Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido.
Lc 15, 1-3. 11-32
¡Qué distinto es ser invitado a estar “en casa”! Saber y sentir, Jesús, que todo lo de Dios “es mío” y que Él siempre está conmigo tendría que ir cambiándome el corazón. Hazme cada vez más hijo, más hija.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2018/03/03/sabado-ii-de-cuaresma/
Un abrazo
D.G.;Zaragoza