Hablar del Evangelio, nos parece algo antiguo, refugio contra lo novedoso, regresar al pasado.
No es mi caso, pero si lo es de personas conocidas que me comentan que releer las cartas que recibió de la persona amada, es como revivir el Amor.
Jesús fue una persona que perturbó fuertemente a los que le escuchaban.
Cuando leemos un trocito del Evangelio, debe de llegarnos como algo completamente nuevo. Si no, no nos llega en absoluto. Si convertimos el Evangelio en tradición, deja de ser Evangelio, por que deja de ser noticia.
En la actualidad, hay evangelizadores, predicadores, conferenciantes, muy bien preparados y con colecciones de doctorados y licenciaturas en teología...y los cristianos disminuyen. Si no Evangelizamos desde el ejemplo no hacemos nada. Si buscamos con nuestra vida, verdaderamente, el Reino de Dios, la justicia, otros se animaran a seguirnos.
No son los actos multitudinarios los que nos cambiaran. Estos pueden producir un fogonazo instantáneo, que desaparece igual que llegó.
Yoel, Valencia.2:38 y sin venirme el sueño.