"Amarás a tu prójimo y odiaras a tu enemigo".
Han pasado miles de años desde que se escribió y defendió esta actitud y continua gravada en nuestro corazón. Es la síntesis del amor a nuestro propio clan, a nuestra tribu y el odio al que hace o puede hacer daño a la propia familia tribal.
El odio es un dinamismo terrible contra el que no es de nuestro propio pueblo y tenemos que defendernos con las mismas armas. Era y es un mecanismo de supervivencia, no de construcción.
El Profeta de Nazaret, en el comentario que hace a las Bienaventuranzas, trata de poner en diálogo, las leyes primitivas del A.T. y la buena noticia del reino. La novedad de Jesús está en la nueva identidad de los hijos e hijas de Dios. El chico revolucionario de Nazaret no está interesado en las prácticas rituales, ni en las doctrinas teológicas si no en el amor también a los que no nos quieren.
Esta es la locura del Evangelio.
YOEL