El Profeta de Nazaret nos sigue diciendo, que el dinero no es un valor para el Reino. Es más,el dinero impide entrar en el Reino.
Nuestra sociedad es la de la diferencias.
Los del norte somo opulones y vivimos a costa de los del sur y del cuarto mundo.
Muchos predicadores, satisfechos con la imagen de un Dios que "premia" a los buenos y castiga a los "malos", como el dios que profesaban los fariseos de entonces y los de ahora.
La parábola del rico y del pobre Lázaro, no es una invitación a resignarse con aceptar cada cual su situación, sino rebelarnos contra la injusticia.
YOEL