El joven y piadoso gay pregunto al Abad:
¿Qué es más importante, la contemplación o la acción?.
El monje hizo sentar al chico y tras unos momentos de silencio, dijo:
- La espiritualidad tiene dos dimensiones, la dimensión mística y la profética. Las dos han de ir estrechamente unidas. No se puede ser contemplativo sin estar unido a los demás, sin preocuparse de las injusticias, sin luchar por un mundo mejor. Y no se puede ser profeta, estar comprometido con la sociedad, luchar por la justicia, si no tenemos una profunda vida espiritual, si no somos místicos. El primero corre el riesgo de contemplarse a si mismo y olvidar la realidad. El segundo se irá secando poco a poco y acabará creyendo que la justicia es él.
Suspiró antes de concluir:
-Para unos dominará la faceta mística y para otros la profética. Cada uno tiene su vocación.
Pero todos debemos ser místicos y profetas.
YOEL. El Vedat de Torrent caminando como puedo y se hacia la Pascua.