Los modernos doctores no se han enterado (los pobres no suelen leer el N.T.) que el Profeta de Nazaret está con los que sufren,tiene el oído abierto escuchando los clamores de los marginados sociales por su orientación sexual. Muy frecuentemente somos nosotros mismos quienes nos marginamos, nos avergonzamos, no nos aceptamos tal como somos.
Muchos doctores de las iglesias tienen mucho poder y una relación positiva con la religión durante toda su vida, pero nunca la han tenido con Dios, ellos saben más y están por encima.
Jesús le recuerda a un doctor, que hay dos mandamientos importantes, amar a Dios y amar al prójimo, y le termina diciendo que cuando amamos al prójimo, ya amamos a Dios.
Luther King en el libro "La fuerza de amar" dice que la preocupación por el "otro" es la primera ley de la vida.
¿Creemos que nosotros somos mejores que los contemporáneos de Jesús? A nivel de derechos humanos puede que si, pero en la práctica diaria, abundan las exclusiones, los heridos por mil batallas, en las que el desamor no es la actitud menos violenta.
Escuchemos el clamor del necesitado, del marginado...
YOEL. Valencia.España