica, llegando incluso a implementarse la pena de muerte:

  • Antigua y Barbuda
  • Bangladés
  • Barbados
  • Botsuana
  • Brunéi
  • Camerún
  • Dominica
  • Gambia
  • Ghana
  • Granada
  • Guyana
  • India
  • Jamaica
  • Kenia
  • Kiribati
  • Malaui
  • Malasia
  • Mauricio
  • Namibia
  • Nigeria (castigadas hasta con la pena de muerte en los territorios donde se aplica la sharía o ley islámica)
  • Pakistán (la sharía o ley islámica permite la pena de muerte, pero no hay noticias de que se esté aplicando)
  • Papúa Nueva Guinea
  • Islas Salomón
  • Samoa
  • San Cristóbal y Nieves
  • San Vicente y las Granadinas
  • Santa Lucía
  • Sierra Leona
  • Singapur
  • Sri Lanka
  • Suazilandia
  • Tanzania
  • Tonga
  • Tuvalu
  • Uganda
  • Zambia

En los otros 17 países se han derogado las leyes penalizadoras (entre paréntesis, la fecha de la despenalización):

  • Australia (en 1997 se despenalizó en el último territorio, Tasmania)
  • Bahamas (1991)
  • Belice (2016)
  • Canadá (1969)
  • Chipre (1998, en 2014 en la República Turca del Norte de Chipre)
  • Fiyi (2010)
  • Lesoto (2012)
  • Malta (1973)
  • Mozambique (2015)
  • Nauru (2016)
  • Nueva Zelanda (1986, en 2007 en la provincia autónoma de Tokelau).
  • Reino Unido (en 1967 en Gales, en 1980 en Inglaterra, en 1982 en Escocia y en 1983 en Irlanda del Norte. En 2001 se despenalizó en los últimos territorios: Islas Pitcairn; Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña)
  • Ruanda (1980)
  • Seychelles (2016)
  • Sudáfrica (1998)
  • Trinidad y Tobago (2018, pendiente de firmeza de la resolución de la Corte Suprema)
  • Vanuatu (2007)

Este es el mapa de los países de la Mancomunidad de Naciones según su legislación sobre las relaciones homosexuales (pinchad en él para verlo a mayor tamaño):

las-relaciones-homosexuales-en-los-paises-de-la-commonwealth-768x377

Pero la herencia de la legislación homófoba británica también ha dejado huella en otros países cuyos territorios, total o parcialmente, pertenecieron en su día al Imperio Británico y no forman parte de la Mancomunidad de Naciones. También en este caso, en algunos de ellos la penalización de las relaciones homosexuales se ha visto agravada por la adaptación de sus códigos penales a las leyes islámicas, hasta incluso implementar la pena de muerte:

  • Bután
  • Catar (la sharía o ley islámica permite la pena de muerte, pero no hay noticias de que se esté aplicando)
  • Egipto (las leyes no castigan explícitamente las relaciones homosexuales, pero son frencuentes las detenciones de personas LGTB utilizando la legislación contra la indecencia)
  • Emiratos Árabes Unidos (la sharía o ley islámica permite la pena de muerte, pero no hay noticias de que se esté aplicando)
  • Irak (castigadas hasta con la pena de muerte en los territorios donde se aplica la sharía o ley islámica por parte de tribunales locales o actores no formalmente estatales)
  • Islas Cook (territorio asociado a Nueva Zelanda)
  • Kuwait
  • Maldivas
  • Myanmar
  • Omán
  • Palestina/Franja de Gaza
  • Somalia (castigadas hasta con la pena de muerte en los territorios donde se aplica la sharía o ley islámica)
  • Sudán (castigadas hasta con la pena de muerte)
  • Sudán del Sur
  • Yemen (castigadas hasta con la pena de muerte)
  • Zimbabue

La homosexualidad no está penada tan solo en cinco países cuyos territorios han formado parte de colonias británicas y no pertenecen a la Commonwealth (entre paréntesis el año de despenalización):

  • Baréin (1976)
  • Irlanda (1993)
  • Israel (1988)
  • Jordania (1951)
  • Nepal (2007)

Fuente Dosmanzanas

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El gobierno británico reconoce su responsabilidad en el homofóbico legado histórico de la era colonial

Lunes, 23 de abril de 2018
Comentarios desactivados en El gobierno británico reconoce su responsabilidad en el homofóbico legado histórico de la era colonial

theresa-may-an103106230epa05433683La Primera Ministra británica, Theresa May, y el Ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, reconocen en la Cumbre de la Commonwealth la responsabilidad del Reino Unido en el homofóbico legado histórico de la era colonial, comprometiéndose a luchar por la derogación de las leyes contra la homosexualidad que todavía están vigentes en 37 de los 53 países que forman la Commonwealth. 

A sus 23 años de edad, Thomas Daley, se hace con la medalla de oro en salto de trampolín en los Juegos de la Commonwealth Gold Coast 2018 el pasado domingo, 15 de abril, en Australia, aprovechando para alzar la voz por la comunidad LGBT al lamentar que todavía hoy en día se persiguen las relaciones homosexuales en 37 de los 53 países que forman la Commonwealth. Un gesto que ha tenido respuesta tanto por parte de la Primera Ministra británica, Theresa May, como del Ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, reconociendo ambos el homofóbico legado histórico que los británicos han dejado en las antiguas colonias. «Me siento muy afortunado de poder ser quien soy abiertamente sin preocupaciones. Espero que algún día los atletas de todas las naciones en la Commonwealth puedan competir libremente siendo quienes son también», publica en su cuenta de Twitter el atleta, abiertamente homosexual desde 2013.

