Contigo hablo, niña, levántate
Mc 5, 21-43
“A la voz que estas obras esparcían
y el poder del Señor manifestaban,
innumerables hombres acudían,
ejércitos de gentes se juntaban.
Los que enfermos se hallaban pretendían
sanidad y, dichosos, la lograban,
pues Jesús a su amor echando sellos,
rogó con la salud a muchos de ellos.
¡Quién a hacer bien, Jesús, de ti aprendiera;
quién tus heroicas oras imitara;
quién a todos los obres socorriera;
quién la salud a enfermos dar pudiera;
quién a todas las almas consolara!
Dame para hacer bien, Señor clemente,
de tu poder un rasgo solamente.”
Alonso Martín Braones, 1644-1695
Feliz domingo