“Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos y le dijo: ‘Sígueme’” Lo vio más con la mirada interna de su amor que con los ojos corporales. Jesús vio al publicano y, porque lo amó, lo eligió, y le dijo: ‘Sígueme’, que quiere decir ‘Imítame’.
“Él se levantó y lo siguió”. Lo escueto del texto que narra la prontitud con que Mateo decide seguir a Jesús puede sugerir dos posibilidades: o bien que Mateo había ya oído hablar de la grandeza del profeta de Galilea y de la grandeza de su mensaje, o bien que la presencia del mismo Jesús resultó para él un motivo suficiente para dejarlo todo y seguirle.
La respuesta de Mateo a la llamada del Señor es inmediata, como la de Pedro y Andrés, Santiago y Juan. La rapidez en la respuesta a la llamada, la generosidad en el seguimiento y la libertad, nos hace comprender que ha nacido un hombre nuevo.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza