Este es mi Hijo, el amado
Mc 9, 2-10
La voz que sale de la nube nos revela la verdad de Jesús y a la vez nos intima una orden: «Este es mi Hijo amado, escuchadlo». La voz manda que, además de tener los ojos fijos en él («este es…»), tengamos el oído atento a su palabra, porque es palabra de vida, palabra que nos enseña cuál es nuestra identidad, cuál nuestra vocación, cuál nuestra tarea. Así cooperamos en la obra de nuestra transfiguración y, cuando hemos sido infieles, de nuestra refiguración.
Un saludo