¿Cómo se puede ser muy piadoso y a la vez tan poco virtuoso.
¿Dónde está el fraude, el engaño.
No hemos tomado del Evangelio más que sus sucedáneos, nuestras conveniencias.
No hemos Evangelizado: hemos inventado una religión con muchas leyes y ritos.
De tu ley hemos hecho nuestras leyes.
De tu amor, nuestros deseos.
De tu Palabra, nuestros estribillos.
De tu cruz, una astilla.
De tu pasión, una lastimosa pena.
De tu mensaje, unos eslóganes.
De tu amistad, una mascarada.
De tu juicio, sólo temor.
De tu Padre, nuestra orfandad.
YOEL.