Señor sabes que a veces todo se me tambalea, mis pies creo que caen, en estos días donde veo que todos preparan fiesta celebraciones, comida, en mi mente salta el recuerdo de hace dos años, que en estas fechas se marcaron, me esfuerzo porque esto salga pronto, sin embargo me doy cuenta que no del todo se va, te ruego aumenta mi fe, que mi corazón se fortalezca de tu presencia amorosa de tu amor materno, hago silencio.

Tu eres mi roca mi baluarte mi seguridad que me sostiene, que me da la mano me saca del fondo del pozo. Hoy me toca ir de nuevo por mis estudios de carga y cd4 y como cada seis meses tengo miedo, pero a la vez confío que tu me sostienes, me das vida, me abandono totalmente en Ti.

“Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.”

Yo te alabo por todo lo que haces por mi, te amo con toda mi alma, pongo mi vida ante Ti. Amén

Se aproxima las fiestas de Navidad, me acerco a ellas, Señor, deseando de corazón no quedarme en el ruido externo, en el ruido de estas celebraciones, en mis nostalgias, miedos, recuerdos… hago silencio entrando en tu presencia amorosa.

Señor eres liberador que trae justicia paz, sosiego, tranquilidad a mi vida, creo en Ti, no me condenas, no me juzgas, me acoges con brazos de padre – madre, traes a mi vida luz esperanza, pese a estos momentos que estoy así como sin saber a donde voy ni que hacer ni como hacerlo, te ruego Señor, que llenes mi corazón de esperanza, de justicia, que Jesús nazca en mi corazón que me trasforme y vea un mundo más justo, más libre de las opresiones de los estigmas. Este es mi Salvador, mi liberador, dame entrañas de misericordia. Así sea.

En este nuevo día delante de Ti, Señor, en silencio poniendo a tus pies todo aquello que me hace mal, físicamente y espiritualmente.

No se si es el frio, o los días con menos sol, los recuerdos de estas épocas, las que me tienen así, triste melancólico, desganado y con poco interés de celebrar una navidad comercial, hueca, sin sentido, todo es regalos, comida, convivio, no sé, si yo estoy mal, o no le veo interés… qué momentos tan difíciles estoy atravesando.

En medio de todo esto está la esperanza, de que Tú, Jesús, has venido a esta tierra a dar consuelo a los tristes, de luchar por la injusticia, de traer paz, esto e consuelo, pequeño niño Jesús ven a dar consuelo a este corazón cansado y fatigado, a este pobre ser humano, que quiere hacer tanto y que puedo tan poco, sabes me preocupa mi salud, he estado con mi tensión alta, dejo mi salud en tus manos, mis preocupaciones, temores y angustias, concede la gracia de llevar la buena nueva a los pobres a los tristes, a los que no tienen nada, que mi negros nubarrones se conviertan en luz, que llegue a los más necesitados. Amén

Señor un día más contigo delante de Ti, de tu presencia amorosa, me uno junto con mis hermanos de esta comunidad, orando por cada uno de nosotros, sus necesidades da a cada uno de nosotros lo que necesitamos, en silencio delante de Ti.

Hoy comienza la novena de Navidad, en mi país les llamamos posadas, no es otra cosa más que profundizar en la venida de nuestro hermano Jesús, muy en especial pido para que me encuentres más consciente, más abierto a las necesidades de mis hermanos, con un corazón generoso en darse y entregarse sin medida, retira de mi el egoísmo y todo resentimiento. A mi Patria dale consuelo y bienestar ante tanta inestabilidad económica, política y de inseguridad, Jesús renace en cada corazón. Amén

Señor delante de tu presencia en silencio…
Clamo justicia¡ Mi pueblo Mexicano esta siendo olvidado vejado por sus autoridades, civiles y religiosas, nadie levanta la mano para decir un no, a las leyes que los senadores y diputados están aprobado, todas ellas son para que el pueblo lleve las de perder, no se tenga libertad, no se haga justicia, se viva en pobreza extrema, los derechos de los trabajadores se vean violentados, no tengamos acceso a la salud ni a la vivienda, que cada día crezca más la brecha de los muy ricos y los extremadamente pobres.