«Leyes discriminatorias hechas hace muchos años continúan afectando a las vidas de personas en todo el mundo, criminalizando relaciones de personas del mismo sexo ( …). Soy muy consciente de que estas leyes a menudo fueron implementadas por mi propio país. Estaban mal entonces y lo están ahora», declara May este martes, 17 de abril, en la Reunión de Jefes de Gobierno de la Mancomunidad de Naciones (CHOGM por sus siglas en inglés: Commonwealth Heads of Government Meeting) que tiene lugar esta semana en Londres, expresando su arrepentimiento por el papel que el Reino Unido ha tenido en las «leyes de sodomía» que todavía se aplican en las antiguas colonias británicas, asegurando que su gobierno está dispuesto a apoyar la reforma contra la discriminación de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en las antiguas colonias.

«Si permites a la gente vivir su vida como ellos elijan y expresar su amor como quieran, entonces se darán cuenta de que se puede conseguir mayores éxitos económicos como consecuencia», declara Johnson al día siguiente, 18 de abril, respondiendo de esta manera también a Daley y secundando las declaraciones de May, asegurando su intención de defender los derechos de las personas homosexuales en la cumbre de la Commonwealth. De acuerdo con un informe de Human Rights Watch, «Este legado extranjero», las leyes que castigan la homosexualidad se introducen en Asia, África, Oriente Medio, el Pacífico y el Caribe bajo el dominio colonialista británico, contribuyendo al clima de hostilidad, violencia y discriminación contra los miembros del colectivo LGBT que perdura todavía hoy en día, particularmente en países como Ghana, Sri Lanka, Malasia, Kenia, Birmania, Nigeria, Uganda, Jamaica y los países del Caribe Oriental.

Reconocer el peso de su homofóbico legado contribuye a motivar a otras países a seguir el ejemplo de Belice, última de las antiguas colonias en las que se han derogado las leyes contra la homosexualidad, que asimismo ha servido de modelo a Trinidad y Tobago, cuyo Tribunal Supremo acaba de declararlas anticonstitucionales, como también los tribunales de India y Kenia se encuentran actualmente valorando sobre su proceder en este sentido. Sin embargo, organizaciones que luchan por los derechos de los homosexuales consideran que May debería presionar a los jefes de gobierno para reformar esas leyes antes de que se pronuncien los tribunales, devolviendo la dignidad y la igualdad ante la ley a los miembros de la comunidad LGBT que integran la Commonwealth.

Fuente Universogay

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Aceh (Indonesia) dejará de torturar a hombres gay en público (pero lo hará en privado)

Miércoles, 18 de abril de 2018
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indonesia-latizagos-homofobia-696x522irwandi-jpg-id284Irwandi Yusuf

La región de Aceh, que aplica la Ley Sharia musulmana, dejará de someter a latigazos en público a los y las acusados de homosexualidad para pasar a hacerlo en recintos privados.

El movimiento simplemente quiere ayudar al gobierno del país a limpiar su imagen exterior y acusan a occidente de islamofobia por las críticas recibidas.

Tal y como adelantábamos en julio, la provincia indonesia de Aceh impedirá la difusión pública de imágenes de los castigos físicos a los condenados por homosexualidad. La reforma fue discutida en su momento entre el presidente indonesio, Joko Widodo, y el gobernador de Aceh, Irwandi Yusuf, debido al daño que para la imagen de Indonesia supuso la difusión de la flagelación de dos jóvenes. Pues bien, la semana pasada se conocía que Yusuf ha firmado la orden. Los castigos a homosexuales se ejecutarán  en el interior de las cárceles y centros de detención, sin que puedan registrarse ni difundirse imágenes de las mismas.

La provincia de Aceh en Indonesia, la única provincia del país en la que se aplica la Ley Sharia islámica, ha anunciado que dejara de someter a los hombres condenados por ser homosexuales a latigazos en público… para pasar a hacerlo a puerta cerrada.

Tal y como ha explicado el gobernador de Aceh, Irwandi Yusuf, la decisión de mover las torturas de las plazas públicas a los patios privados de las cárceles se ha tomado para reducir así las críticas internacionales por ese tipo de castigos. Eso sí, aclara que tanto a él como al resto del país les dan igual esas críticas y las considera un ataque islamófobo: “No queremos que la islamofobia interfiera en los asuntos externos de Indonesia“.

La medida cuenta con críticos entre la población local. Los hay que consideran que si los castigos no son públicos perderán su carácter «ejemplarizante». «Si los latigazos se dan en prisión, seguro que habrá más violaciones de la sharía en Aceh»declaraba un manifestante opuesto a la reforma. En esta provincia, recordemos, rige la sharía desde 2005. Fue una concesión de Indonesia a los separatistas en el marco del acuerdo de paz que tuvo lugar poco después del tsunami que asoló la región. Aunque no fue hasta septiembre de 2014 cuando finalmente se aprobó la ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de flagelación (que entró en vigor en octubre de 2015).

Desde la organización Human Rights Watch su investigador en Indonesia, Andreas Harsono, ha declarado que “Indonesia va en cabeza en la carrera hacia el abismo“. La nueva ley que traslada las torturas a los centros penitenciarios permitirá la asistencia de adultos y periodistas y fue recibida con una manifestación frente a la delegación del gobierno en Aceh. “Si los latigazos se hacen en prisión” explica Tuwanku Muhammad, uno de los manifestantes, “estamos seguros de que habría más delitos contra la Sharia en Aceh“.

