Este es mi Hijo, el amado.
Mc 9, 2-10
La experiencia de subir a una montaña fue definitiva para Abrahán, Moisés y para los tres apóstoles que subieron con Jesús. Quizá esta Cuaresma sea nuestra oportunidad para subir también a alguna montaña, para buscar algún momento en el que nos podamos alejar del tráfago diario de la vida. Allí encontraremos, ante todo, silencio. El silencio de Dios que terminará por llegar a nuestro corazón. Allí nos daremos cuenta, quizá, de que nuestra vida no va todo lo bien que debería ir. Allí encontraremos las fuerzas para intentar un cambio, porque contamos con la bendición y la gracia y la fuerza de Dios que no nos abandona nunca.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2018/02/25/ii-domingo-de-cuaresma/
Un abrazo y feliz domingo
D.G.;Zaragoza