Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo,
y anunciaban con valentía la Palabra de Dios.
Hch 4, 23-31
Confió en ti, Dios mío, y confieso que no tengo poder para hacer hoy cosas extraordinarias.
Confieso que en el nombre y con la fuerza de Jesús podré perdonar, resistir ante el desanimo, ser optimista también en los días tristes.
Me entrego a ti, Señor, y creo que puedes hacer un gran milagro: dame un corazón nuevo.
https://comunidadfronterasabiertaszaragoza.wordpress.com/2018/04/09/lunes-segundo-de-pascua/
Buen día