Ante la idea de contemplación nos encontramos con respuestas diferentes. Para algunos se trata de algo anticuado, alejado de la vida actual. Otros la asocian a espiritualidad oriental, budismo, zen..
Hay personas, cada día más numerosas, que sienten la necesidad de pararse, de buscar el silencio.
Un cristianismo basado en el dogma, en la moral y los ritos, no ha invitado a sus fieles a meditar. No se puede ser auténticamente cristiano sin ser contemplativo, sin ver la mano de Dios en todas las cosas.
Contemplación es mirar serena y gratuitamente todo lo que hay a nuestro alrededor, ver con una mirada interior, la presencia de Dios que seduce y enamora nuestras almas.
"Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida" Salmo 114.
YOEL. ¡Buen Domingo!