El Novicio continuamente elogiaba a su confesor. El Abad sonreía y dijo un día al Novicio:
- Los hombres tenemos tendencia a valorar las apariencias, pero lo importante es el interior de la personas.
Hizo una pausa y dijo:
- En el siglo XV vivió el monje más famoso de todo el Japón, Ikkyu, que era hijo ilegítimo del emperador. Cuando el príncipe de la provincia en que vivía decidió dar una gran fiesta le invitó, reservándole un honroso lugar a su lado. El día de la fiesta el príncipe apareció humildemente vestido, casi parecía un mendigo, con lo cual el príncipe montó en cólera y lo expulsó. Luego Ikkyu regresó ataviado con buenas vestimentas y, una vez en el palacio, se las fue quitando lentamente y las dejó en una silla.
- ¿ Que estás haciendo? - Pregunto el príncipe.
- Te había entendido mal, pensaba que me habías invitado a mí, pero invitaste a mi vestimenta, así que aquí la dejo -respondió el monje.
Miró sonriendo a los ojos del novicio y concluyó:
- Si miramos las apariencias, corremos el riesgo de perder a la persona.
YOEL. Valencia.España
---------------------perlas escuchadas por la abadía--------------------
. Las ordenes religiosas, sólo admiten al noviciado a los "buenos" los "decentes" los "selectos". Los otros, los que buscan aprender a perfeccionarse, se excluyen.
. El camino de la Pascua, no está para contemplarlo y estudiarlo, sino para andarlo junto a los otros.
. En la Iglesia, las mujeres son invisibles.
josepmaría