Nadie va al Padre si no es por mí.
Jn 14, 1-6
Quiero verte, Señor Dios.
Mis ojos estaban ciegos, pero la luz del Evangelio de Jesús me curó.
Parecía que eras un Dios lejano, pero tu Hijo me mostró el camino para ir a ti.
Mi fe dudaba siempre, confusa, pero las palabras de Jesús me abrieron a tu verdad.
Mi corazón estaba seco, casi muerto, pero en la muerte y resurrección de Jesús, encontré la vida.
Ahora, no deseo más que vivir para servirte y compartir esta alegría contagiosa en mi entorno.
https://comunidadfronterasabiertaszaragoza.wordpress.com/2018/04/27/viernes-iv-de-pascua/
Buen día