Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres
Mt 4, 12-23
Alabanzas y cánticos anticipan cada día
las campanas al vuelo que despiertan al sol.
Abren la mirada secreta de la fe
y beben la insoldable luz invisible.
Cuando los salmos me sorprenden con su música.
el Espíritu canta, se desprende el fondo de mi alma;
nuevos ojos se despiertan.
Envío al mundo el nombre alado del Amor
y los cánticos crecen en torno a mi como una jungla.
Los coros de todas las criaturas interpretan las melodías
que tu Espíritu entonaban en el Edén.
Las cebras, los antílopes y las aves del paraíso
brillan en la boca del abismo.
Y yo me siento ebrio con el inmerso desierto
del sexto día de la Creación.
Thomas Merton, 1915-1968
Feliz domingo