Como nos dice el salmista, un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Ante eso, nuestro Dios se desborda de Gracia y Misericordia. La actitud y oración del publicano tocan el corazón de Dios. Esta ha de ser nuestra actitud ante Dios y ante los demás, pues el que se humilla será enaltecido, y esa bebe ser nuestra oración, abandonarnos confiados a Dios, mostrándole sin miedo, nuestra forma de ser y pensar: ¡oh Dios! tan compasión de mi.
YOEL
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. Nunca dejes morir la esperanza.
. Tiene que pasar mucho tiempo para que olvidemos Sí por el No.
. No temas al desierto que tambien consuela con su silencio.
josepmaría.