Para Dios nada hay imposible
(Lc 1, 26-38)
Cuando me pongo ante tu Madre siempre me siento pequeño. Tengo mucho que aprender de Ella: acogerte a Ti dentro de mí, ser consciente de mis dudas y mis dificultades… pero, sobre todo, confiar en Ti sin pretender tener seguridades. Envíame tu Espíritu para que haga en mí lo que resulta imposible si sólo me apoyo en mis posibilidades, en mi voluntad. Ojalá me vaya pareciendo cada vez más a Ella.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2017/12/20/miercoles-iii-de-adviento/
Un abrazo
D.G.;Zaragoza