Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
Jn 6, 41-51
Estar aquí, ante ti, Señor, y ya está todo.
Cerrar los ojos de mi cuerpo, cerrar los ojos de mi alma, y quedarme así, inmóvil, silencioso.
Abrirme ante ti que estás abierto mi, estar presente a ti, el infinito presente.
Yo acepto, Señor, este no sentir nada, no ver nada, no oír nada, vacío de toda idea, de toda imagen en la noche.
Heme aquí simplemente para encontrarte sin obstáculo en el silencio de la fe, ante ti, Señor.
Feliz domingo