Si yo fuera un niño bueno, que ni soy niño ni bueno, pediría arrobas de libertad, montañas de justicia, ríos de paz y de solidaridad, contenedores de alimentos, vendas y medicinas para tantos niños enfermos: todo vestido y perfumado de misericordia.
Comprendo que mis zapatos son pequeños y no tengo ningún poder para estirarlos; Podríais traer todas esas cosas, pero en semillas. Muchos cristianos gays las cultivaríamos.
Si yo fuera un niño confiado, dejaría mi carta en blanco para que sus Majestades los Reyes escribieran en ella y me regalaran lo que ellos vieran lo que más necesito.
Yo soy creyente, y escribo la carta a mis queridos Reyes Magos: Este año voy a pediros una cosa que es muy bonita, y que vosotros conocéis muy bien. Os pido una estrella. Como aquella que guio vuestros pasos en el difícil camino hacia Belén. Una estrella que nos conduzca a los homosexuales y lesbianas hasta la casa de Jesús, donde quiera que se encuentre y como quiera que se manifieste; y que nos enseñe a acariciar al niño, a regalar, a adorar...como lo hicisteis vosotros. Gracias amigos míos. Vosotros sois los Reyes de la FE y del Amor.
Vosotros sois muy importantes para mi. a vosotros os leo cada día aunque no responda. Vosotros sois mis vitaminas. No olvidéis de aceptaros como el Señor nos ha creado y sobre todo amaros.
Un beso a todos. YOEL. Valencia. España