¡Señor mío y Dios mío!
Jn 20, 24-29
El evangelio del día de ayer nos invitó a reconocer que los fuertes vientos que sacuden nuestra vida personal y comunitaria son una oportunidad para renovarnos. Siempre será un paso hacia la madurez reconocer con humildad nuestros desaciertos y la falta de fidelidad al evangelio de Jesús. Frente a esto es normal que nos asalte el miedo y la incertidumbre, pero aprendamos como Tomás a adentrarnos en el misterio de Dios y seamos testigos, como él, de la «vida» que resurge. Tener puesta nuestra confianza en Jesús resucitado nos dará la oportunidad de afianzarnos en la fe y ubicarnos en la dirección correcta: el Reino de Dios.
¿cómo suscitar en nuestras comunidades ese acompañamiento cercano y sincero que nos ayude a superar el estancamiento y la incredulidad?
https://comunidadfronterasabiertaszaragoza.wordpress.com/2019/07/03/3-de-julio-tomas-apostol-2/
Un saludo