De buena mañana, en la sala capitular el lector ha proclamado al Evangelista Marcos 8, 11-13.
Los fariseos y personas sabias e influyentes con poder le pedían pruebas a Jesús. ¡Con que autoridad hacía y decía de las Escrituras! El profeta de Nazaret, se queda mirándolos en silencio se da la vuelta y se va a la otra orilla. ( la de los pobres, los marginados sociales los gays como yo, los mal vistos, los que van mal vestidos y huelen mal, los que no son queridos...)
No se han enterado, ni quieren enterarse de los signos que ha hecho con la gente sencilla, los que no lucen Doctorados ni cátedras. Piden algo que los beneficie a ellos, que les recompense de su "fe" y sus cargos, que entienden que han conseguido con su esfuerzo y estudio.
Aparecen con ciegos que se niegan a mirar a los pobres, a los quedigos de las puertas de sus iglesias y las esquinas.... No entienden que Jesús refleja la bondad gratuita y abierta de Dios que empieza por los últimos.
Siempre hay un último en nuestras relaciones esperando ser reconocido. Los que no quieren mirar así obligan al grupito de Jesús y sus amigo a marchar a la ora orilla, la de los extranjeros descartados.
Los cristianos gays si queremos ver sus signos hemos de ir con Él allí, a la otra orilla.
fray Bernardo Yoel. Valencia. España.
- En mi oración, pido al Señor que no se marche de nuestros pequeños grupitos, de nuestro corazón... Llévanos a tu orilla-
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