Hay que recordar que la homosexualidad (por ahora) no es ilegal en Indonesia y aunque Aceh es la única provincia que aplica la ley Sharia el país al completo está sumergido en una deriva anti-LGTB. Todos los grupos políticos apoyan que se criminalicen las identidades no heteronormativas, las personas trans sufren persecución y agresiones en público que resultan impunes e incluso la Asociación de Psiquiatría del país define a las personas LGTB como enfermos.

Actualmente dos estudiantes universitarios están en prisión preventiva a la espera de juicio, acusados de practicar sexo homosexual entre ellos. Los dos chicos, de 21 y 24 años, fueron detenidos por civiles que entraron a la fuerza en una habitación en la que estaban los dos chicos. El director del Departamento de la Ley Sharia de la región ha explicado a la prensa que tienen los teléfonos móviles de los detenidos, unos preservativos y el colchón que había en la habitación como pruebas; y asegura que uno de los dos hombres ya se habría declarado culpable de practicar sexo gay.

Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país

La noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se ha abierto sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos hace pocos días, y que ha desencadenado una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía la semana pasada modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).

Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad está siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la presente legislatura, no parecen, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio, en las que 171 regiones votarán por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace algunos días recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral con el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente | Pink News, vía EstoyBailando/Cristianos Gays

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Cuatro personas detenidas en Indonesia por «practicar la homosexualidad» se enfrentan a castigos como la flagelación en público

Martes, 10 de abril de 2018
Comentarios desactivados en Cuatro personas detenidas en Indonesia por «practicar la homosexualidad» se enfrentan a castigos como la flagelación en público

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Ampliamos la noticia de la que dabamos un avance el pasado día 3 de este mes. Según denuncian las asociaciones de defensa de los derechos humanos, patrullas ciudadanas han detenido a cuatro personas en la provincia indonesia de Aceh por «practicar la homosexualidad», para luego ponerlas a disposición policial. Se trata de tres varones y de una mujer transexual (a quien no se reconoce su identidad de género), contra quienes la policía islámica presentará cargos, por lo que se enfrentan a penas que incluyen castigos físicos como la flagelación en público.

Se trata de dos hechos distintos, aunque ambos han sido perpetrados por patrullas ciudadanas y han tenido lugar en Banda Aceh, la capital de la provincia. Estos grupos vecinales no tienen vinculación con ningún grupo religioso o político, pero sí fuertes lazos con la policía islámica, lo que provoca continuados abusos contra las minorías más vulnerables, que incluyen detenciones arbitrarias y torturas.

La primera detención se produjo el pasado 12 marzo, cuando la patrulla ciudadana irrumpió en una peluquería y detuvo a los dos trabajadores presentes, un hombre y una mujer transexual. Tras entregarlos a la policía islámica, esta comunicó que habían encontrado «pruebas» de que habían tenido lugar prácticas homosexuales en el local, como condones o dinero en posesión de la mujer transexual. Cabe señalar que, dado que las autoridades no reconocen la identidad de género de la mujer, es tratada legalmente como un varón y las relaciones que haya podido mantener con un hombre son consideradas como entre personas del mismo sexo.

El día 20 del mismo mes, otra patrulla invadió la residencia de dos estudiantes universitarios, bajo la sospecha de que mantenían relaciones homosexuales. Ambos fueron retenidos a la fuerza hasta la llegada de la policía islámica, que decidió registrar el domicilio e incautarles los teléfonos móviles. Al parecer, el hallazgo de condones y un colchón fue prueba suficiente para proceder a la detención de los dos jóvenes.

Según declaraciones del jefe de la policía islámica, identificado como Marzuki, «estamos completando sus informes y pronto los pondremos a disposición del fiscal». Mientras tanto, los cuatro permanecen detenidos hasta ser juzgados por un tribunal religioso. Hay que recordar que la sharía o ley islámica, vigente en la provincia de Aceh, establece fuertes castigos para quienes mantengan relaciones homosexuales. El pasado año, dos jóvenes, que también fueron detenidos por una patrulla ciudadana, fueron condenados a recibir 83 latigazos en público, en una brutal ceremonia que congregó a una multitud llena de fanatismo.

Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país

La noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se ha abierto sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos hace pocos días, y que ha desencadenado una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía la semana pasada modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).

Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad está siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la presente legislatura, no parecen, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio, en las que 171 regiones votarán por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral con el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

 

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Fukuoka se convierte en la segunda gran ciudad de Japón con una ley de uniones de hecho para parejas del mismo sexo

Lunes, 9 de abril de 2018
Comentarios desactivados en Fukuoka se convierte en la segunda gran ciudad de Japón con una ley de uniones de hecho para parejas del mismo sexo

miho-yamashita-anri-ishizakiJapón se encuentra entre los países con mayor índice de desarrollo humano del mundo y, sin embargo, es aquel (entre dicho grupo) que cuenta con menos legislación en materia de protección y reconocimiento de derechos LGTB. De hecho, ante la falta de políticas nacionales japonesas en este sentido, son las administraciones locales las que están dando pequeños pasos. Por ejemplo, con la aprobación de leyes de uniones de hecho para parejas del mismo sexo. Estas uniones no solapan el objetivo del activismo de luchar por el matrimonio igualitario, pero son un primer paso ante la inexistencia de cualquier otro reconocimiento hasta su aprobación. Fukuoka se acaba de convertir en la segunda gran ciudad de Japón en aplicar una ley de uniones de hecho, después de que el año pasado lo hiciera Sapporo.  

