Jesús va a Jerusalén a celebrar las fiesta de la "tiendas". Sabe que está en el punto de mira de las autoridades. A pesar de todo va a la fiesta y charla con amigos, conocidos, curiosos...
La gente está dividida ante Él. La hacen preguntas, tienen curiosidades..., dicen que lo conocen, que saben de dónde viene, de que pueblo es.... Y cuando Él les dice que es el Padre quien le ha enviado y que ellos no lo conocen, se ponen furiosos.
Quieren apresarlo, pero no es la hora.
Como aquella gente, nosotros también rechazamos a las personas que nos muestran el camino de Dios. Decimos que los conocemos, pero en realidad, es la excusa que tenemos para no cambiar de vida.
YOEL El Vedad. (Valencia)