No debemos guardarnos en el armario, lo que somos, Dios no se equivoca al crearnos: en estos tiempos se gay ya no es un problema, pero ser creyente SI.
El Profeta de Nazaret nos dice también a nosotros que debemos ser sal y luz en el mundo. El discípulo no puede encerrarse en sí mismo. Debemos trabajar nuestra pequeña parcela para cambiarla. Ser Sal y dar gusto a la vida. Esto no podemos hacerlo con palabras, sino con hechos.
Es difícil mostrar nuestra FE en una comunidad Cristiana que no nos acepte, a pesar de ello, siempre encontraremos personas gays con el oído abierto, para escuchar nuestra vivencia la FE y ojos abiertos para que vean nuestras obras.
YOEL. Valencia.España