¿Cómo se puede ser muy piadoso y a la vez tan poco virtuoso.
No hemos tomado del Evangelio más que sus sucedáneos.
No hemos evangelizado, hemos inventado ritos, pompas y clases sociales.
Tu Ley, el Amor no la escuchamos.
De tu cruz, ni una astilla.
De tu pasión, una lastimosa pena.
De tu vida, tan incontaminada, unos balones de oxígeno.
De tu mensaje, unos eslóganes del gallinero episcopal.
De tu amistad, una mascarada.
yOEL. Valencia