Todos los que han sido fieles a su conciencia han sido acusados, antes o después, de haber perdido la cabeza. Gandhi, por ejemplo, Jesús rompÍa los esquemas y se salía de las normas. Marcaba la diferencia. Se atrevía a ser él mismo como fue tambien Carlos de Foucault: fueron tachados de locos por que escucharon la voz de su interior.
Los hombres tratamos de loco a quienes no entendemos, a quienes rompen el gregarismo reinante y tienen el coraje de ser ellos mismos.
El único imperativo es en el último término este: atrevernos a ser quienes somos.
YOEL. VALENCIA