Nos dice el Evangelista Juan que estando cenando Jesús con sus amigos se levantó de la mesa, dejó el manto y, tomando un paño, se la ató a la cintura. Nos describe la escena porque cada uno de los detalles son importantes para nosotros discípulos lejanos del Profeta de Nazaret.
El verdadero amor se traduce en acciones concretas de servicio. Cuando se dice que Jesús deja el manto expresa que deja de lado su vida. Luego toma un paño, como los que usan los criados...
Jesús niega la validez de los valores que el mundo ha creado: al ponerse de rodillas ante sus discípulos: Dios recupera su verdadero rostro con el servicio.Dios no actúa como un soberanos celeste, sino como un servidor de los hombres.
Su servicio elimina todo rango por que en la comunidad que el funda todos somos libres y señores ya que la grandeza y el poderío humanos no son valores a los que él renuncia por humildad, sino por justicia.
YOEL. Valencia