Porque para él todos están vivos
Lc 20, 27-38
En muchas ocasiones Dios, para el creyente, para el cristiano es un valor confesado, de buena voluntad, pero no es un valor vivido. De aquí la falta de admiración, de alegría, de enamoramiento, de pasión, de seducción, de amor, de renuncia, en nuestra vida cristiana.
Feliz domingo