En el Evangelio, un endemoniado es aquel que está poseído por el mal. Es el mal en persona, son las malas personas. A Jesús le salen al encuentro dos endemoniado violentos, malas personas y además violentas. Saben que ante Él no pueden nada, ante las personas pacíficas, bondadosas no pueden nada y le piden que los meta en los cerdos. Estos van directamente a la muerte que es donde nos lleva el mal.
Los habitantes de aquella ciudad, lejos de alegrase por que Jesús los ha librado del mal, le piden que se marche. Ellos solo ven el perjuicio económico, la pérdida de los cerdos que Jesús les ha producido.
¡Cuantas veces en nuestra sociedad preferimos nuestro bien económico a nuestro bien espiritual!. Así se sigue prefiriendo la venta y el tráfico de armas, drogas,....a la paz. Por poner un ejemplo.
¿De verdad preferimos el bien al mal?.
YOEL