Ahora voy a Jerusalén,
prisionero del Espíritu, sin saber lo que me espera.
Hch 20, 17-27
Ven, Espíritu creador y renovador.
Llena mi corazón con tus dones.
Fortalece mi debilidad con tu fuerza para que yo pueda hacer, decir y ser aquello que sueñas de mí.
https://comunidadfronterasabiertaszaragoza.wordpress.com/2018/05/15/martes-vii-de-pascua/
Un saludo