No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino dar plenitud
Mt 5, 17-37
La fe, cuando se encuentra sana, purifica;
tal es la diferencia entre la verdadera fe
y la contemplación de sí mismo.
Cuando se exhorta a los hombres a la renovación de la vida,
el verdadero amor que debe ser puesto por delante
es Jesucristo: él es el mismo ayer, hoy y siempre.
John Henry Newman, 1801-1890
Feliz domingo