Un anciano cura, que acababa de jubilarse, más pobre que una rata, bastante pachucho de salud, hacía esta oración delante del sagrario.
- “Señor del universo. Sabes que siempre te he servido con fidelidad y con desinterés. Ahora me encuentro sólo, lleno de achaques, sin recursos y sin ningún tipo de asistencia. Te lo ruego, haz que me toque la lotería y así resolveré todos mis problemas.“
No recibió ninguna respuesta. Siguió insistiendo día tras día.
- “Pero Señor, ¿ qué te cuesta? Tu lo puedes todo, y yo me encuentro en unas condiciones muy lastimosas....“
Todo fue en vano, la lotería no le tocaba al pobre cura. El buen hombre ya cansado, protesto enérgicamente.
- “Me pregunto, qué valen ante ti tantos años empleados en tu causa, si no me concedes ni siquiera una pequeña recompensa. Perdona Señor, pero así no se hacen las cosas... No es muy amable por tu parte. No creo haber merecido que se me trate de este modo.”
En ese momento se escucho una voz, entre irónica y molesta:
- "Siervo fiel y gruñón. Yo ya quiero escuchar tu deseo y hacer que te toque la lotería, ya que tanto lo deseas. Pero...hijo ¡ compra al menos un décimo!”
Moraleja: Si nosotros no ponemos de nuestra parte, ¿cómo va a escucharnos el Señor?
En España. tiempo de reclusión en casa por causa de la pandemia del covid 16. También tiempo de petición y del milagro de la SOLIDARIDAD.
YOEL