Las parejas del mismo sexo de Fukuoka (una ciudad de un millón y medio de habitantes al norte de la isla japonesa de Kyushu) ya pueden registrar sus uniones de hecho ante la administración. Fue el pasado mes de febrero cuando se aprobó la nueva legislación local, pero el inició de su aplicación se estableció para el presente mes de abril. En septiembre de 2017 el alcalde de Fukuaka, Soichiro Takashima, se mostraba partidario de seguir los pasos Sapporo (la primera gran ciudad de Japón en aprobar una ley de uniones de hecho). “Consideraré la introducción de un marco de apoyo para las minorías sexuales que incluya las uniones de hecho, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad”, declaraba Takashima.

Aunque estas uniones no son equivalentes a la figura del matrimonio plenamente igualitario (que sigue siendo objeto de reivindicación por parte del activismo LGTB japonés) reconocen derechos relativos a la vivienda, la posibilidad de beneficiarse de los seguros de la pareja o permitir las visitas hospitalarias, entre otras cuestiones.

El alcalde Takashima entregó el primer certificado de uniones de hecho a la pareja de formada por Miho Yamashita, de 27 años, y Anri Ishizaki, de 33. Ishizaki, que es activista trans y LGTB en Fukuoka Rainbow Educational Networks, aseguraba a los medios de comunicación tras el enlace que “ya hemos pasado nuestras vidas juntas como familia, pero estamos contentas porque sentimos que recibimos felicitaciones de la sociedad”.

En el siguiente vídeo se recogen algunos momentos de la unión de hecho entre esta primera pareja LGTB:

Los primeros antecedentes en Japón

La ciudad de Iga (que ronda los 95.000 habitantes, en la prefactura de Mie) se convertía en diciembre de 2015 en el cuarto municipio japonés en abrir a las parejas del mismo sexo la posibilidad de unirse civilmente. Aunque en Japón, como decíamos, tampoco se ha aprobado todavía el matrimonio igualitario, varias ciudades han tomado la delantera, aprobando la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de uniones de hecho.

La primera administración japonesa que anunció la apertura de uniones civiles entre parejas de gais y lesbianas fue la de Shibuya (un distrito especial de Tokio). Por su parte, Setagaya (como Shibuya, otro de los 23 distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Tokio) secundaba poco después la iniciativa y se convertía en el segundo territorio japonés en ponerla en marcha.

Asimismo, en la ciudad de Takarazuka, en la prefectura de Hyogo, se iniciaba el pasado mes de junio la expedición de certificados de asociación a las parejas homosexuales. A diferencia de lo que ocurre en Shibuya, los registros de parejas de hecho en Takarazuka y Setagaya no exigen a las empresas privadas que reconozcan a las parejas homosexuales.

Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el Ministerio de Trabajo de Japón incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual.

Aunque ningún país asiático ha aprobado por el momento el matrimonio igualitario, la situación del colectivo es diametralmente opuesta en los distintos países del continente. Japón y Taiwán furon pioneros en experimentar avances locales en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo (aunque Taiwán está tomando la delantera, a pesar del escoyo de los grupos religiosos). Sin embargo, en algunos como MalasiaBrunéi o la India, , entre otros, las personas LGTB son víctimas de la homofobia de estado y la intransigencia social. Por el contrario, además de Taiwán y Japón, otros países como Vietnam van posicionándose en líneas más aperturistas e igualitarias (si bien no al ritmo que cabría desear).

Fuente Dosmanzanas

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La ciudad japonesa de Fukuoka, reconocerá legalmente las parejas homosexuales

Sábado, 17 de febrero de 2018
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soichiro-takashima-696x696El alcalde de Fukuoka, Soichiro Takashima

La ciudad de Fukuoka, una de las más grandes de Japón, permitirá que las parejas homosexuales registren su relación para ser reconocidos de forma legal.
Antes de Fukuoka los barrios de Shibuya y Setagaya en Tokio ya ofrecían el mismo tipo de reconocimiento.

Algo está pasando en Japón. Y es algo bueno. No es lo mejor del mundo, pero es bueno. Y es que si hace unos días te explicábamos que el Ministerio de Sanidad iba a prohibir a los hoteles que discriminaran a las parejas gais, ahora una de las ciudades más grandes del país se ha comprometido a registrar legalmente a las parejas homosexuales.

Fukuoka, con un millón y medio de habitantes, es una de las ciudades más grandes del país. Es la capital de la prefectura de Fukuoka, en la isla de Kyushu. Su alcalde, Soichiro Takashima, ya dijo en septiembre del año pasado que tenía intención de que la ciudad se abriera a la diversidad (algo no muy habitual en la sociedad japonesa): “Consideraré la introducción de un marco de apoyo a las minorías sexuales que incluya un sistema de registro de parejas, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad.

Y así lo ha hecho. A partir del 1 de abril todas las parejas homosexuales que tengan más de 20 años y no estén casadas podrán ir al Ayuntamiento a formalizar su relación mediante un juramento para que ésta quede registrada de forma legal. ¡Hasta les van a dar un certificado!

No está muy claro qué beneficios traerá a esas parejas el haber registrado su relación, pero el simple hecho de que se reconozca su existencia en un país tan tradicionalista como Japón es una pequeña victoria a celebrar. Eso sí, Fukuoka no es la primera ciudad japonesa en hacer algo parecido. En verano del año pasado la ciudad de Sapporo (la cuarta ciudad más grande del país, con unos 2 millones de habitantes) comenzó a emitir esos certificados que reconocen legalmente a parejas del mismo sexo que juran “formar parte de una minoría sexual, se reconocen el uno al otro como compañeros de vida y prometen cooperar entre si económica, física y mentalmente en su día a día“.

