Los ídolos de los gentiles son plata y oro,
obra de manos humanas.
Sal 115
Purifica, Señor, Dios de Israel y Dios de Jesús, mis ojos y mi corazón.
Enséñame a distinguir tu presencia única entre todas las demás cosas bellas y cercanas que has puesto en mi vida.
Dame la valentía de ir contracorriente, de no caer con facilidad en la tentación de adorar los falsos dioses que me invento.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2018/04/30/lunes-v-de-pascua/
Un saludo