Siempre empezamos con muy buen ánimo. Te muestras como el nuevo converso, anhelante de hacer cosas. Haces innumerables planes de futuro, y si te proponían algo, alegremente te afanabas en el trabajo. Te mostrabas animado ante los demás y los exhortabas a seguir adelante. Pero, pasado un tiempo, los meses y ya algunos años, la vida y sus preocupaciones, las prisas de la vida menguaron tus ánimos, en fin, ahora tienes excusas para pensar que esto no era tan importante. ¿Qué te ha ocurrido?
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2018/11/28/el-inconstante/