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Antes de eso el barrio de Shibuya en Tokio se convirtió en el primer lugar del país en reconocer legalmente a las parejas homosexuales. Y poco después se sumaron el barrio de Setagaya y las municipalidades de Takarazuka y Naha.

Varios municipios japoneses ya reconocen las parejas de hecho

La ciudad de Iga (que ronda los 95.000 habitantes, en la prefactura de Mie) se convertía en diciembre de 2015 en el cuarto municipio japonés en abrir a las parejas del mismo sexo la posibilidad de unirse civilmente. Aunque en Japón, como decíamos, tampoco se ha aprobado todavía el matrimonio igualitario, varias ciudades han tomado la delantera, aprobando la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de parejas de hecho.

La primera administración japonesa que anunció la apertura de uniones civiles entre parejas de gais y lesbianas fue la de Shibuya (un distrito especial de Tokio). Por su parte, Setagaya (como Shibuya, otro de los 23 distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Tokio) secundaba poco después la iniciativa y se convertía en el segundo territorio japonés en ponerla en marcha.

Asimismo, en la ciudad de Takarazuka, en la prefectura de Hyogo, se iniciaba el pasado mes de junio la expedición de certificados de asociación a las parejas homosexuales. A diferencia de lo que ocurre en Shibuya, los registros de parejas de hecho en Takarazuka y Setagaya no exigen a las empresas privadas que reconozcan a las parejas homosexuales.

Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el Ministerio de Trabajo de Japón incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual.

Aunque ningún país asiático ha aprobado por el momento el matrimonio igualitario, la situación del colectivo es diametralmente opuesta en los distintos países del continente. Japón y Taiwán están experimentando avances locales en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo. Sin embargo, en algunos como MalasiaBrunéi o la India, , entre otros, las personas LGTB son víctimas de la homofobia de estado y la intransigencia social. Por el contrario, además de Taiwán y Japón, otros países como Vietnam van posicionándose en líneas más aperturistas e igualitarias (si bien no al ritmo que cabría desear).

Fuente | Gay Star News, vía EstoyBailando

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La polémica sobre la campaña de Navidad de Starbucks no es la pareja de lesbianas, ¿sino que lleven las manos cogidas?

Jueves, 23 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en La polémica sobre la campaña de Navidad de Starbucks no es la pareja de lesbianas, ¿sino que lleven las manos cogidas?

630x800-noticias-vaso-de-navidad-de-starbuksVaso de Navidad de Starbuks – Foto: Uso permitido

Mientras unos celebran que la campaña de Navidad de Starbucks incluya una pareja de lesbianas, los más reaccionarios prefieren alertar de que la compañía promociona la “agenda gay” centrándose en las manos cogidas de dos personas que aparecen en el vaso, que no se puede identificar si pertenecen a la pareja de lesbianas o no. 

Como cada año, desde 1997, Starbucks presenta vasos decorados para celebrar la Navidad a través de una campaña que presenta el pasado 31 de octubre, y en la que se muestran diferentes modelos de familias, como un apareja heterosexual, un padre y su hija, una persona mayor chateando con su nieto y una pareja de lesbianas que parecen estar a punto de darse un beso cuando estallan unos fuegos artificiales. Mientras que muchos celebran el guiño lésbico, los más reaccionarios, como la periodista Venessa Wong, desatan la polémica al cuestionar las manos entrelazadas que aparecen en el vaso, alertando de que están consumiendo un producto que promociona la agenda gay a quienes no tienen claro si se trata de dos personas del mismo sexo.

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Campaña de Navidad 2017 de Starbuck – Foto: Uso permitido

«Mientras que las personas siguen las noticias del vaso navideño de Starbucks y las cuestiones LGBT son celebradas en el video, el cliente habitual de Starbucks probablemente no se de cuenta de que el vaso podría tener una agenda gay», escribe Wong en relación a unas manos de dos personas, que identifica del mismo sexo, que aparecen en el vaso. Manos que Starbucks no ha confirmado si pertenecen a personas del mismo sexo, ya sean masculinas o femeninas, limitándose a emitir una declaración al respecto: «Todos los años durante las vacaciones pretendemos brindar a nuestros clientes una experiencia que inspire el espíritu de la temporada, y continuaremos acogiendo y recibiendo clientes de todos los contextos y religiones en nuestros establecimiento de todo el mundo».

«El vaso de este año está intencionalmente diseñado para alentar a nuestros clientes a que agreguen su propio color e ilustraciones. Nos encanta la idea de que todos puedan hacer suya la copa de este año (…) ‘Give Good‘ puede ser tan pequeño como que alguien te abra la puerta o reconozca a las personas que enriquecen tu vida: el maestro de tu hijo, un cuidador, un amigo de la familia (…). Las fiestas son un momento para celebrar todo lo bueno que nos damos a los demás y a nuestra comunidad», declara Leann Fremar, director ejecutivo del equipo creativo de Starbucks, aludiendo al lema de la campaña: «Give good» que incita a dar cosas buenas. Sin entrar tampoco en aclaraciones, en la misma línea se manifiesta Leann Fremar,, responsable de las ilustraciones del vaso: «Me gusta la idea de las manos en el punto central, un símbolo de conexión, amor y alegría. Ya sea envolviendo regalos o decorando un árbol, escribiendo tarjetas o disfrutando de una taza de cacao».

