El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos
Mc 10, 35-45
Mirar como Tú miras, con ojos claros y limpios, comprendiendo siempre al hermano: coherencia.
Saberse discípulo, no tenerse por maestro y gozar del aprendizaje diario: coherencia.
Conocer a los árboles por su fruto, no esperar higos de las zarzas, ni uvas de los espinos, coherencia.
Almacenar bondad en el corazón, cultivar una solidaridad real y sentir que nos desborda el bien: coherencia.
Reconocer que no todo es tierra firme, construir sobre roca nuestra casa, no tener miedo a huracanes y riadas: coherencia.
Admitir la pequeñez y los fallos propios, quitar pronto la viga de nuestro ojo,
no humillar al hermano por no ser como nosotros: coherencia.
Abrir nuestros ojos al mundo, alegrarse por sus pasos y proyectos, no caer en trampas y hoyos como ciegos: coherencia.
Poner por obra tus palabras, hablar con el lenguaje de los hechos, olvidarse de máscaras y apariencias: coherencia.
Coherencia, Señor, de un aprendiz de discípulo que, a veces, se atreve a tenerte por maestro.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2018/10/21/domingo-xxix-del-tiempo-ordinario-4/
Feliz domingo