En estas fechas donde los belenes aparecen en cada casa o plazas publicas, donde se prepara la cena, los regalos, las fiestas para celebrar el nacimiento de tu hijo Jesús, no todos estamos igual de contentos ni de acuerdo… por lo que no hay que celebrar con cosas internas, al contario en el corazón y con los pobres y olvidados y marginados, estigmatizados y rechazados es como celebramos esta Navidad. ¡ Ven Señor no tardes¡ que haya justicia y paz dentro del mundo. Amén

Señor un día delante de Ti, en este camino de preparación en el adviento, pidiendo que me indiques el rumbo no se a donde ir ni como comenzar, hago silencio te escucho.

Sabes que en este momento me siento cansado agobiado perdido, no es tanto por el mucho que hacer, sino más bien por la vida que me parece monótona, sin sentido, como que he perdido el rumbo, me dices: ” Ven a mi ahora que estas cansado y agobiado, porque mi yugo es ligero y mi carga ligera”. Me conoces sabes lo que me pasa, en pocos días se cumplirán dos años que mi madre partió, ya no esta, siento su vacío, esta también lo de mi enfermedad, la situación laboral, la crisis económica de inseguridad que vivimos, todo esto me pesa, me cansa, Jesús te ruego que mi corazón se aligere, que el tiempo lo tome con tranquilidad, que cada día que pasa, aun en soledad, este siempre atento a Ti, a encontrarte a buscar lo que quieres de mi, lo que me dices en cada persona que encuentro, por favor no me dejes, aligera mis cargas, haz más suave mi estar, quiero y deseo seguirte, no me dejes claudicar, pongo todo esto en tu presencia ¡sálvame porque me hundo¡ Amén.

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: “Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado,” cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac.

Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la mas tierna, la mas compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.

Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias… Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesús, hermano nuestro. Amén

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, Gobernantes y diferentes Sociales para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Sean honestos en gobernar nuestros pueblos que en todos haya justicia y bien común.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Señor en silencio delante de Ti.

“Señora y niña mía, la más pequeña de mis hijas, mi dulce Madre de Guadalupe” en este día que te celebramos pongo delante de ti en sus pies a mi patria México, a todos los que sufren, a los olvidados y marginados tus preferidos los pequeños, Dulce madre cuida de mi ciudad y de mi Patria, Tu que eres patrona de América Latina ruega a tu hijo por cada uno de los que habitamos estas tierras, que tenga piedad y misericordia de nuestros países que pasan hambre, sufren corrupción y emigran por buscar nuevos y mejores horizontes. tu dijiste: ” ¿Hijo que cosa te preocupa o afloje, que no estoy yo aquí que soy tu madre?
Señora de Guadalupe Madre mía, bendíceme y llévame a tu hijo Jesús. Amén.

Señor en un día más en espera de tu llegada, en este camino de adviento, que e lleva a la encarnación de Jesús, en la manifestación hecha Palabra, en silencio delante de Ti.

Se que me amas, que haces cosas grandes por mi, que te manifiestas en cada cosa, que no esté tullido, para caminar a tu encuentro.

La expresión conmovida y conmovedora de la multitud en el evangelio de hoy hace eco maravilloso de lo anunciado por el profeta. “Hoy hemos visto cosas extraordinarias” . La salud del paralítico engendra este grito de admiración. El paralítico sanado es “gloria” de Dios, y el lugar donde esa sanación ha sucedido, esto es, la palabra y el corazón de Jesús , son la fuente reveladora de esa gloria.

Maestro y amigo Jesús, que siempre tenga el animo las ganas y el gozo y alegría de seguir adelante. Así sea.