Basta con fijarse en el estilismo de la pareja de lesbianas y en las mangas de las manos del vaso para darse cuenta de que no se trata de la misma pareja, a menos que la «fotografía» para el vaso no fuera tomada el mismo día del «rodaje» del spot, por lo que todo parece indicar que se trata de una nueva campaña contra Starbuks, una compañía que no ha dudado en apoyar en diferentes ocasiones a la comunidad LGBT, ya sea apoyando el matrimonio igualitario, lo que llevaba a diferentes organizaciones a pedir su boicot, incluyendo una familia de dos madres en su campaña del día de la madre de 2014, uniéndose a programas para acoger víctimas de la homofobia o patrocinando la celebración del orgullo en ciudades como Londres o San Francisco. Una política de inclusión por la que se han convertido en objetivo de radicales religiosos también en Malasia e Indonesia. Aunque la locura mayor resultó la del pastor evangélico estadounidense James David Manning, que en su odio contra los gays aseguró que el café de Starbucks se condimenta con “semen de sodomitas”. Así que James David Manning, uno de los pastores más relevantes de Nueva York, podría conocer el ingrediente secreto de los cafés de la cadena de cafeterías Starbucks. Y es que según el pastor, en la fórmula estarían incluido un elemento muy particular extraído de los testículos de la población homosexual. De locura, vamos…

Fuente Universogay

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Amnistía Internacional reclama el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia

Jueves, 2 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en Amnistía Internacional reclama el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Desde que se aplica la ley Sharia en la provincia de Aceh, habrían sido azotadas publicamente hasta 530 personas, por lo que Amnistía Internacional exige el fin de este «castigo degradante e inhumano», reclamando mayor presión por parte de la comunidad internacional para mejorar la situación del colectivo LGBT en Indonesia. 

«La flagelación pública y la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo son violaciones flagrantes de las leyes internacionales de derechos humanos», declara Usman Hamid, director de Amnistía Internacional en Indonesia. Situada en el norte de Indonesia, la provincia de Aceh aplica por primera vez la ley Sharia en 2011, castigando el juego, el adulterio, la venta de alcohol y la penalización de las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo, a pesar de que la homosexualidad no está penalizada en el país asiático. Desde octubre de 2015 se intensifican los castigos, ascendiendo ya a 530 las personas que han sido azotadas públicamente, por lo que Amnistía Internacional exige que se ponga fin al «castigo degradante e inhumano».

A principios de este años, una pareja era asaltada en la privacidad de su domicilio, siendo declarados culpables por un tribunal islámico de mantener relaciones homosexuales y condenados a recibir 85 bastonazos. «El azote de dos hombres homosexuales fue un espectáculo nauseabundo, llevado a cabo frente a más de 1000 espectadores que se burlaban de ellos en un acto de extrema crueldad», explica Hamid, aclarando que era la primera vez que personas homosexuales eran castigados de esta manera.

Dos semanas después de que el gobierno de Joko Widodo propusiera la eliminación del colectivo LGBT de los medios de comunicación, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, condenaba la persecución de homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia. «Proponemos que las autoridades indonesias, especialmente el presidente Widodo y los líderes de Aceh, deroguen la ley que impone estos castigos, que constituyen un trato cruel, inhumano y degradante, y pueden constituir tortura (…). La comunidad internacional debe presionar a Indonesia para que cree un entorno más seguro para la comunidad LGBTI antes de que la situación se deteriore aún más», reclama Hamid.

Predominantemente musulmana, la provincia de Aceh, ubicada en el extremo norte de la isla de Sumatra, tiene un gobierno parcialmnte autónomo. Los estatutos de la Sharia se aplican a todos los ciudadanos residentes, así como a los turistas que visitan la provincia. «Las actitudes intolerantes continuas, incluidas las mayores protestas conservadoras musulmanas del año pasado, han mostrado un mayor conservadurismo (…). La discriminación contra el colectivo LGBTIQ ha aumentado y esta situación se ha visto alimentada durante el año pasado por una serie de declaraciones imprudentes, incendiarias e imprecisas hechas por funcionarios públicos, aparentemente bajo el pretexto de ‘defender la moral pública’» asegura Hamid.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativosbloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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Disney presenta su primer personaje gay en la serie infantil “Andi Mack”

Martes, 31 de octubre de 2017
Comentarios desactivados en Disney presenta su primer personaje gay en la serie infantil “Andi Mack”

joshua_rush-234x300Si la visibilidad LGTB (positiva) en las grandes producciones de la industria cinematográfica internacional es todavía testimonial, hasta fechas muy recientes ha sido inexistente en el género de la ficción infantil. Andi Mack, una serie infantil que se emite en Disney Channel desde el pasado mes de abril, acaba de introducir el descubrimiento y la exploración de la orientación homosexual del personaje preadolescente de Cyrus Goodman (interpretado por Joshua Rush, uno de los protagonistas de esta temporada). No es el primer personaje abiertamente LGTB con el sello de Disney, pero sí es pionero al presentarlo en una serie televisiva cuya audiencia mayoritaria son menores de entre 9 y 16 años, además de serlo en el tratamiento que ofrece de la propia orientación sexual en jóvenes.

Ya recogíamos el pasado mes de marzo los tímidos pasos de Disney en el camino de la visibilidad, haciendo referencia al primer beso entre dos chicos en la serie de animación infantil Star contra las fuerzas del mal. Concretamente, este momento se emitió el 23 de febrero en el canal estadounidense Disney XD y titulado Just Friends. Posteriormente, se dio a conocer que, en el remake de La Bella y la Bestia, el personaje de LeFou en realidad está enamorado del villano Gastón. Este hecho levantó las alarmas en Rusia y provocó que la película fuera censurada en Malasia, con la decisión de la multinacional de no proyectarla en los cines de este país si no se aceptaba la versión original íntegra.

