No buscan liberación los que se experimentan liberados, ni los satisfechos, sino los oprimidos, los cautivos, los pobres y los que sufren enfermedad y explotación. Son ellos los destinatarios de la venida de Jesús, a ellos se dirige su mensaje de la buena noticia. "El Espíritu del Señor esta sobre mí, por que me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracias del Señor.
Sin embargo, los satisfechos son exigentes y exigen pruebas de los que Jesús ha hecho en otros lugares. Quieren verse sorprendidos, pues el origen de Jesús no les convences: "¿No es este el hijo del carpintero?".
YOEL