Corremos el riesgo de dejarnos deslumbrar, de oír aquello que nos place y cerrar nuestros oídos a la verdad.
El Profeta de Nazaret nos aconseja con claridad. No es en las palabras de las personas en lo que debemos fijarnos, sino en sus obras. En sus frutos. Aquellos que producen Paz a su alrededor. Aquellos que se comprometen con los demás. Aquellos que siempre ayudan sin buscar nada a cambio... Estos son los profetas de nuestro tiempo.
yoel.