Dije al almendro: ¡Háblame de Dios! Y el almendro floreció.
Dije a la casa: ¡Háblame de Dios! Y la puerta se abrió...
- Para seguir leyendo pincha aquí:
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2018/01/11/jueves-11-2/ -
Un abrazo
D.G.;Zaragoza