Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos;…
Lc 14, 1-14
Desde su propia experiencia, el testigo cree que Dios está en el fondo de cada vida y sigue comunicándose con cada persona por caminos que no pasan necesariamente por la fe religiosa ni por la Iglesia. Por eso vive atento a esa acción del Espíritu que se le regala a cada persona juntamente con la vida. No hay nadie abandonado por Dios, nadie que viva privado de su bendición. El testigo vive con esta convicción: todos vivimos, nos movemos y existimos en Dios; todos lo buscamos y encontramos a tientas, aunque no se encuentra lejos de cada uno de nosotros (Hch 17, 27-28)
Feliz domingo