Es la semilla más pequeña, y se hace más alta que las demás hortalizas
Mc 4, 26-34
“Has entrado sin hacer ruido, Señor,
en mi casa cerrada,
has distendido mis nudos
y has abierto
el último balcón
de mis pulmones a la brisa.
Tu levedad de aurora
se ha encarnado
por sorpresa.
Entonces mi espíritu despierta
y se da cuenta
que has llegado.
Me dejaste tu presencia,
encaminando tu visita
por mis huesos y memorias.
Y ya te has ido en silencio,
dejando mi ventana abierta
a todo el sol de la mañana.“
Benjamín González Buelta
Feliz domingo