Con estos antecedentes, todos ellos de este mismo año, la nueva propuesta inclusiva de Disney es la introducción de un personaje abiertamente gay en Andi Mack. En cualquier caso, se trata de la primera representación de un personaje homosexual en una serie infantil emitida en una cadena de televisión líder de audiencia en niños y preadolescentes. Al respecto, a través de un comunicado, Disney Channel ha explicado que “todos los que participan en el show se preocupan mucho por garantizar que sea apropiado para todos los públicos y por enviar un mensaje poderoso sobre la inclusión y el respeto por la humanidad”.

Andi Mack aborda las vivencias de un grupo de adolescentes que comienzan a autodescubrirse y a entender quiénes son. En este contexto, Cyrus Goodman, uno de los protagonistas de la serie, empieza su proceso de salida del armario. El personaje está interpretado por Joshua Rush, que es un actor de 15 años que ha trabajado en películas, series, dando voz a dibujos animados y como actor invitado en series de televisión como Heroes, CSI: NY, Mentes criminales, House o Medium, entre otras.

El actor ha dicho a través de su cuenta de Instagram que “las conversaciones sobre la confianza, el amor, las relaciones y la dinámica familiar son más fáciles cuando tienes una serie con la que te puedes identificar. ‘Andi Mack’ les brinda a los jóvenes y a sus padres, mentores y campeones una forma significativa de hablar sobre estos temas y el poder de decidir sobre su futuro. Estoy muy orgulloso de dar vida a la historia innovadora de Cyrus y de que veas en lo que hemos estado trabajando”. En otro post publicado esta semana, Rush también ha usado su papel de Cyrus en la serie para denunciar el acoso escolar LGTBfóbico.

La actriz Lilan Bowden, por su parte, también ha utilizado Instagram para expresar que se siente “orgullosa” de formar parte de la serie porque promueve “mensajes correctos de inclusión y empatía”.

Fuente Dosmanzanas

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El gobierno de Indonesia se propone eliminar al colectivo LGBT de los medios de comunicación

Miércoles, 4 de octubre de 2017
Comentarios desactivados en El gobierno de Indonesia se propone eliminar al colectivo LGBT de los medios de comunicación

780x580-noticias-indonesiaNingún personaje LGBT en un anuncio, película documental o serie de televisión, ningún actor en actitud femenina o incluso ninguna mención a los derechos de las personas homosexuales, bisexuales o transexuales en ningún medio de comunicación son las medidas que el gobierno de Indonesia propone en su Ley de Radiodifusión.

La Cámara de Representantes de Indonesia está lista para aprobar una Ley de Radiodifusión que tiene como principal objetivo el de impedir la emisión de cualquier programa que tenga algún personaje homosexual, bisexual o transexual. De esta manera, todos los programas de televisión serán objeto de revisión por una oficina de censura, incluyendo anuncios publicitarios y películas documentales. Además, esta lee prevé evitar que los medios de comunicación informen o difundan cualquier tema relacionado sobre los derechos del colectivo LGBT. También se prohíbe a los actores comportarse de manera femenina, ni mucho menos vestirse con ropas de mujer en cualqueir formato televisivo. Funcionarios del gobierno también han solicitado que se prohíban los emojis LGBT, así como aplicaciones de citas especializadas en personas del mismo sexo como Grindr.

«No podemos permitir el comportamiento LGBT en la televisión. Va contra nuestra cultura (…).Tenemos que prohibirlo antes de que se convierta en un estilo de vida. Es peligroso y puede arruinar la moralidad de la generación más joven», asegura Supiadin Aries Saputra, miembro del Partido NasDem. «Estoy seguro de que todavía hay formas más creativas de entretener a la gente» que con personajes LGBT, añade Hanafi Rais, representante del Mandato Nacional. Por otro lado, Tunggal Pawestri, una activista a favor de los derechos de las personas LGBT ha señaldo que la televisión sólo incluye representaciones del colectivo LGBT para hacer bromas, chistes o como fuente de escarnio, aunque también lamenta que esta ley mermará al representación del colectivo hasta para señalar situaciones de discriminación y precariedad.

La homosexualidad no es ilegal en la mayor parte Indonesia, salvo en la provincia semiautónoma de Aceh, donde se aplica la ley sharia desde 2011, castigando las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta 100 latigazos, como sucedió con una pareja en el mes de mayo, condenados a 85 bastonazos. Ante la estupefacción de la comunidad internacional ante tales medidas, el gobierno había anunciado su intención de poner fin a esta medida. Sin embargo, la única rectificación es que se haga de manera pública, realizándose ahora a puerta cerrada y sin medios de comunicación presentes, ante el miedo de que tales castigos ahuyenten a posibles inversores.

Inversores que, en cualquier caso, pueden ser perfectamente testigos de la creciente homofobia del país asiático en el que a principios de septiembre se arrestaba a una docena de mujeres por ser lesbianas, en mayo la policía hacía una redada en una sauna arrestando a 141 personas, o donde la comunidad religiosa llamaba al boicot contra Starbucks por su apoyo público al colectivo LGBT. En febrero de este año, el Parlamento Europeo ya condenaba la discriminación de personas LGBT en Indonesia.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativosbloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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Un juez autoriza la aplicación de las terapias de conversión a personas homosexuales en Brasil

Viernes, 22 de septiembre de 2017
Comentarios desactivados en Un juez autoriza la aplicación de las terapias de conversión a personas homosexuales en Brasil

noticias_file_foto_761066_1396626239Una sentencia del juez Waldemar Claudio de Carvalho autoriza la aplicación de las denominadas terapias de conversión a personas homosexuales en Brasil, siempre que se haga de forma privada y reservada, no autorizando su publicidad. 

