En ocasiones ocurre que los resultados de nuestra lucha y nuestras peticiones al Padre no son los que esperamos. Y no terminamos de entender los porqués.
No terminamos de encajar que nuestra petición no haya sido escuchada, cuando la hemos hecho con la mejor de intención y la esperanza. Creemos que Dios no nos escucha, no no hace caso.
Casi siempre pasamos factura. Amamos para que nos amen, rezamos para que Dios esté a nuestro servicio y nos haga caso. En estos días de pandemia, damos para que nos den...Ese no era el estilo del Profeta de Nazaret, que era gratuito lo que hacía no posaba la bandeja luego de predicar.
Ser gratuitos quiere decir amar por que el otro merece ser amado. Dar porque es de justicia para el otro...
YOEL. España