Señor de nuevo junto a Ti, en silencio, dame paz, concédeme que poco a poco logre ir cambiando, modificando mi interior, me pongo en tus manos, son el barro, Tu el alfarero, hazme de nuevo, rompe lo que tengas que romper, moldea, trasforma.

Jesús, Hermano amigo, quiero que mi corazón este tranquilo, que todo mi ser se deje sorprender por la novedad de tu Evangelio, tantas veces escuchado, leído, que sea este como la primera vez que lo lea o escuche para que en el vea el anuncio del Reino, las trasformación total en el anuncio de Ti, en mi vida me he encontrado con muchas personas que han preparado el camino para seguirte, les reconozco y agradezco, te ruego me concedas humildad y tu Santo Espíritu, para una vez comprendido el Evangelio como de primera vez, salga con alegría a trasmitirlo a los más cercanos.

Jesús, me pongo en tus manos para que sea un instrumento, humanamente yo no puedo y tengo fallas, con la convicción de que solo Dios basta, sigo adelante. Amen.

Señor delante de Ti, me inundas me circundas, estás conmigo, yo Contigo, en silencio delante de tu Presencia.

Hoy me dices: Un evangelizador, pues, no es simplemente un trabajador, ni siquiera un “buen” trabajador. Es alguien que porta la luz suficiente para descubrir y hacer presente la llegada del Reino. Mira con una hondura impresionante qué está maduro y lo recoge para los graneros de su Señor. En este sentido un evangelizador no malgasta energías tratando de convencer a base de palabras y contiendas; más bien, huyendo “de las discusiones estériles” , busca lo que está maduro para Dios. En el caso del evangelio, las ovejas de la casa de Israel; en otros casos, según va mostrando el Espíritu Santo.

Te ruego Jesús, para que mi corazón arda por mis hermanos, que no me canse jamás, ni caiga en desánimo en el servicio que me has encomendado. Amén.

Señor en este día delante de tu presencia amorosa , hago silencio, me grabo en mi mente y corazón “Para Dios no hay nada imposible”.

Dios, pues, ha querido que la sencillez del alma de María fuera connatural al alma de los sencillos. De ellos podemos y debemos aprender el cariño espontáneo, sincero y fiel a la Madre de Dios. Un amor sin fisuras que entiende sin complicaciones que los bienes de ella de algún modo pertenecen a todos los que la amamos y a todos lo que Ella ama.

Señor, concede la gracia de la humildad de la sencillez, del si incondicional de María la Madre, que me acoge y lleva a Jesús. Amén

Señor en este nuevo día entro en contacto contigo hago silencio.

“Dijo Jesús a sus discípulos: “No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.”

Jesús me hablas también de firmeza, con la conocida imagen de las dos casas, una sobre roca y otra sobre arena. La casa sobre la roca corresponde a aquel que ha puesto en práctica la palabra: un hecho que cabe destacar, porque la solidez no proviene aquí de un sentimiento o de una valoración subjetiva sino de la experiencia que al parecer dan solamente las obras. Conozco la verdad de la palabra cuando me vienen la pruebas.

¿Qué amenaza a estas casas? Vientos y crecidas. Mi rostro particular o mi nombre propio será diferente en mi vida , pero lo que debe quedarme claro es que mi existencia como cristiano recibirá amenazas. No existe algo así como una “pacífica posesión” de la vida de la gracia. Ser de Dios y soportar torrentes y tempestades es una misma cosa en esta tierra. Concédeme la gracia de permanecer firme en tu Palabra. que no solo sea de dientes para afuera, que mi corazón este lleno de amor de misericordia y de confianza en Ti. Así sea.

De nuevo en tu prsencia Señor, con la alegría de este tiempo de preparación para celebrar un año más tu venida a la tierra, todo es alegría en preparar la Palabra hecha carne.

Señor me preparas una comida suculenta, Tú alegras mi vida, en ti hay alegría, paz, vida, no hay temor estando junto a Ti, estar saciado de tu amor. Dame un corazón abierto para dar y recibir, concédeme la gracia de vivir una Santa Navidad. Amén