La Organización Mundial de la Salud excluye en 1990 la homosexualidad de la Clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de salud, considerando muchas organizaciones de profesionales sanitarios, como la Asociación Psicológica Norteamericana o la Organización Mundial de Psiquiatría, que las terapias de conversión, también denominadas terapias de reparación o de reorientación sexual, no son un procedimiento ético para aplicar a personas homosexuales dado que no han producido resultados clínicos satisfactorios. Sin embargo, el viernes, 15 de septiembre, un juez de Brasilia, Waldemar Claudio de Carvalho, desafía a estas organizaciones al autorizar a los psicólogos a aplicar las terapias de conversión a personas homosexuales en Brasil.

Con esta sentencia, Carvalho les da la razón a un grupo de psicólogos que, alegando el principio de libertad científica, defienden las terapias de conversión, prohibidas expresamente por el Consejo Federal de Psicología de Brasil (CFP por sus en portugués: Conselho Federal de Psicologia) a través de la resolución 01/99, contra el que va dirigido expresamente el auto al dictaminar que no se impida a los psicólogos «promover estudios o atención profesional, de forma reservada, en relación a la (re)orientación sexual, garantizándoles así, la plena libertad científica sobre la materia, sin cualquier censura o necesidad de licencia previa», especificando que se realicen siempre de forma privada y sin autorizar que se haga publicidad sobre su aplicación.

«La decisión dictada el 15 de septiembre abre la peligrosa posibilidad del uso de terapias de reversión sexual; la acción fue impulsada por un grupo de psicólogos defensores de esta práctica, que representa una violación de los Derechos Humanos y no tiene ninguna base científica», responden desde el Consejo Federal de Psicología, que no sólo han criticado la decisión cautelar, sino que han anunciado su intención de interponer un recurso. Asimismo han defendido que la prohibición de estas prácticas ha contribuido a la «lucha contra los prejuicios» y la protección de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en una sociedad como la brasileña que «presenta altos índices de violencia y muertes por LGTBfobia».

Países como Uganda o Malasia favorecen un programas para rehabilitar a los miembros de la comunidad LGBT, mientras que en España, a pesar de que el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos condenaba en febrero de este año estas terapias, a Comunidad de Madrid todavía no ha ofrecido ninguna resolución sobre la investigación de la página electrónica de Elena Lorenzo en la que ofrecía técnicas «para dejar atrás la homosexualidad»En Europa, sólo Malta ha prohibido legalmente las terapias de conversión.

“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas

La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de este año tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.

En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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Arrestan a un grupo de doce mujeres por ser lesbianas en una redada en Indonesia

Sábado, 9 de septiembre de 2017
Comentarios desactivados en Arrestan a un grupo de doce mujeres por ser lesbianas en una redada en Indonesia

780x580-noticias-indonesiaLa policía de Indonesia arresta a una docena de mujeres sospechosas de ser seis parejas de lesbianas, después de que sus vecinos las denunciaran por realizar «actividades inmorales» en un domicilio de Cigombong.

Lamentablemente, la homofobia no da tregua. En Indonesia, uno de los países más poblados del mundo, la policía detuvo a principios del mes de septiembre a doce mujeres tras ser acusadas por jóvenes islámicos y líderes religiosos del terrible crimen de ser lesbianas, expulsándolas de su aldea.

La policía de Indonesia arresta por ser lesbianas a doce mujeres que se encontraban en un domicilio de la ciudad de Cigombong, en la región de Bogor, la noche del sábado, 2 de septiembre, tras ser denunciadas por sus propios vecinos al realizar a menudo «actividades inmorales». En la redada no sólo participan las fuerzas policiales, sino que también intervienen residentes de la zona y líderes locales.

Seis de las detenidas trabajan en una fábrica local de prendas de vestir, quienes despiertan las sospechas de sus vecinos al tener el pelo corto, «como los hombres», lo que les lleva a interpretar que se trata de seis parejas en las que la mitad asume el rol masculino, mientras que la otra mitad asumen el femenino. «Todas son mujeres. Pero algunas hacen el papel de hombres y otras el de mujeres en la relación», declara Sumantrai, jefe de la Agencia de de orden Público de Cigombong, asegurando que «les hemos dado la oportunidad de ‘adaptarse a las normas’ y han dicho que se iban a mudar». Algunas de las detenidas están empadronadas en las ciudades de Garut y Tangerang, por lo que han acordado que se van a mudar de Cigombong. Al parecer, no es la primera vez que son desalojadas de esta manera. Anteriormente habían residido en la aldea de Kutajaya, recibiendo un tratamiento similar.

La organización Human Rights Watch ya se ha hecho eco de estas detenciones, y le ha preguntado al gobierno indonesio por las mismas. Para esta organización, lo más preocupante de la detención es que la policía y el gobierno hayan atacado el derecho a la privacidad y los derechos civiles más elementales de estas mujeres para acallar las protestas de unos cuantos vecinos.

Las detenciones se producen en el marco de una espiral homófoba que está sufriendo Indonesia, un país en el que la homosexualidad no está perseguida en la mayor parte de sus provincias, aunque la persecución contra los gays aumenta año a año, tanto a nivel gubernamental como a nivel social.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, bloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBT y la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente CBS News, vía AmbienteG/Universogay/Cristianos Gays

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