Aquella mujer sufría por su pasado. Siempre se lamentaba de lo que había hecho y de lo que había dejado de hacer. De sus errores y fracasos, pero también de que lo bueno había pasado ya.
El Abad la hizo sentar, le sirvió un café con leche con galletas y le dijo:
- Hija mía has de asumir tu pasado, lo bueno y lo malo. Los triunfos te han hecho vivir y crecer. Los fracasos te han de servir de experiencia..Mirar hacia atrás ha de ayudarte a ser prudente, pero ha seguir caminando hacia adelante.
La miró con ternura y añadió:
- Has de reconciliarte con tu pasado. Los remordimientos sólo sirven para paralizarnos. Has de cerrar las heridas. Y eso sólo se consigue perdonando y, sobretodo, perdonándote...
- Sólo aceptándote con tus virtudes y tus defectos; sólo asumiendo tus fracasos y tus éxitos, podrás seguir viviendo feliz y creciendo cada día...
YOEL
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Los monjes comentan y vosotros que?
.La virtud no tiene necesidad más que de nuestro querer.
. No hay virtud más fuerte que no despreciar a nadie.
. Di lo que conviene y cuando conviene.
. Se libre cuando hables. Quiero ser Yo.