El Abad Ferran paso dos días encerrado en sU celda con aquel visitante.
Cuando lo hubo despedido tras darle algunas cosas para el camino, se sentó junto al naranjo y dijo al grupo de monjes.
- Para estar en paz con nosotros mismos, nos hemos de reconciliar con nuestro pasado. Nos guste o no, todos llevamos encima el peso de nuestro pasado.
No escogimos a nuestros padres. Y muchas de las situaciones que hemos vivido o querríamos que hubieran ocurrido ni por asomo.
Pero hemos de aceptar nuestro pasado si queremos marchar en paz hacia nuestro futuro.
. Tras un momento de silencia, un monje preguntó:
. Y que habéis hecho dos días encerrados en la celda?
- Sonrió con placidez el Abad y dijo: Intentando realizar lo que para la joven mística alemana Hidegarda de Bingen es la tarea más importante del ser humano: TRANSFORMAR LAS HERIDAS EN PERLAS.
Y saboreo lentamente una vaso de leche frasca de cabra...
YOEL