El Abad tenía un viejo despertador. En realidad siempre se despertaba antes de que sonara. Pero un día se paró. En novicio "manitas" se lo pidió para intentar arreglarlo..
Cuando lo tenía desmontado, no logró volver a montarlo. Un poco triste devolvió el despertador desmontado dentro de una caja al Abad.
Este miró la caja y le dijo:
-La suma de las partes, no siempre es el todo.
El novicio miró con extrañeza al superior, que prosiguió:
En esta caja están todas las piezas del reloj, sin embargo esto no es un reloj.
Hizo una pausa y añadió:
-Lo mismo pasa con el hombre. Si no hay algo que una todas nuestras partes, no somos hombres. Somo biología, tenemos un cuerpo formado por materia. Somos psique, emociones, sentimientos...Somos inteligencia, razonamos, pensamos....Pero si descuidamos la dimensión espiritual dejamos de ser hombres.
Las piezas las coloca un ser superior, al que llamamos DIOS y ese ser superior no se equivoca. Durante miles de años los hombres y las religiones han dogmatizado sobre como tenemos que ser, lo que debemos sentir y amar.
Nuestro reloj es perfecto para AMAR.
YOEL