Nos encontramos hombres y mujeres muy activos en las iglesias, que impiden a los seguidores del Profeta de Nazaret, tener a Jesús por maestro. No permitamos que nos aten las normas, obligaciones, leyes y condenas de los mandamases de "palacio".
De nada sirven las leyes que promulgan y que dejan abandonada tras el muro aparte de la comunidad.
YOEL