La mies es abundante y los obreros pocos (Lc 10, 1-9)
Se trata de confiar en Dios, dejarse en sus manos, y lanzarse al camino. Hay peligros –y en el mundo en que vivimos, los peligros también vienen a nuestra casa, a poco que nos descuidemos- y a veces no podemos tenerlo todo previsto. Hay que ir confiando, haciendo todo como si dependiera sólo de nosotros, y sabiendo que al final todo depende de Dios.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2017/10/18/18-de-octubre/
Un abrazo
D.G.;Zaragoza