Siempre estaba quejándose de que la vida no le había deparado nada....Tras los estudios había esperado haber encontrado un buen trabajo... esperaba encontrar una buena pareja y no le salia ni por casualidad...había esperado que se le reconocieran sus valores....
El abad que lo apreciaba un montón, lo miro con simpatía y le dijo:
Quizá en preocuparte que puedes esperar de la vida, es mejor que te preguntes qué es lo que la vida espera de ti. Pensamos en recibir y no nos damos cuenta de que recibimos en la medida que damos.
YOEL Valencia.España